En un contexto de menores ingresos fiscales, y presiones al alza del gasto público para enfrentar el fenómeno de El Niño (FEN), este año y el próximo se hace poco probable cumplir las reglas fiscales que ubican al déficit fiscal en 2.4% del producto bruto interno (PBI) para el 2023 y 2.0% para el 2024.
Según las últimas estimaciones del BBVA Research, el déficit fiscal se situaría en 2.7% del PBI en el 2023 e incluso en 2024. Además, proyectan que se sitúe en promedio en 2% en el periodo 2025-2028.
“Por el lado fiscal estamos previendo algo más de déficit para este y el próximo año, 2.7% para ambos. Teníamos [en la proyección de junio] un 2.4% y 2.2% [respectivamente] en un entorno en que los ingresos del gobierno se están reduciendo a pesar de que el gasto básicamente se mantiene”, explicó Hugo Perea, economista jefe de BBVA Research, en la presentación del reporte Situación País.
La expectativa de BBVA Research es que los ingresos se estabilicen alrededor del 20% del PBI, por encima de los niveles prepandemia, en línea con el crecimiento del PBI potencial. Por su parte, “para el 2024 se revisa al alza la proyección por el aumento en el gasto relacionado con la reconstrucción por el efecto de El Niño en el verano”, explica el reporte.
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Como consecuencia, los niveles de deuda pública se alejarían del “tope” establecido en la regla fiscal, que busca que dicho indicador se ubique por debajo del 30% del PBI en un horizonte máximo de 10 años.
“Esperamos que la deuda pública se mantenga en niveles entre 34% y 35% a corto plazo. Vamos a seguir manteniendo un entorno de solidez fiscal. No es nada preocupante tener unos déficits ligeramente superiores al 2.5%, pero eso obviamente no va a permitir que podamos hacer que los niveles de endeudamiento converjan a niveles inferiores al 30% que veíamos antes de la pandemia”, agregó Perea.
Para el economista, revertir la tendencia al alza de la deuda pública se necesitaría, además de una aceleración del crecimiento económico, una ampliación de la base tributaria y una reducción de la informalidad.
Otros recortes y proyecciones
El BBVA también redujo sus expectativas de crecimiento de la economía peruana en el 2023 de 1.6% en junio a 0.4% en setiembre. También recortó la proyección al 2024, de 2.6% a 2.3%.
Se espera que la inflación siga retrocediendo a lo largo del cuarto trimestre del 2023, experimente presiones al alza en los primeros meses del 2024 y retome su tendencia a la baja en el segundo semestre. Así, proyectan que cierre el 2024 dentro del rango meta, en un nivel de 2.8%.
En consecuencia, la tasa de interés de referencia del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) bajaría a 6.75% hacia fines de año. La proyección de BBVA Research es que cierre el 2024 en 4.50%.
“Prevemos que en un entorno de moderación de la inflación y de debilidad de la actividad, el BCRP continuará recortando la tasa de referencia a corto plazo, pausará en el primer trimestre de 2024 (el momento más complicado de El Niño) y que retomará los recortes a fines del segundo trimestre de 2024 (fin de El Niño e inicio de flexibilización de la FED)”, señala el reporte.
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Pesimismo consensuado
El recorte en la proyección de crecimiento de la economía peruana de BBVA Research suma al banco a la lista de analistas económicos que proyectan que la economía peruana crezca menos del 1%. Recientemente el Banco Mundial recortó su tasa a 0.8%; Credicorp, a 0.6%; Thorne & Associates, a 0.4%. El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) espera un crecimiento de 0.9% y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), de 1.1%.
La proyección más pesimista es de Macroconsult, quienes esperan una caída de 0.2% para el 2023, la tasa más baja en 25 años, excluyendo la pandemia. “Esta cifra supone ahora una mínima captura de anchoveta en la segunda temporada, lo que tendrá impactos sobre la elaboración de harina y aceite de pescado”, señala su reporte del 27 de setiembre.
Para 2024 revisaron sus proyecciones de 2.7% a 2% dado que no esperan una recuperación en el gasto de las familias hasta el segundo semestre del próximo año.
“No sería más baja debido a que hay algunos factores que apoyarán la mayor actividad económica, como que no habría bloqueos de carreteras, lo que automáticamente tendrá un efecto rebote en los primeros meses”, explican. La inflación más baja, menores tasas de interés y mayores niveles de inversión pública sostendrían la recuperación.
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