De fruta exótica a superfruta. Los esfuerzos iniciales para producir pitahaya o dragon fruit en las regiones de San Martín y Ucayali respondieron sobre todo al abastecimiento local. Sin embargo, desde el 2022 y con una exportación a Europa en crecimiento, el Perú empezó su camino a posicionarse.
Solo entre enero y agosto del 2022, el valor FOB de los envíos de este producto ascendieron a los US$10,658. Dos años después, en el mismo lapso de análisis, la cifra fue de US$1,332,086 y hay una lista más amplia de socios comerciales, precisó la Asociación de Exportadores (Adex), a partir de información aduanera de la Sunat. La siguiente meta es incluir a Estados Unidos en su cartera. ¿Qué hace falta?
En este año, la tendencia de consumo que se cubre es la de Países Bajos (US$761,033), Francia (US$488,526), España (US$19,139), Canadá (US$16,743) y Alemania (US$14,209). Emiratos Árabes, Reino Unido, Italia, Costa Rica y Aruba también figuran en el ranking.
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Pitahaya peruana a EE. UU.
La apertura del atractivo mercado americano depende de una autorización de producción y venta de pitahaya. Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), explicó que, hace más de un año, a este país se envió la solicitud formal mediante el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa). El próximo paso es esperar.
“Hay otras prioridades que están antes que la pitahaya porque cada país establece un orden de llegada para tener acceso. En el caso de Estados Unidos, primero están el espárrago y el aguaymanto. Entonces, la pitahaya está en tercer o cuarto lugar”, detalló.
Wilmer Barrios, CEO fundador de Pitahayas Baleno, aseguró que las empresas del sector están listas para estrechar lazos con Estados Unidos, por lo que se comunicaron con el Senasa a fin de de averiguar la fecha tentativa: “Dijeron que esto estaba en agenda todavía para el 2025. Se habla de que para el cierre del primer semestre ya podríamos entrar al mercado americano”, anotó.
Gestión consultó al Senasa sobre el avance de esta diligencia, y obtuvo como respuesta que las negociaciones técnicas con APHIS-USDA (el servicio de inspección sanitaria de EE. UU.) ya concluyeron. Es decir, ya hay un acuerdo en las medidas de mitigación para el riesgo de plagas. El convenio deberá ingresar a un proceso administrativo regulatorio, el cual culmina con la publicación de la norma en el Código de Registro Federal.
Aun así, desde Senasa recordaron que APHIS-USDA trabaja al ritmo de las prioridades definidas por sus socios comerciales: la pitahaya es el cuarto punto de urgencia, después del espárrago, aguaymanto y palta. Pero sí adelantaron que, en agosto, el aguaymanto ingresó a esta fase.
“En reiteradas oportunidades (EE. UU.) ha manifestado que no puede estimar fechas para la publicación de la norma que autoriza la importación de estos productos”, concluyó el Senasa.
Pese a este escenario, en el marco del APEC que se realizará en Lima en noviembre, Perú aprovechará para insistir en la conversación sobre este pendiente, señaló Amaro, de la AGAP, y recogió dos factores para una decisión concreta en el 2025.
“Primero, va a depender de la presión que ponga el país en la parte técnica. Segundo, de la parte política. [En los últimos años], hubo varios ministros de Comercio Exterior, varios ministros de Agricultura. Eso no ayuda porque cambia un ministro y se retrasa. Todo es un manejo técnico y político”, resumió.
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Proyecciones positivas
AGAP detalló que el principal mercado que tiene el Perú en productos agrarios es Estados Unidos y que, apenas el ingreso de la pitahaya esté permitido, las zonas del país donde cultivan el dragon fruit, además de la selva, tendrán una importante oportunidad de desarrollo: Tumbes, Piura, La Libertad, Lambayeque, Trujillo, Áncash, algunas provincias de Lima y más.
“Para nosotros representa una oportunidad porque sacaríamos la fruta fuera de la temporada en la que exporta Ecuador, con tecnología de luces led”, añadió con entusiasmo Barrios, quien acumula una data de clientes y detecta intenciones de compra. “¡Pero no se puede ingresar al mercado americano!”, apuntó.
El empresario argumentó que, por la cercanía del mercado americano, el costo del envío por kilo estaría en alrededor de US$0,80, con una ganancia de más de US$1,50 en cada transacción.
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De otro lado, los tratos exitosos con los países europeos se reflejan en los precios. El valor FOB varía en función del precio de venta de Ecuador y oscila entre los US$3,20 y US$3,50. “Puede llegar a US$4,50 o US$5 el kilo en España”, puntualizó Barrios, aunque precisó que en Francia el pago es mayor, pero el requerimiento es pequeño.
¿Por qué Asia no es un mercado tentador?
De acuerdo con la data que le brindó Midagri a este Diario, Vietnam, China e Indonesia contribuyen con casi el 90% de la producción mundial de pitahaya. Vietnam, incluso, es el mayor proveedor de pitahaya del mundo —abarca el 50%— y lidera a nivel de exportación los mercados de Asia, Europa y Estados Unidos.
En este sentido, Barrios aseguró que Perú no podría competir contra Vietnam por temas de costos: “Tiene la fruta al costado y el coste aéreo desde Perú es carísimo”, puntualizó.
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