Tras un primer trimestre marcado por protestas sociales en el sur y una emergencia climática en el norte del país, la actividad económica ha sido afectada. Las estimaciones de crecimiento se han reducido y ahora, con un fenómeno de El Niño a la vista la situación puede ser más compleja. El economista jefe de Credicorp Capital, Daniel Velandia, conversó con Gestión sobre los retos que tiene la economía peruana en medio de esta coyuntura.
¿Cómo están viendo la actividad económica luego de este primer trimestre complicado?
Las cosas han cambiado de manera importante, sobre todo desde las protestas sociales que enfrentamos en diciembre y enero. Los efectos climáticos han generado un impacto adicional sobre las expectativas de crecimiento de este año. Y ahora con la incertidumbre de El Niño y su intensidad se mantienen riesgos a la baja de la actividad económica.
¿Qué está sosteniendo la economía peruana?
Hay tres componentes que están ayudando. Primero, la inversión pública que se está comportando bastante mejor que en el pasado, cuando hay cambio de autoridades; segundo, el empleo privado formal, que no se ha desacelerado, y tercero, la reapertura china que juega un papel importante en en el precio de commodities.
¿Cuánto crecería la economía?
Estimamos 1.8% para este año y, paradójicamente, sería el crecimiento más alto entre las economías grandes de la región.
¿Cómo que es que 1.8% puede ser un crecimiento alto?
Allí hay que hacer una aclaración. Perú, hasta hoy, ha sido el país más rezagado en la recuperación económica entre los seis países grandes de América Latina. Todos lo superan. Cuando se ve el dato de febrero en niveles de actividad y lo comparas con febrero del 2020, Perú es el que está más abajo entre Brasil, Argentina, México, Chile y Colombia. Entonces, crecer más que el resto es porque está más rezagado en la recuperación. Los otros países crecieron mucho en años anteriores y ahora se desaceleran.
¿Este soporte de la economía es coyuntural o estructural?
A nivel interno es coyuntural. El gasto público se hace en base a lo que viene sucediendo, como las obras de reconstrucción o ayudas puntuales en el norte o sur del país. Y el mercado laboral ayuda en la primera parte del año, pero conforme se desacelera la economía se irá debilitando en la segunda parte del 2023. Los factores estructurales para un mayor crecimiento pasan por la inversión privada y es allí donde está el signo de interrogación.
¿Cuáles son los riesgos para la economía?
Por importancia, sigue siendo lo social y político. El tema de protestas sociales si bien se han moderado, es un riesgo latente porque no tenemos ni idea de lo que va a pasar en ese sentido. Estas tensiones pueden llevar a una discusión de adelanto de elecciones y de un eventual cambio de Constitución.
¿Y en el corto plazo?
Nos preocupa lo que pueda pasar con el Fenómeno de El Niño, por los sucedido en el 2017 y sus impactos. Esto podría afectar incluso en el primer semestre.
Mencionó que hay un signo de interrogación sobre la inversión privada. ¿Qué está pasando?
Se ha visto volatilidad de la confianza empresarial, pero sigue pesimista y acumula el mayor número de meses en esta situación desde que se mide. Está en terreno pesimista desde la pandemia, es decir, acumulamos tres años así y es algo que no se ve en otros países. Mientras esta confianza no aumente, difícilmente habrá mayor inversión.
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¿Qué está influyendo para tener ese pesimismo?
Lo más importante pasa por el lado político. No tener reglas de juego claras, saber si habrá o no elecciones, etc. Así se dieran elecciones en abril del 2024, no veo a los empresarios tomando decisiones en este año, porque no hay ninguna claridad de lo que podría pasar. Lo segundo es el tema económico, cuando se habla de una recesión global o el cambio climático, lo que complica las decisiones para invertir.
¿Cuál es la previsión que tienen para la inversión privada?
Para este año es de una caída de 3%, por una reducción de 18% de la inversión minera, y de entre 1% y 2% de la no minera.
¿Cómo se cambia esta situación?
Para mí, todo pasa por lo político y en el corto plazo no va a cambiar. Pero sí se requieren medidas que logren destrabar los proyectos de inversión.
¿Sin estabilidad política seguiremos con crecimiento bajos?
Creo que sí. El PBI potencial ha caído más después de la pandemia, incluso más que en otros países de la región. La situación política está afectando en mayor medida que antes al comportamiento de la economía. Cuando se habla del crecimiento potencial cayendo, implica que los menores crecimientos están para quedarse.
El riesgo de crecer poco
Daniel Velandia afirmó que entre el 2019 y el 2023, de cumplirse el estimado de crecimiento de 1.8%, el Perú habría acumulado un crecimiento de apenas 1.9% en estos cinco años.
“Este 1.9% da un indicio de hacia donde puede estar convergiendo el PBI potencial que está estimado actualmente entre 3% y 3.5%. Puede que se no sea 2%, pero si tienes crecimiento más bajos por mucho tiempo, estás convergiendo hacia un nuevo equilibrio”, afirmó.
El economista afirmó que si bien este menor crecimiento está afectando a la mayoría de países de América Latina, en el Perú hay una convergencia más rápida, porque es el más rezagado en la recuperación debido a su situación política, que no permite que la inversión privada impulse la economía.
“Lo político también implica que no haya una buena ejecución del gasto público. Entonces toda la inversión termina rezagada”, precisó Daniel Velandia.
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