Los sembrío de coca y amapola se han venido incrementando en los últimos tiempos, al punto de abarcar más de 60,000 hectáreas en todo el país, principalmente en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), Cajamarca, Amazonas y Piura, reveló la consultora Maximixe.
“La zona de producción está entre Celendín y Chota. Bambamarca viene a ser el lugar donde se acopia toda esta producción y hay todo un auge que viene explicando gran parte de la economía cajamarquina en base a la amapola”, dijo este miércoles Jorge Chávez Álvarez, presidente ejecutivo de la referida firma, en declaraciones a Canal N.
Según Chávez, en Bambamarca y Chiclayo han surgido cientos de edificios, hoteles, casinos, casas de cambio, discotecas, tragamonedas, patios de comida y cines recientemente, las cuales se tratan en realidad de empresas de “fachada” para el lavado de dinero de diversas actividades ilícitas.
Asimismo, el sistema financiero, las universidades y las empresas de transportes han permitido amplificar el lavado, a la vez que el traslado camuflado de la droga y los insumos que permiten producirla se ha intensificado mediante las compañías informales automovilísticas.
“Está demostrado que hay una interacción de las mafias de la minería ilegal, de la tala ilegal, del narcotráfico. La mafia de tala ilegal llevan cocaína, pasta básica. Contar con empresas informales de transporte es algo básico para el funcionamiento de estas mafias”, apuntó el también ex presidente del Banco Central de Reserva (BCR).
El CEO de Maximixe aseguró que el narcotráfico ha financiado las últimas campañas políticas, con especial injerencia en las recientes elecciones para “capturar gobiernos locales y regionales. Asimismo, el financiamiento ya habría llegado a personalidades del Congreso de la República y del Gobierno Nacional.
“Con esto se genera una captura de organismos públicos con el compromiso de las personas para que favorezcan a estas actividades ilícitas, a estas mafias”, puntualizó.