
En el último mes, el tipo de cambio sorprendió al caer inesperadamente a un mínimo en cinco años. Ello respondió principalmente a la mayor oferta de dólares en la economía motivada por el alza del precio del oro, sumado a una mejora en las expectativas de la economía.
Si bien las elecciones podrían elevar temporalmente la volatilidad del tipo de cambio, en el largo plazo la fortaleza del sol dependerá de la capacidad de recuperación de la institucionalidad fiscal y la estabilidad política.
Mientras tanto, el panorama muestra una dinámica: el dólar cerró en S/ 3.3810 (-10.91%, variación 12 meses) y esta tendencia seguiría a la baja mientras cotización del oro camina hacia los US$ 5,000 por onza.
LEA TAMBIÉN: Reinfo se amplía: Congreso aprueba prórroga hasta 2027, ¿regresan los 50,000 excluidos?
Apreciación inesperada
A inicios de octubre el consenso de analistas que recoge FocusEconomics esperaba que el tipo de cambio se eleve a S/ 3.60 por dólar al cierre del año. Sin embargo, el tipo de cambio disminuyó inesperadamente 2.7% en el último mes y se ubicó por debajo del umbral de los S/ 3.40 por dólar por primera vez desde el 2020.
Este resultado contrastó con la tendencia mundial del dólar: el índice DXY –que mide la fortaleza internacional de esa moneda– se elevó 2.1% en el último mes, en línea con la decisión de la Reserva Federal (FED) de no reducir su tasa de interés de política.
El desempeño reciente del tipo de cambio está asociado con la mayor oferta de dólares en la economía producto del creciente superávit comercial. Este ascendió a US$ 29 mil millones entre octubre del 2024 y septiembre de este año, equivalente a 9.1% del PBI, un máximo desde el 2007.
A su vez, este crecimiento ha sido impulsado principalmente por el nuevo récord del precio del oro de US$ 4,175 por onza en octubre. Así, el valor de las exportaciones de oro del Perú al cierre de septiembre fue 16 veces mayor que el registrado hace 25 años, debido al aumento del precio internacional, que se multiplicó por 10 en el mismo periodo.
Cabe notar que el alza del precio del oro y de la balanza comercial empezó desde la pandemia. Sin embargo, ello no se tradujo en un menor tipo de cambio inmediatamente debido a que, entre el 2020 y 2024, el país atravesó su periodo más largo de expectativas negativas de la economía desde que se cuenta con un registro.

Recién en el tercer trimestre del 2024, las expectativas retornaron a terreno positivo, lo que permitió que el tipo de cambio incorpore progresivamente los efectos de una mayor oferta de dólares en el país. Desde entonces, las expectativas de la economía a tres meses han continuado mejorando pese al cambio de Gobierno.
LEA TAMBIÉN: Producción de cobre crece en Perú, pero seis principales mineras ven cifras “en rojo”
Perspectivas
Las presiones a la baja han continuado en este mes. En las últimas dos semanas, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) compró un total de US$ 104 millones para frenar la caída acelerada del tipo de cambio, sus primeras operaciones de este tipo en cinco años.
Si China, Polonia, India y Turquía, que explican el 70% del incremento de reservas de oro a nivel mundial, mantienen su estrategia de incrementar sostenidamente dichas reservas para reducir su dependencia del dólar, se generarán mayores presiones a la baja sobre el tipo de cambio.

Los cuatro países, en los últimos cinco años, adquirieron anualmente 226 toneladas de oro en promedio. Ello es 30% mayor al volumen anual promedio exportado desde el Perú en dicho periodo. De mantenerse esta alta demanda, los estimados de JP Morgan, entre otros bancos de inversión, sugieren que el precio del oro continuaría al alza y podría superar los US$ 5,000 al cierre del 2026.

El desempeño positivo esperado para el sol podría verse afectado temporalmente por el periodo electoral. En elecciones previas, la volatilidad del tipo de cambio se elevó debido a la incertidumbre sobre las políticas del nuevo Gobierno. Sin embargo, en todos los casos la moneda peruana tendió a estabilizarse o incluso a apreciarse en los meses siguientes, con la única excepción del 2021.
En el actual periodo electoral, una caída tan significativa del tipo de cambio en los meses previos a las elecciones sugiere que el mercado no está esperando ninguna sorpresa en ese sentido. También, indicaría que el contexto global tiene mayor relevancia sobre el local en la evolución del tipo de cambio más reciente.

LEA TAMBIÉN: Oro vs Bolsa americana: un análisis de su desempeño a lo largo de la historia
Fortaleza de largo plazo
Históricamente, el sol ha sido una de las monedas más estables de América Latina, con menor volatilidad que muchas economías de la región, incluso en contextos de crisis externas. Mientras que los tipos de cambio de Brasil y Colombia se triplicaron y duplicaron en los últimos 25 años, el de Perú se mantuvo relativamente constante en el mismo periodo. Esta estabilidad se sustenta en un marco macroeconómico sólido y en el respaldo que brindan las reservas internacionales. Estas alcanzaron US$ 89 mil millones a octubre, y en el 2024 fueron equivalentes al 27% del PBI, el doble que en Brasil y Colombia.

Sin embargo, existen riesgos que podrían debilitar esta fortaleza en el largo plazo. Aunque la reciente vacancia presidencial no ha generado una reacción adversa del mercado, la creciente inseguridad y la fragmentación política de cara a las elecciones configuran un entorno de mayor incertidumbre, que podría elevar la volatilidad del tipo de cambio si las expectativas se ven afectadas.
A ello se suma el deterioro fiscal. Desde el 2021, se han aprobado 229 leyes con impacto presupuestal, más del triple del promedio histórico desde el 2006. Según el Consejo Fiscal, esto podría elevar el déficit a 5.5% del PBI en 2026, debilitando la posición fiscal y afectando la estabilidad cambiaria. Eventualmente, además, deteriorar la calificación crediticia.
LEA TAMBIÉN: Oro alcanza niveles históricos y refuerza su papel como refugio clave para los inversionistas
Gonzalo Manrique, economista senior del IPE
Perder la estabilidad del tipo de cambio tendría consecuencias significativas: precios más altos de productos importados, mayor inflación y un encarecimiento de la deuda externa. Aunque el sol conserva una posición sólida, esta no está asegurada.
El deterioro fiscal, la debilidad institucional y un entorno poco propicio para la inversión pueden erosionar progresivamente su fortaleza.
En ese contexto, preservar la disciplina fiscal y reducir la incertidumbre política serán claves para evitar una mayor volatilidad cambiaria que afecte el poder adquisitivo de las familias y la competitividad del país.









