Debate de Políticas Públicas
Los retos económicos de corto plazo del nuevo Gobierno
Debate de Políticas Públicas Los retos económicos de corto plazo del nuevo Gobierno

El viernes 18 de junio, Carolina Trivelli, Carlos Oliva, Carlos E. Paredes y Humbeto Campodónico participaron en la última edición del Debate de Políticas Públicas, iniciativa de la Universidad Continental, Intelfin Estudios y Consultoría y el diario Gestión. En esta ocasión, los expertos compartieron sus ideas respecto a las prioridades en el corto plazo que deberá tener el siguiente gobierno en lo que respecta a la política económica.

Prioridades de la Política Económica en el Corto Plazo

Carolina Trivelli

Una prioridad fundamental es generar una respuesta económica para las miles de familias que han perdido su ingreso debido a la pandemia. La pobreza y el hambre, que pensábamos superados, hoy afecta a unos 4 o 5 millones de peruanos y no se está atendiendo. Una segunda prioridad es la continuación y agilización de la vacunación masiva, así como el cierre de los contratos para las vacunas del próximo año (niños y jóvenes) ya que este mercado sigue siendo un mercado complejo. Una tercera prioridad es establecer una ruta de recuperación económica y calmar a los mercados para que superen este periodo de alta volatilidad, característico de nuestros procesos electorales

Por el lado productivo, dado que la campaña agrícola empieza en setiembre, quien entre al gobierno va a empezar con retraso y debe tener una respuesta lista para implementar inmediatamente en el sector. Si bien hemos visto acciones para la pequeña agricultura desde el Minagri, muchos agricultores pequeños aún siguen desatendidos. Esto es muy importante para apuntalar esfuerzos en el ámbito rural y asegurar que haya una siembra adecuada para que en el 2022 no veamos efectos negativos de la pandemia sobre la disponibilidad y precios de alimentos. Tenemos una ventana muy corta para promover el desarrollo agrícola.

Carlos Oliva

Hay 4 prioridades: una de corto plazo y tres de mediano y largo plazo. Las cuatro se deben empezar a trabajar desde ahora, incluso antes que asuma el nuevo gobierno. En primer lugar se debe lograr el control sanitario (principalmente a través de las vacunas) y la ejecución de políticas específicas y temporales a sectores vulnerables para mitigar los efectos negativos en los ingresos y el empleo. Sin esto, las medidas de mediano y largo plazo no tendrían mucho efecto

En segundo lugar, debemos trabajar para recuperar la estabilidad macroeconómica que luego de 20 o 30 años se ha visto afectada a raiz de la pandemia. Principalmente, tener una senda creíble y sostenible de las cuentas fiscales para los próximos 5 años. Por la parte monetaria, mientras se mantenga la independencia del BCRP y se escojan directores capaces, no habría de qué preocuparse. El tercer tema tiene que ver con la competitividad de las empresas. Es necesario implementar una serie de medidas que para tener un crecimiento alto y sostenido en los próximos años: i) las políticas transversales, muchas de las cuales se encuentran en el Plan Nacional de Competitividad del 2019; y ii) las políticas sectoriales. Por último, es imprescindible mejorar la gestión pública.

Carlos E. Paredes

Es indispensable definir qué se quiere lograr en el corto plazo y a dónde se quiere llegar en el mediano y largo plazo. El crecimiento de largo plazo y los niveles de ingreso per capita (qué tan ricos o pobres somos) tienen poco que ver con políticas macroeconómicas de corto plazo (estabilización), sino con el marco general de política económica. Lo más importante en el corto plazo y en el contexto en el que estamos son las señales que el nuevo gobierno dé a la población y al mercado. Seamos claros: el orden macroeconómico no es un objetivo exclusivo del neoliberalismo, es un requisito para el éxito de cualquier tipo de gobierno. Lo importante será asegurar la gobernabilidad del país. ¿Será un gobierno de ancha base que tiende puentes o uno que trate de imponer una agenda propia por la que no votó la mayoría de la población?

Por otro lado, si bien es relevante priorizar el hambre y a la población vulnerable, desde el punto de vista de la demanda agregada, la economía no se va a mover por los bonos que se otorguen, sino por la inversión. La inversión está parada y los mensajes políticos son cruciales para generar confianza y calmar al mercado. El próximo gobierno debe legitimarse frente a más del 50% de la población que no le dio su voto.

Humberto Campodónico

Existes tres rasgos básicos de esta recesión post pandemia: el desempleo masivo en las ciudades (tenemos más de 2 millones de desempleados), el aumento de la pobreza del 20% al 30% y una salida de capitales en los últimos meses (incluso antes de elecciones). Para hacer frente a esta recesión, es necesario mantener y mejorar la estructura actual de la compra de vacunas y vacunación. La reactivación económica tiene como un componente central y fundamental a la población económicamente activa, aquella que trabaja y se desplaza.

Por otro lado, tenemos incertidumbre y polarización. El retraso en los resultados presidenciales y la polarización sobre los mismo es un hecho importante, sobre todo porque, quien gane, debe dedicarse en el primer año a la lucha sanitaria y a la reactivación económica. Reactivación que debe enfocarse en la pequeña empresa (la pequeña agricultura, el turismo, entre otros), articulando medidas de corto, mediano y largo plazo. Para ello, contamos con dos ejes: la necesaria reforma del Estado y la diversificación productiva. Considero que hemos tenido una política económica fiscal con aspectos positivos, pero que ha tenido rasgos de autocomplacencia muy grandes, llevándose em piloto automático y confiando ilusamente en el chorreo. Esto ha resultado en que no se sepa aprovechar este ahorro generado para inversiones dirigidas a salud y educación.

No podemos seguir con las mismas políticas de antes. La gente reclama que quiere un cambio en las políticas económicas (en mayor o menor medida) y esa discusión es importante, pero en un marco de certidumbre.

Salud y Reactivación Económica

Carlos Oliva

Es necesario despejar la incertidumbre política y el cambio de gobierno tiene que mantener a las personas que están trabajando y supervisando el proceso de vacunación (principalmente ministerios). Para que la vacunación sea eficiente, lo ideal es seguir construyendo sobre lo avanzado y no destruir para comenzar de nuevo. Se necesita estabilidad y el próximo gobierno debería trabajar en ello.

Carolina Trivelli

Se debe acelerar el proceso de vacunación, sobre todo de las personas más activas en los mercados laborales, siendo parte fundamental del proceso de reactivación. Se necesita impulsos para creación de empleo producto de la reactivación de actividad económica urgente. Esto tiene que venir de la mano de priorizaciones en el plan de vacunación: por ejemplo, profesores en zonas rurales. Además, en el último trimestre de este año deberíamos ya contar con procesos de control de la pandemia para asegurar que niños y niñas vuelvan a la escuela, lo cual no solo contribuye con la educación y alimentación de los niños, sino permitiría a la reinserción de las mujeres en la economía.

Humberto Campodónico

En lo que respecta a la salud, es clave fortalecer el primer nivel de atención, lo cual debe complementarse con la mejora del suministro de oxígeno medicinal. En lo que respecta a la reactivación, se necesita de reinvindicaciones laborales: hay una serie de contratos CAS, contratos precarios y bonos Covid incumplidos, necesarios para los ingresos de las personas. Por otro lado, los bonos universales son útiles, ya se ha demostrado que estos contribuyen al PBI y disminuyen la pobreza. Finalmente, sería bueno relanzar Reactiva Perú (ha habido un relanzamiento parcial), dinamizar la inversión pública y dar una ayuda especial para el sector turismo.

Carlos E. Paredes

Todos coincidimos en que continuar con la vacunación es esencial y hacer cambios sería muy disruptivo. Sin embargo, a pesar de haber avanzado mucho, la vacunación recién está iniciando y, a medida que progrese el proceso, será cada vez más difícil y más costoso. Estos grandes retos que tenemos por delante representan una oportunidad para tender puentes con la sociedad civil y atender conjuntamente una necesidad social urgente. En el tema del oxígeno, deberíamos preguntarnos si el Estado debería tener un rol importante en el suministro. Asimismo, el nuevo gobierno debe darse cuenta que el problema principal del Estado no es normativo, sino de gestión, y para tener buenos gestores, hay que pagarles. No se deben tener medidas contradictorias a nuestras prioridades. En lo que respecta a la reactivación, tenemos que hacer lo posible en lo político para reducir la incertidumbre. La inversión es sumamente importante y tenemos coyuntura internacional extraordinaria que debemos aprovechar.

Política fiscal y capacidad de endeudamiento

Humberto Campodónico

Según las últimas cifras del Marco Macroeconómico Anual, el déficit fiscal va a bajar alrededor de 5 puntos en el 2021 y el nivel de deuda en el 2020 pasó de 26% del PBI a 35% -niveles similares a Chile- y para este año se plantea una subida adicional de 2 puntos porcentuales, para luego estabilizarse por debajo del límite del 30% del PBI en el año 2026. Debemos entender que este límite de 30% es autoimpuesto; en países desarrollados este límite llega al 70% y el exministro Carranza sostenía que podíamos llegar al 40%. Todavía hay recursos fiscales importantes del Estado que no han sido utilizados y pueden servir. El neoliberalismo nos dejó unas cuentas macrofiscales estables cuya sostenibilidad se debe mantener, pero no a costa de tener malos sistemas de salud. Existe capacidad para enfrentar mayor déficit fiscal y deuda, y aprovechar este contexto de tasas de interés bajas para las políticas de reactivación. Por ejemplo, el dar bonos universales, política que es apoyada por organismos internacionales y que el gobierno actual debería estar implementando.

Carolina Trivelli

Las intervenciones temporales son necesarias como, por ejemplo, la expansión del Programa Juntos, que no requiere de mucha inversión. La implementación de bonos es sumamente importante, pero deberían ser focalizados, no universales. Por otro lado, después de esta campaña electoral y de todas las propuestas realizadas, hay que racionalizar aquellas que se priorizarán, debiendo mantener un control sobre el gasto corriente, sobre todo a la luz de la recaudación tributaria. Si no podemos asegurar un incremento en ingresos fiscales sostenidos, va a ser complicado gastar más. Debemos definir por qué queremos endeudarnos y evaluar si con este gasto realmente nuestro PBI potencial se expandirá o si nos volveremos más competitivos. Necesitamos un Estado que gaste más y que gaste mejor. Una de las tareas centrales para el próximo gobierno es un plan de consolidación fiscal.

Carlos Oliva

Es imposible regresar a la situación pre-pandemia en el corto plazo. Es urgente que el próximo gobierno defina sus reglas fiscales y una senda de consolidación fiscal creíble; si no lo hace, tendría que cumplir la regla vigente que es un déficit de 1% del PBI para el próximo año, lo cual sería muy restrictivo y no recomendable. Mantener la deuda pública por debajo del 40% sería lo prudente; el incremento en el pago de intereses reduce el espacio para inversión pública en el futuro. Existen tres variables que debemos tener en cuenta para política fiscal: (i) el crecimiento económico, que ojalá esté por encima del 4%; (ii) la recaudación tributaria, que es imprescindible aumentar progresivamente, por ejemplo, a través de una reforma del impuesto predial, la masificación de comprobantes electrónicos, entre otros; (iii) el gasto, que es necesario aumentarlo de manera sostenible y compatible con nuestros objetivos de largo plazo.

Carlos E. Paredes

Existen objetivos que pueden ser contradictorios en el corto plazo. Por un lado, se quiere tener políticas contracíclicas para hacer frente a la crisis y por otro, se piensa en incrementar impuestos directos. Si bien es deseado incrementar la recaudación, se debe de tener en cuenta el trade-off existente y evaluar qué tanto me rinde versus qué efectos negativos puede tener, además de saber que existe un problema de gestión. Si bien se podrían hacer incrementos temporales en impuestos, estos deberían ser coordinados para no ahuyentar la inversión. Asimismo, se debe tener en cuenta que la deuda tiene un límite, el cual se debe imponer por la convicción de que nos va mejor cuando tenemos orden macroeconómico. El problema de los servicios de salud también tiene que ver con gestión y con calidad del gasto. Es indispensable que el nuevo gobierno nos diga cómo va a mejorar la calidad de gasto. En cuanto al déficit, si bien en un contexto de tasas muy bajas o negativas en términos reales se pueden tener niveles de déficit muy altos, esto no es deseable. No creo que queramos repetir un déficit de 8% o 9% del PBI este año.

Capacidad de Gestión del Estado

Carlos Oliva

Es clave la reforma del Servicio Civil, por lo que cualquier intento de gestión tiene que partir como base de sus recursos humanos, teniendo en cuenta la Ley del servicio Civil. Por otro lado, el Sistema de Compras, almacenamiento y logística tiene grandes carencias, por lo que será necesario que con ayuda de la tecnología se pueda mejorar la eficiencia y efectividad.

Carolina Trivelli

El aparato público necesita de sistemas actualizados para que la gestión sea más ágil y rápida, así como generar confianza en la población luego de los problemas de corrupción que hemos enfrentado. Actualmente, tenemos órganos de control muy pesados, complejos y discrecionales que colisionan con funcionarios públicos comprometidos. Asimismo, tenemos que asegurar que el Estado tome decisiones basado en evidencia sólida, es decir un análisis costo-beneficio claro para lograr objetivos y dejar de lado la inercia.

Humberto Campodónico

El gobierno de Fujimori se concentró en las llamadas islas de eficiencia (BCRP, MEF, SUNAT, OSINERMING, entre otros), dejándose de lado la reforma del Servicio Civil. Ahora, es importantísimo implementar esta reforma, donde la homologación y la meritocracia son centrales. Esto, aunque sería costoso, serviría como un antídoto contra la corrupción.

Carlos E. Paredes

Los peruanos estamos pagando un costo muy alto por la corrupción, la sufrimos a través de sus consecuencias macro y de debilitamiento institucional. Y, aunque es difícil combatirla, la forma en la que lo estamos haciendo en la actualidad, no está siendo muy efectiva. Las instituciones de control están teniendo un efecto contraproducente: interferir con la gestión generando un “pánico a firmar”. La nueva administración debería concentrarse en luchar contra la corrupción sin obstaculizar la gestión del aparato público.