Los créditos de consumo, que avanzaron vigorosamente hasta principios de año, se desaceleran por una mayor cautela de las entidades financieras.
Potenciales dificultades en el pago de estos préstamos están llevando a la banca a racionar la oferta de estos créditos, restricción que ya había sido anticipada en meses previos en las encuestas realizadas por el Banco Central de Reserva (BCRP) a las instituciones financieras. En estos sondeos, efectuados en anteriores trimestres, los bancos anunciaban condiciones más duras en los préstamos de consumo.
Estos créditos aumentaron a ritmo anual de 21.8% a fin del 2022, pero luego se desaceleraron a 13.4% en julio último. En ese ínterin, la morosidad de este tipo de financiamiento trepó de 2.51% a 2.99%.
Las causas de este enlentecimiento pueden hallarse también en los crecientes riesgos de los préstamos de consumo en Perú, Brasil, México, Chile y Colombia, que llaman la atención de la calificadora Moody’s, pese al descenso de la inflación en esos países.
En los últimos cinco años, el endeudamiento de los hogares como porcentaje del PBI ha aumentado en dichas economías, en promedio, en 156 puntos básicos, precisa.
En particular, estima que una inflación más persistente en Perú y Colombia probablemente prolongará las tensiones en la calidad de los activos -de los créditos de consumo con problemas de pago- más allá de los próximos dos trimestres en esos dos países.
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Bancos más estrictos por subida de morosidad
Moody’s señala que a medida que el aumento de la inflación, que comenzó en el 2021, afectó duramente los presupuestos de los consumidores, los hogares recurrieron a mayor endeudamiento o a destinar una mayor parte de sus ingresos disponibles al pago de sus obligaciones con la banca.
En un entorno de inflación aún alta –con precios de alimentos aumentando 11% en un año- y de economía local languideciente, la cartera de créditos de consumo se deteriora aún más, lo que tendrá correlato en la subida de la morosidad en los próximos seis meses, afirma el docente de economía de USIL, Sergio Urday.
“Las encuestas del BCR ya lo anunciaban, las entidades financieras van a estar más conservadoras; están cerrando el caño, pero los pagos de la gente que ya tiene acceso a crédito y tarjetas de crédito van a deteriorarse. Las tarjetas son muy riesgosas, pues los tarjetahabientes con problemas de pago copan la línea de crédito, pero después no pagan”, detalla.
Incluso la morosidad de los créditos de consumo, considerando aquellos declarados en pérdida y retirados de los balances de los bancos, “se va a disparar aún más”, advierte Urday, que anteriormente ocupó la gerencia de estudios económicos de la Asociación de Bancos (Asbanc).
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¿Cómo evitar mayores problemas de pago?
“La calle está dura por la inflación y la economía que no crece; los ingresos de las personas se quedan cortos y van a dejar de pagar (sus créditos)”, añade.
Para revertir la tendencia creciente de la morosidad de los créditos de consumo, la economía -que se contrajo 0.58% hasta julio- tIene que salir del letargo, sostiene Urday. Solo así se romperá el círculo vicioso de menores ventas de empresas, que a su vez las conduce a reducir planes de inversión y de contratación de empleo, con lo que las personas generan menos ingresos e incurren en problemas de pago, añade.
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