La inflación anual en Paraguay y Perú se disparó en octubre a niveles no vistos en al menos una década, al tiempo que el aumento de los precios de la energía y los alimentos representa un desafío para los bancos centrales.
La inflación de Paraguay llegó al 7.6% con respecto al año anterior, a medida que los precios del combustible importado se dispararon un 33.3% y productos alimenticios locales como la carne de res, el pollo y las verduras se encarecieron un 14.7%.
En Lima, los precios al consumidor aumentaron un 5.83% con respecto al año anterior, su mayor alza desde enero del 2009.
El aumento en los alimentos y la energía representa un dolor de cabeza cada vez mayor para los formuladores de política de América Latina, al tiempo que los primeros informes de inflación de octubre sugieren que los bancos centrales seguirán bajo presión para subir las tasas de interés en un intento por mitigar los efectos de los precios de segunda ronda.
En Paraguay, los precios internacionales del petróleo determinarán la trayectoria de la inflación durante el resto del año, según el economista jefe del banco central, Miguel Mora.
“Somos un tomador de estos precios internacionales y un importador neto de derivados de crudo”, dijo en un seminario web después de que se publicaron los datos.
El banco central de Paraguay señaló que aumentará su tasa de referencia en alrededor de 125 puntos básicos en sus últimas dos reuniones de política de este año.
La tasa se sitúa ahora en el 2.75% después de que los formuladores de política la subieran 200 puntos básicos desde agosto. Perú ajustó su política monetaria por tercer mes consecutivo, elevando su tasa hasta 1.5% en octubre.