Las economías emergentes seguirán sufriendo las consecuencias de los problemas económicos de Estados Unidos, que restringen su acceso a los mercados y elevan los costos de financiación, según un informe de Moody’s publicado el jueves.
La combinación de la política monetaria estadounidense, las tensiones del sistema bancario y “las posibles consecuencias del estancamiento del techo de la deuda” contribuyen a la debilidad de las condiciones crediticias en los mercados emergentes, dijo la agencia de crédito, que añadió que la mayor economía del mundo se encamina a una leve recesión en el segundo semestre del año.
Se espera que la Casa Blanca y los congresistas republicanos reanuden el jueves las negociaciones sobre un acuerdo para elevar el techo de la deuda pública, de US$ 31.4 billones, cuando queda tan sólo una semana para un posible comienzo de impagos.
“La atención de muchos participantes en el mercado ha vuelto a centrarse en las perspectivas de crecimiento económico mundial y en la futura senda de las tasas de interés estadounidenses”, señala el informe, dirigido por la analista Vittoria Zoli. “Los riesgos para nuestro escenario base incluyen si la inflación estadounidense cede y con qué rapidez, y la respuesta de la Reserva Federal a la misma”.
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Moody’s espera que el crecimiento disminuya “en la mayoría de los mercados emergentes este año”. Los exportadores de materias primas de Oriente Medio, África y América Latina son los que más van a sufrir, a medida que los precios de las materias primas declinan debido a los temores de recesión y a la preocupación por el exceso de oferta.
“El aumento de los precios de las materias primas (con la excepción del mineral de hierro) desde la reapertura de China ha sido relativamente moderado, si no negativo”, señala el informe.
La agencia de crédito, que califica la deuda soberana de 105 mercados emergentes, añadió que las economías de frontera corren un mayor riesgo de cesación de pagos al no poder recurrir a los mercados internacionales.
Pero también señaló que existe un “cierto grado de estabilización”, con una ralentización del ritmo de rebajas de la calificación de la deuda soberana en relación con las mejoras.
Moody’s rebajó recientemente la calificación de Bolivia de B2 a Caa1, la de Pakistán de Caa1 a Caa3 y cambió su perspectiva de negativa a estable, y la de Kenia de B2 a B3. Además, puso la perspectiva de Egipto bajo revisión para una posible rebaja desde estable.
Fuente: Reuters
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