
La presidenta Dina Boluarte ha superado los seis meses sin declarar a los medios de comunicación y solo se limita a participar en actividades oficiales, sin brindar explicaciones o dar pie a preguntas sobre los temas que más preocupan a los peruanos, como la lucha contra la inseguridad ciudadana y las denuncias por corrupción que recaen en ella. De acuerdo con especialistas, la actitud silente de la mandataria no da buenas señales a los inversionistas.
A criterio de Jesús Salazar Nishi, empresario y presidente del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible, el distanciamiento de Boluarte Zegarra con la prensa refleja su falta de liderazgo y alimenta su imagen como una persona confrontacional.
“No solo es su enfrentamiento con la prensa, también lo hace con el Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación, lo cual es grosero”, refirió a Gestión el expresidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
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En esa línea, Salazar Nishi considera que la percepción del sector empresarial sobre la presidenta “es muy negativa” a pesar de que las cifras —recogidas por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP)— muestren que impera el optimismo a corto y largo plazo.
“Ahora hay una desconfianza tremenda que no solo se limita al ámbito de las inversiones, sino en general. Estamos próximos a unas elecciones generales y nos preguntamos: ¿cómo vamos a llegar al 2026? Hoy llegamos fraccionados peor que en 2021″, acotó.
Consecuencias del silencio de Dina Boluarte en las inversiones
El exministro de Economía, Luis Miguel Castilla, considera inaudito que la presidenta Dina Boluarte no rinda cuentas a la ciudadanía a través de los medios de comunicación. Insiste en que no basta con informar “los supuestos logros” del Gobierno ya que como en toda democracia debe atender las consultas ciudadanas.
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Castilla argumenta que las empresas “ya tienen internalizado” que nuestra presidenta no dé la cara a la prensa local pero cuando ha podido, sí ha interactuado con medios internacionales, lo cual muestra “su dualidad”.

“No se proyecta como un gobierno sólido. Ya está normalizado (para las empresas) que no rinda cuentas. No creo que impacte en la reputación o el riesgo país pero, por ejemplo, un inversionista que visita muchos países y ve al Perú, se dará cuenta que la interacción de la jefa de Estado y la prensa es inexistente. No le hace un favor a las inversiones. No creo que afecte la reputación crediticia ni ahuyentará (las inversiones) pero no nos consolida. Es mediocre”, soslayó a Gestión.
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¿Qué esperan las empresas de un Gobierno?
Javier Mosqueira, jefe de la carrera de Administración de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya coincide en que la falta de comunicación de Dina Boluarte con la prensa genera la impresión de que “el Gobierno es débil e incapaz de afrontar los problemas de inseguridad y corrupción”, lo que se traduce en desconfianza ciudadana —plasmada en los altos índices de desaprobación popular—.
“En un contexto político frágil como el que vivimos, el silencio acelera el deterioro de la legitimidad; y por otro lado, da paso a rumores, especulaciones, que cuando hay silencio, aparecen inmediatamente. No es buena política permanecer callados”, añadió para esta casa periodística.
Mosqueira sostiene que la variable ‘optimismo’ es muy frágil y, a pesar de los indicadores económicos, expectativas de inversión y de consumo en verde, no miden la confianza empresarial.
El experto puntualiza que “la inestabilidad política afecta a las inversiones a largo plazo”, por ello es que las empresas valoran muchísimo la certidumbre aparte de los componentes macroeconómicos.

Periodista con más de 5 años de experiencia en la cobertura de coyuntura económica e informes especiales en prensa escrita y digital.