En conversación con Diego Macera, director del Instituto Peruano de Economía (IPE) y miembro del directorio del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), señala sobre las iniciativas del sector público para reactivar la economía. El economista refiere que, si bien las expectativas de crecimiento están en alza, el factor político y las elecciones del 2026, siguen siendo un riesgo importante.
- Después de la recesión del 2023, ya se proyecta un rebote este año. ¿Se puede decir, como dicen en el Gobierno, que se ha iniciado una senda de recuperación y reactivación?
Todo apunta a que este año va a ser bastante mejor que el anterior, pero eso no era muy difícil de conseguir. El primer trimestre todavía ha estado algo lento, con un crecimiento cercano a 1%, y eso es incluso construyendo sobre un primer trimestre bastante malo del año pasado. La agricultura ha sido una de las principales debilidades. De aquí para adelante las expectativas son de crecimiento entre 3% y 4% para los siguientes trimestres. ¿Es mejor que el año pasado? Sí. ¿Es suficiente? No. En un año como este, con buen precio del cobre y condiciones internacionales estables, el Perú no debería crecer menos de 4.5%.
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- ¿Cree que se están tomando acciones concretas para reactivar la economía?
Hay algo de movimiento, pero insuficiente. En infraestructura ha sido una buena noticia la adjudicación del Año Vial Periférico, por ejemplo, y ojalá se pueda avanzar bien con el Jorge Chávez y el Puerto de Chancay, pero falta más destrabe, más muñeca política y más visión. De lo bueno que podía haber habido en los planes Punche ya casi no se escucha y no se presupuestaron.
- ¿Qué acciones debería realizar el MEF para garantizar la confianza de los inversionistas y en general del sector empresarial?
Hay una parte de la confianza que depende del MEF, pero no creo que sea el principal problema. Es más serio que eso. En primer lugar, hay riesgo en la percepción de debilidad del gobierno en general. Y en segundo lugar, el riesgo más grave son las elecciones del 2026, y ahí no hay tanto que el MEF pueda hacer de forma directa. Lo mejor que se podría hacer, y toma tiempo y esfuerzo, es lograr recuperar poco a poco los salarios reales, y para eso se requiere más inversión privada. Llegar al 2026 en mejores condiciones económicas podría hacer la diferencia en una elección ajustada.
- El IPE estima un crecimiento del PBI de 2.4%, ¿qué variables tendrían que moverse para ajustar la estimación?
Hay sesgo al alza. Vamos a ver, por ejemplo, cómo viene el impacto del retiro de fondos de las AFP, si efectivamente se concreta. Ojo que es una mala medida, con impacto en el corto plazo en desmedro del largo plazo. Y hay sectores que ojalá puedan rebotar bien este año, como agricultura, pesca o construcción. Las condiciones financieras globales son más bien un factor de riesgo a la baja, si la inflación no termina de ceder.
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Inversión privada
- El tema del peaje de Puente Piedra y el retiro de exclusividad al puerto de Chancay han ocasionado que diferentes gremios subrayen que no hay estabilidad jurídica en el Perú. ¿Cómo lo evalúa?
Son malas señales para cualquier inversionista que apuesta a largo plazo. ¿Quién se va a animar a poner US$500 millones o US$1,000 millones de su capital, a recuperar en 10 años, si no sabemos qué reglas van a estar vigentes el próximo año? Mal que bien, el Estado Peruano ha sido tradicionalmente serio en su relación con inversionistas de largo plazo. Eso se ha ido debilitando. Si se pierde del todo la imagen de seriedad, podemos olvidarnos de los grandes proyectos pendientes.
- El ministro de Economía, José Arista, anunció el Plan de Austeridad, ¿las medidas se ajustarán al cierre de la brecha de déficit fiscal? ¿qué faltaría?
Está bien que haya preocupación por el equilibrio fiscal, ya que el año pasado no estuvimos ni cerca de cumplirla. Una cosa es volarte la regla creciendo al 5%, y otra creciendo menos 3% a largo plazo. Gran parte del aumento del gasto público se ha destinado a remuneraciones, lo cual es sumamente inflexible y, por ende, problemático para la gestión del déficit. Lo que al final quizás hará la diferencia es el precio del cobre que el recorte del gasto.
- ¿Se podría mejorar la distribución del presupuesto?
A lo que hay que apuntar es a reducir la inercia del presupuesto: no porque el ministerio haya recibido un monto el año pasado debe recibir lo mismo o más al siguiente, como sucede casi siempre. Esa inercia es parte importante del problema, y financia muchísimo gasto innecesario. En general, hay que saber que el gasto público en el Perú no es especialmente alto en relación con el tamaño de la economía, pero debería usarse muchísimo mejor.
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- ¿Cuáles podrían ser los proyectos grandes más urgentes? Se habla de algunos proyectos mineros, pero en general, ¿qué nos falta?
Hay muchos en infraestructura, irrigación, energía, pero nos faltan garantías de que el carro va a seguir andando con las mismas reglas de juego. El Perú tiene muchísimo potencial en varios sectores, más que países competidores, pero -gracias al gobierno anterior en buena cuenta- también la percepción de que nada está garantizado a mediano plazo.
- ¿Cuáles serían las medidas para reactivar el consumo?
Se van intentando medidas muy malas para incentivar el consumo: liberación de AFP, de CTS, etcétera. Eso es solo sustitución de consumo futuro por consumo presente, y sin las ventajas en capitalización del ahorro. La única manera de reactivar consumo de forma responsable es con mayor crecimiento e inversión privada. Eso necesariamente va a mejores salarios. El consumo, hay que recordar, es una derivada de una economía saludable, no una variable a estimular directamente.
- ¿Qué se puede hacer para aumentar los ingresos tributarios? El Gobierno habla solo de la Tasa Netflix, pero no se ha anunciado medidas concretas.
La mejor política tributaria es el crecimiento económico. Una gran mina adicional puede hacer varias veces la contribución fiscal adicional que se espera de algunas de estas reformas. En lo tributario, la prioridad debería ir más bien por cómo le damos más certidumbre y celeridad a los procesos de controversias tributarias. A nadie le conviene controversias tributarias que pasan por siete instancias entre administrativas y judiciales, tomando 15 años en resolverse. Esa sería una excelente reforma, y hay casos de buenas experiencias internacionales para copiar.
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Contexto político
- ¿Cómo “juega” el Congreso en favor -o no- de la reactivación económica?
El Congreso es una fuente ahora permanente de incertidumbre. Más que antes, todos los sectores económicos tienen constantemente las alertas prendidas para calibrar a qué riesgos están expuestos en ese frente. El Congreso siempre ha sido impredecible, pero en los últimos años se ha profundizado mucho la volatilidad en la medida en que los consejos y opiniones de expertos son cada vez menos valorados en comisiones y en el Pleno. Ojalá el Senado pueda ayudar a moderar los ánimos dentro del Legislativo.
- Tomando en cuenta que el Gobierno de Boluarte sería hasta 2026, ¿cree que logren impulsar al menos una reforma necesaria?
El espacio político se ve bastante limitado, y casi cualquier reforma importante necesita el apoyo del Congreso. Si pudiera elegir una sola reforma, y en donde el Ejecutivo puede avanzar una parte él solo, sería intentar consolidar un mejor servicio civil. Necesitas mejores servidores públicos, con trayectorias profesionales claras, a lo largo de ministerios, reguladores, municipalidad, etcétera, y ya no solo en pocas de las llamadas islas de eficiencia. Pero no veo esta ni otras reformas relevantes realizándose en este periodo.
- En el tema político, ¿cree que lo que pasa actualmente -el tema de los Rolex, la reforma constitucional, la JNJ- puede ahuyentar las inversiones?
Probablemente afecte algo las expectativas, pero más pesa la preparación del país -o falta de preparación, más bien- de cara al proceso del 2026.
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Subeditora de Economía. Licenciada en Economía (Esan), con estudios de maestría en Ciencia Política y Relaciones Internacionales (PUCP). Tengo siete años analizando la coyuntura y economía nacional.
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