Si no hay calidad de agua, tampoco hay calidad de vida. En el Perú, de acuerdo con Videnza Consultores, alrededor de 2 millones de peruanos no cuentan con una conexión al servicio, lo que no significa que el resto de la población goce necesariamente de agua de calidad. ¿Por qué?
Milton von Hesse, director de la firma mencionada y exministro de Vivienda, explica para Gestión las cifras detrás de la desigualdad y configura una radiografía de cara al 2025.
LEA TAMBIÉN: Voces empresariales sobre 2025: entre la recuperación de confianza y el año preelectoral
¿Inversión antes que servicio?
El especialista detalla que existe una confusión en los focos. “El principal problema en el sector de agua y saneamiento es que la atención de todas las autoridades está centrada en la inversión, en sembrar infraestructura, pero no está centrada en el servicio y en su calidad”, sostiene. En suma, la acumulación de proyectos no garantiza que, con el tiempo, la asistencia sea óptima.
Von Hesse respalda su premisa en los números: en el 2017, faltaban S/23,000 millones para cubrir la necesidad del país; no obstante, hoy en día y con el dinero ya dispuesto, “la brecha, en vez de disminuir, se ha incrementado”. Añade que las inversiones no se destinan a reemplazar tuberías o plantas de tratamiento, sino a sumar obras a la lista.
El panorama se trasluce en las cifras: Videnza ha identificado que, en la costa, solo la mitad de los hogares que tiene un caño de agua en su casa —al menos durante algunas horas al día— cuenta con un recurso cuyo nivel de cloro asegura una desinfección.
Y la situación de la selva y la sierra es peor. “Únicamente el 20% —1 de cada 5 hogares— que tiene un caño en su casa goza de agua clorada en cantidad suficiente. Es decir, 8 de cada 10 hogares abren el caño y sale agua, pero no desinfectada con el nivel de cloro oportuno”, detalla.
Las regiones que más han avanzado en paliar la brecha son Moquegua, Apurímac, Tacna, Arequipa y Callao: cada una tiene un porcentaje superior al 96%. Lima Metropolitana, por su parte, registra un acceso de 94%; o sea, 6% de la población carece de una conexión domiciliaria de agua.
En cambio, los porcentajes en la selva son alarmantes. El 23% de población de Ucayali no tiene acceso a una conexión domiciliaria; y lo mismo ocurre con el 32% de Loreto. La fisura, además, “se concentra en sus zonas rurales”, acota Von Hesse.
LEA TAMBIÉN: La educación como una de las preocupaciones del sector empresarial: balance del 2024
¿Cuáles son las expectativas para el 2025?
El MVCS calculó, en la segunda semana de diciembre, que para este año habrá 745 proyectos de agua potable y saneamiento en diferentes zonas del país.
Durich Whittembury, titular de dicho ministerio, anunció que de ellos es el Proyecto de Comas e Independencia, una obra que atenderá a los asentamientos humanos de ambos distritos. Asimismo, en Piura, el sector comenzará la ejecución del Proyecto Asentamientos Humanos de Piura, en beneficio de más de 466,000 personas y, en Juliaca, arrancará la ejecución de las fases II, III y IV del Proyecto Integral de Juliaca.
LEA TAMBIÉN: Ahora hay más trabajadores familiares que no reciben paga en Lima: ¿por qué?
Orientaciones para el Gobierno
El vocero de Videnza sugiere, con la finalidad de conseguir mayor eficiencia en el 2025, reorganizar el Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS) para consolidar a las empresas prestadoras de servicio. “Para garantizar que por lo menos haya una sola EPS por región, lo que significa que hay que empezar a consolidar las EPS en una sola”, menciona von Hesse.
Resalta, además, que sería de gran ayuda convocar al sector privado, de manera que los funcionarios de un municipio trabajen en conjunto con las empresas profesionales. En este punto observa un desperfecto: “Hay empresas de agua y saneamiento que pierden casi el 50% de lo que producen, salvo Sedapal, que pierde poco menos del 30% de lo que produce. Este porcentaje sube hasta 44% o 45%”, detecta.
Por último, el especialista no deja de lado el factor corrupción. “Lamentablemente, la ejecución de proyectos de agua y saneamiento ha sido vista como una fuente de recursos para la corrupción. Se invierte mucho en proyectos que no importa si van a funcionar o no. [...] En muchos gobiernos regionales, se ejecutan con administración directa para poder manejar, por ejemplo, la contratación del personal”, subraya.
Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.