El gasto de las familias no deja de caer en un contexto de debilidad de la economía de Perú y un fenómeno de El Niño que es uno de los principales riesgos para el país. El Índice Big Data de Consumo de BBVA Research —que contabiliza las compras con tarjetas de crédito y débito y los retiros de dinero a través de cajeros y ventanilla, corregidos por la inflación— se contrajo por séptimo mes consecutivo en setiembre.
“Este debilitamiento del gasto de las familias se da en un contexto de menor dinamismo del empleo y caída de los ingresos laborales (ajustados por inflación) del sector formal. Además, se ha acentuado la debilidad de la confianza del consumidor”, explica el reporte del BBVA Research.
La creación de puestos de trabajo formales se viene desacelerando a nivel nacional. En diciembre del 2022 el empleo formal en el Perú creció 4.6%, mientras que en agosto último el incremento fue de solo 1.7%.
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Po su parte, el índice de Confianza del Consumidor se consolida en terreno negativo: pasó de puntuar 43.8 en diciembre del 2022, a 35.5 en agosto del 2023. Esto se refleja en el ritmo de adjudicación de créditos de consumo cuyo crecimiento se desaceleró de 24.8% a 13.2% en el mismo periodo.
A pesar de que la caída en el Índice Big Data de Consumo de setiembre (-8.8%) es menos pronunciada que la de agosto (-10.3%), no se puede hablar todavía de un cambio de tendencia.
“Es muy prematuro hablar de una recuperación, tenemos buena cantidad de información para agosto que muestra que la actividad estuvo débil. Estos indicadores sugieren que setiembre también estuvo poco dinámico”, señala Hugo Perea, economista jefe de BBVA Research, entidad que recientemente recortó la proyección de crecimiento del consumo privado de este año de 1.9% en junio a 1% en setiembre.
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Gasto con tarjeta
En detalle, sobre el consumo con tarjeta, si bien los mayores recortes vienen por los componentes menos esenciales del gasto —como entretenimiento (-19.3%), turismo (-13.9%) y moda y belleza (-20.4%)—, componentes como alimentación (-6.3%), educación (-3.5%) y salud (-12.1%) también registran una contracción en septiembre.
“Estamos viendo ajustes importantes en la canasta de consumo, lo cual es consecuencia directa de la caída sostenida en los últimos 17 meses en los ingresos reales de las familias”, señala Paola Herrera, analista del Instituto Peruano de Economía (IPE).
La contracción en el consumo privado es consecuencia de los menores niveles de inversión privada que venimos experimentando desde comienzos de año, dado que la inversión privada es el principal determinante en la creación de nuevos puestos de trabajo. Sin nuevos puestos de trabajo, no crecen los ingresos y sin ingresos, se deprime el consumo.
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“Para inversión privada, este año proyectamos que caiga 7.7%. En el 2024 habría un pequeño rebote, crecería solo 0.3%. Por su parte hemos recortado a la mitad nuestra proyección para el crecimiento del consumo privado, esperamos que sea solo 0.6% en el 2023”, explica Herrera.
El depósito de la Compensación por Tiempo de Servicio (CTS) en noviembre y la gratificación de diciembre levantarían el gasto de las familias en el último trimestre del año, pero se trataría de solo un efecto transitorio.
Bachiller en Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN y especialista en Sostenibilidad por la Pacífico Business School. Fue analista de Sectores y Empresas y del Content Lab de Semana Económica. Actualmente es redactora senior de economía en Gestión.