Dentro de las principales empresas peruanas, la representación femenina en cargos de dirección se ha estancado y sigue siendo menor al promedio regional. Y si bien la brecha salarial está por debajo del resto de América Latina, aumenta según el nivel jerárquico que ocupan las mujeres en su organización.
Estas son las principales conclusiones del Ranking PAR, herramienta desarrollada por la consultora Aequales que brinda reveladoras cifras respecto a la búsqueda de las compañías por la equidad de género. Gestión revisó las estadísticas y conversó con mujeres que tienen un espacio ganado en sectores económicos aún hostiles.
Pendientes de siempre
La representación de mujeres peruanas en todos los cargos de liderazgo está por debajo del promedio regional de 35%, según los datos de Aequales. El porcentaje de mujeres CEO (gerentas generales) es de 20%; con asiento en juntas directivas, 26%; y en la primera línea de mando, de 33%.
Las cifras no mejoran significativamente respecto al 2021. Ese año, la representatividad femenina en juntas directivas era casi la misma, de 25%, y en la primera línea era incluso mayor, de 36%.
Otro dato relevante del estudio es que la brecha salarial peruana es menor a la latinoamericana. Las mujeres ganan en promedio un 13% menos que los hombres. En la región, la diferencia es -en promedio- de 20%.
Sin embargo, la brecha crece conforme aumenta el nivel de responsabilidad que asumen las trabajadoras. En el escalón más bajo es 3%, pero en el más alto llega a 12%.
Donde hay avances, por ejemplo, es en la implementación de protocolos contra el acoso laboral. El 95% de las compañías peruanas cuenta con uno, mientras que el promedio en América Latina es 84%.
Estas mejoras, sin embargo, se estarían quedando en lo protocolar. “No son suficientemente profundos (los cambios). Es decir, que tengan una estrategia (contra el acoso) con planes de acción, presupuesto asignado e indicadores de seguimiento. A eso no llegan ni la mitad de las empresas”, afirma Andrea de la Piedra, la CEO de Aequales.
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Captar talento
Los sectores energético y tecnológico son de los que tienen menor representatividad femenina en cargos de liderazgo, según De la Piedra. Gestión conversó con voceras de estos rubros donde la presencia masculina ha sido predominante para conocer sus realidades. Entre ellas el acuerdo es absoluto: la clave para aumentar la presencia de mujeres en puestos de mando es apuntar a las generaciones que hoy estudian.
En Celepsa, empresa del sector eléctrico del Grupo Unacem, han implementado un programa para su personal de menor edad. “El 49% de nuestros practicantes es mujer. Hemos traído talento joven para que crezcan con nosotros y ocupen cargos importantes como analistas o coordinadores“, asegura Patricia Medina, subgerente de gestión humana y talento de la compañía.
“Tenemos las mismas capacidades que los hombres. Sin embargo, a las mujeres no les atrae la carrera informática. Necesitamos que más mujeres vean lo bonita que es”, agrega Lorena Rojas, que tiene cuatro años como directora BFSI (banca, finanzas y seguros) en Tata Consultancy Services (TCS), empresa que se dedica a la consultoría tecnológica en Perú.
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Por su parte, Sika Perú, empresa del sector construcción -también de predominancia masculina- implementó desde el 2015 un programa en su área de ventas. “Convocamos profesionales recién egresadas de ingeniería civil o arquitectura para que practiquen en otros países. Vienen de México y luego regresan a ocupar cargos laborales. Es una especie de training”, explica Betty Mamani, gerente de recursos humanos en la firma.
Sin embargo, Mamani asegura que todavía queda camino por recorrer en busca de la equidad de género. “Yo traigo profesionales de instituciones como el Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción (Sencico). En las promociones hay un 15% de participación femenina. Queda mucho por hacer”, dice la ejecutiva.
Transnacionales como Coca Cola se han planteado que su compañía esté dirigida en un 50% por mujeres a nivel mundial para 2030. Actualmente, su talento femenino ocupa el 37.5% de las posiciones de liderazgo en la región, incluido Perú.
“Para lograr el objetivo, tenemos un Consejo Global de Liderazgo de Mujeres. Funciona como un observador del compromiso que marca la empresa para que no sea solo declarativo y haya seguimiento”, dice Verónica Bonifaz, directora de Asuntos Públicos, Sustentabilidad y Comunicaciones para Coca Cola Perú.
En otros sectores, como el inmobiliario, el avance de las mujeres hacia cargos de dirección se ve más verde. “Los cargos directivos, donde toman las decisiones, todavía son masculinos. En el gremio solo yo aparezco”, asegura Carola Pacheco, gerenta general de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI).
De acuerdo a Pacheco, en su rubro las mujeres están limitadas a espacios comerciales y de venta. Un encasillamiento que espera que se revierta de a pocos. “Recién estamos viendo presencia en mandos medios con mujeres a cargo de proyectos inmobiliarios o gerentas de obra”, detalla.
El informe de Aequales tiene cinco categorías: gestión de objetivos, estructura organizacional, cultura organizacional, gestión del talento, y género y diversidad. Para la edición de este año participaron 710 organizaciones de 18 países de la región. Perú fue uno de los que mayor presencia tuvo, con 197.
A las mujeres les seguirán faltando horas, según Centrum
Las mujeres peruanas usan un 38% de su tiempo en actividades productivas que no son remuneradas, como las labores del hogar. Los hombres solo lo hacen en un 24%, según un reciente estudio publicado por Centrum PUCP.
Las mujeres más jóvenes (20 a 29 años) dedican en promedio tres horas adicionales al día que los hombres a labores del hogar. A la vez, ha aumentado el tiempo que dedican a trabajar y actividades personales como el deporte. Una tendencia que también se observa en el nivel socioeconómico más alto.
“Las 24 horas del día no les alcanzan. Trabajan igual que los hombres, regresan a atender su hogar y encima tienen esa necesidad de estudiar o hacer deporte”, sostiene Beatrice Avolio, autora del estudio.
A futuro, la investigadora duda que la tendencia se revierta. “Es una situación preocupante. Puede tener graves consecuencias en la salud mental, como la ansiedad. No se dan abasto”, agrega la investigadora.
El estudio “Análisis de sexo, edad y diferencias socioeconómicas en el uso del tiempo: evidencia de un país latinoamericano” realizó su trabajo de campo en Lima urbana. La muestra total tuvo 950 observaciones.