Perú vuelve a ser sede del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). La última edición de esta cumbre en nuestro país fue en el 2016, año en que Donald Trump ganó las Elecciones de Estados Unidos. Ahora, un hecho similar ocurre en este 2024.
Dos historias que transcurren en épocas diferentes, pero parecen tener los mismos matices ¿podrían dar los mismos resultados?
En vísperas de la Cumbre APEC de 2016, que tendría a Barack Obama como representante de Estados Unidos, el candidato republicano (posteriormente elegido presidente) Donald Trump anunció el retiro de su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés); que buscaba liberalizar el comercio y la inversión entre los suscritos. En enero de 2017 lo materializó.
LEA TAMBIÉN: ¿Qué ha prometido hacer Trump en su “primer día” en la Casa Blanca?
Este año (2024) algunas de las promesas de campaña del multimillonario, nuevamente electo como mandatario, parecen apuntar -por no decir que efectivamente es así- a nuevas modificaciones en las políticas de comercio exterior en el país norteamericano. Entre ellas, subir los impuestos a las importaciones extranjeras. ¿Está situación perjudica al Perú?
Gestión conversó con tres especialistas, que a su vez han ocupado importantes cargos en el Estado. Mercedes Aráoz, economista, exministra de Comercio Exterior, de Economía, de la Producción, y exvicepresidenta del Perú; Juan Carlos Mathews, exministro de Comercio Exterior y Turismo; y Luis Miguel Castilla, exministro de Economía.
LEA TAMBIÉN: Con la elección de Trump, ¿regresan las guerras comerciales?
Aumento de aranceles
Donald Trump tiene en la mira aumentar los aranceles de importación hasta entre el 10% y el 20% para todos los productos que ingresan a Estados Unidos, hasta el 60% para los provenientes de China e incluso el 200% para bienes específicos.
Mercedes Aráoz, investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) y presidenta de inPerú, señaló que podría considerarse como práctica abusiva, pero que finalmente no aplica para los países suscritos al Tratado de Libre Comercio (TLC).
“El anuncio que ha hecho de subir aranceles en 10% con todo el mundo y 60% con China, es un abuso bastante drástico. Ahora, eso no se condice con los Tratados de Libre Comercio porque ahí hay arancel cero. Esto tendría que renegociarse, porque los tratados son acuerdos bilaterales y no se pueden cambiar de manera autónoma”, argumentó Aráoz.
Por su parte, Luis Miguel Castilla, director de Videnza Instituto, sostiene que sí hay una preocupación respecto a las medidas prometidas por el nuevo presidente electo de EE.UU., especialmente en el plano comercial y en materia fiscal.
“Las amenazas de incrementar aranceles unilateralmente a China (a niveles superiores al 60%) y otros países que no se alineen a la política exterior estadounidense será muy disruptivo para el comercio internacional y encarecería productos afectando al consumidor global. Estas medidas provocarán represalias de los países afectados y es muy probable que empiece una nueva guerra comercial (como la registrada durante el primer gobierno de Trump). Una devaluación del yuan chino sumado a mayores barreras arancelarias terminará siendo inflacionario y mantendrá las tasas de interés elevadas en el mediano plazo. Todo esto es negativo para el crecimiento global y para la demanda de nuestros productos de exportación”, señaló Castilla.
A su vez, Juan Carlos Mathews, vicepresidente de Internacionalización de la Corporación Educativa USIL, considera que si Estados Unidos tiene una mirada estratégica podría recuperar el terreno perdido en inversiones en América Latina, y de aplicarse ese criterio el Perú podría quedar bien parado con la exportación de insumos de materia prima.
“Se ha estimado las inversiones en la región y China ha ganado todo el espacio del mundo, y por consiguiente, bajo esa lógica, también podríamos pensar si Estados Unidos está craneando cómo capitalizar su relación con América Latina. Inclusive si nos vieran como fuente de acceso a materia prima, seríamos relevantes. Entonces, yo creo que en esa mirada estratégica deberíamos terminar bien parados. Yo creería que van a tratar de fortalecer la relación con América Latina”, consideró Mathews.
LEA TAMBIÉN: Elección de Trump provoca récord de bolsas y bitcoin, ¿continuará impacto?
Megapuerto Chancay
Otra preocupación es, en definitiva, la relación comercial entre Estados Unidos y China; siendo el Perú un socio importante del país oriental ad portas de la inauguración del Megapuerto de Chancay. ¿Esta relación podría generar que nuestro país pase a integrar la lista negra de Donald Trump?
“América Latina resulta siendo bastante irrelevante para los intereses estadounidenses. Pero, existe el riesgo que el nuevo gobierno republicano ejerza presión arancelaria a países que le han dado la bienvenida a las inversiones chinas, como es nuestro caso. Ya de por si el puerto de Chancay es considerado como una afrenta a los EEUU y resulta plausible que se comience incluso a condicionar ayuda bilateral militar y de seguridad de manera más explícita en contra de nuestro país”, opina Luis Miguel Castilla.
Por otro lado, Juan Carlos Mathews señaló que Estados Unidos puede “aprovechar” la operatividad de este megapuerto para sacar una serie de ventajas en el mercado latinoamericano, invirtiendo especialmente en el Perú. “Por un lado Trump puede sentir el celo del posicionamiento de China en Perú, pero la otra manera más inteligente es decir cómo le saco provecho a esto. Y eso puede ser a través de inversión norteamericana acá”, sostuvo.
“Debería ser hasta un mensaje que proactivamente se podría plantear desde el gobierno peruano. Es realizar reuniones con funcionarios de alto nivel del gobierno americano y plantear que si bien el puerto es de inversión privada, es de uso público, y por tanto ofrecer oportunidades de inversión para obtener salida al Asia-Pacífico. Estados Unidos es un socio potente y podría ser más potente”, agregó.
Finalmente, para Mercedes Aráoz, Estados Unidos no se va a meter con Perú, ya que “no somos una industria que le hagamos daño o seamos molestia para EE.UU.”.
“Yo considero que el Perú sigue teniendo una política exterior balanceada y no prefiere a un inversionista frente a otro. Así como abrimos el puerto de China, hemos visto la expansión de Dubai Ports y hay más puertos para poderse expandir. No tenemos un sesgo particular por China. Tenemos inversionistas americanos en Perú. Para las inversiones creo que es una oportunidad para el Perú de demostrar que sí va a hacer un esfuerzo por tener un buen estado de derecho y una apertura con respecto a las inversiones de Estados Unidos en el Perú”, puntualizó.
Escribo sobre política, economía y afines. Periodista con nueve años de experiencia en prensa escrita, radio y televisión.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.