Indicadores de inversión y consumo local terminaron deteriorados en el 2022, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
La importación (volumen) de bienes de capital, según el último reporte de balanza comercial del banco, tuvo un crecimiento negativo (2.9%) en diciembre y cerró el año con una contracción de 4.3%. Se registraron retrocesos en 9 meses del año, incluyendo noviembre y diciembre.
Cabe indicar que la importación de este tipo de bienes, que incluye materiales de construcción, equipos de transporte, maquinaria pesada y para la industria, es uno de los indicadores vinculados a la inversión privada.
El mismo indicador, exceptuando los componentes de materiales de construcción y celulares, tuvo una caída anual de 1.9%. No obstante, este segmento tuvo contracciones en seis meses del año, particularmente en la primera parte del 2022.
El economista Carlos Casas señala que los resultados de la importación de bienes de capital da información sobre el crecimiento posiblemente negativo de la inversión privada en el año, y anticipa lo que podría suceder al menos en los primeros meses del 2023.
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“Las importaciones de bienes de capital son un indicador adelantado de cómo ha venido la inversión en el último semestre y posiblemente cómo vaya en los primeros meses. Ante la incertidumbre, las empresas prefieren aplazar sus decisiones de inversión y esperan a ver cómo pueden verse afectados”, dijo el también exviceministro de Economía.
Fernando Gonzáles, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), indicó también que este indicador refleja el deterioro de la inversión privada, que sería negativa en el último trimestre y como dato anual del 2022.
“El componente sin materiales de construcción y celulares, que se sigue más para al inversión privada, creció en los últimos meses del año, pero como agregado cae. Además, hay otros indicadores como el consumo interno de cemento o la importación de bienes de consumo duradero que están en terreno negativo”, apuntó.
El primer trimestre del año posiblemente, por la coyuntura de protestas, siga una dinámica de importación de estos bienes (con y sin componente de materiales de construcción y celulares) de crecimiento poco auspicioso alrededor de 0% o incluso negativo, según el economista.
“Al momento que es importan estos bienes, ya constituyen inversión privada, pero en la medida, por ejemplo, que los materiales de construcción sirven para activos de capital fijo hay una inercia de que la inversión privada no se está recuperando y anticipa de que no se recuperará rápidamente al menos en el primer trimestre del año”, anotó.
Casas destacó que estas importaciones son reflejo de las expectativas de las empresas, que han estado pesimistas durante el año pasado y el presente.
Indicó que el impacto no solo se acota a la inversión, sino que también se derivan impactos en el empleo y salarios.
“Estas (expectativas) se han seguido deteriorando por las protestas. Debería tener reflejo en las importaciones de bienes de capital y, por supuesto, en la inversión. Con este punto de partida, se abren canales de impacto un menor empleo y estancamiento de los salarios. En un contexto de menor inversión, los salarios son más rígidos, y eso hace que luego haya una menor cobertura (menores salarios reales) ante un entorno de inflación”, apuntó.
La inversión privada caería 4% en el primer trimestre del año, según Macroconsult. En el año sería de un registro negativo de 3%, luego de haber caído 1% en el 2022. El IPE, por su parte, espera una caída de 2.8% en el 2023 (minería en -16% y no minera en -1.2%).
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Bienes de consumo duradero
Según el mismo reporte del BCR, las importaciones de bienes de consumo duradero, indicador vinculado al consumo privado, tuvieron un crecimiento (en volumen) negativo en el último mes del año (14.9%) respecto al mismo mes del 2021.
En particular se tuvo un retroceso de 2.6% en el 2022, con caídas principalmente en la primera parte del año, aunque pronunciadas en octubre (13.2%) y diciembre (caída más alta del año).
Este indicador de importaciones es referencia para la variable de consumo privado.
Carlos Casas indicó que estos resultados manifiestan la moderación del consumo, y que se podría seguir viendo, en los siguientes meses, registros negativos en la importación de este tipo de bienes por la coyuntura actual.
Destacó que, al igual que con las empresas, el impacto no solo se queda en un menor consumo, sino que también tiene influencia en las decisiones de las firmas y empleo.
“El consumo duradero, como cocinas, refrigeradora o autos, implica bienes que por lo general arrastran deuda. Con las tasas altas, hay un desincentivo a consumir o endeudarse. Asimismo, la confianza del consumidor se está deteriorando más por el panorama actual (protestas sociales). Con incertidumbre, las personas se refugian en el consumo duro o de bienes perecibles, y prefieren ahorrar. Si no hay consumo no es una buena señal para las empresas”, dijo.
Por su parte, Gonzáles explicó que parte de este indicador refleja la moderación del consumo privado, el cual se ha visto impacto por el entorno de inflación y también por la menor creación de empleo formal.
“Las expectativas de contratación de empleo formal se están reduciendo por la incertidumbre política que venimos experimentando”, apuntó.
Es de indicar que ya se anticipaba un consumo privado más desacelerado en el 2023, según las proyecciones del BCR y otros análisis como los del IPE. Este último señala un crecimiento del consumo privado de 2.5% (tasa más baja desde el 2003), luego de haber crecido 4.4% en el 2022.
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Dato
- La inversión privada y el consumo privado tienen un peso de 20% y 62% del PBI.