Conforme se aproxima el momento en que los meteorólogos prevén que El Niño alcanzará su mayor intensidad –entre fines del presente año e inicios del 2024-, aumenta la incertidumbre en el sector privado.
La cautela se acrecienta por informaciones de la Contraloría acerca de una ínfima ejecución del presupuesto destinado a la prevención del fenómeno: 6% de un total de S/ 3,500 millones.
Las anomalías de la temperatura del mar a causa de El Niño abarcan el Pacífico central y este, aunque hay ocasiones en las que se desarrollan de forma independiente, por lo que en el Perú se habla de El Niño Global y El Niño Costero. Este último es el que causa los episodios más severos en el país, sostiene Sandra Loyola, analista renta fija de Credicorp Capital.
Aunque advierte que las probabilidades de un Niño Global se intensificaron en agosto, acota que en esta oportunidad podría replicarse el desacoplamiento de esas condiciones climáticas con las que prevalecen en el Perú, más ligadas al Niño Costero, cuyo pico se habría alcanzado en julio, en pleno invierno, lo que impidió un impacto catastrófico.
En las últimas décadas, los sectores más expuestos a este fenómeno son pesca y agricultura, pero también hay perjuicios en el transporte, daños en infraestructura, carreteras bloqueadas e impacto de inundaciones y deslizamientos de tierra, dice.
“Más allá del impacto potencial a nivel económico, los inversionistas están preocupados por cómo las empresas bajo nuestra cobertura podrían ser afectadas por un evento de El Niño moderado en los próximos meses”, indica Loyola.
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¿Empresas de qué sectores serían más afectadas por El Niño?
Además de los sectores pesca y agro, el banco de inversión percibe vulnerabilidad en las empresas de minería, energía y eléctricas, así como efectos en los sectores retail y financiero.
En minería, el principal riesgo radica en posibles pérdidas de producción ante daños en la infraestructura, así como bloqueos de rutas que podrían causar retrasos en envíos y mayores costos logísticos ante la busca de rutas alternas. Las operaciones extractivas también podrían enfrentar desafíos debido a lluvias intensas y nieblas.
Así, en los próximos meses será relevante monitorear las operaciones de minas en el norte y centro del país, que serán las más expuestas, incluidas empresas como Buenaventura, Volcan y Nexa; mientras que firmas como Southern Copper, en el sur, serían menos vulnerables, precisa.
Las empresas de hidrocarburos, además de posible retrasos logísticos y daños en infraestructura, podrían enfrentar fluctuaciones de demanda por parte de clientes termoeléctricos, detalla Loyola.
En el verano, las lluvias se hacen intensas con el Niño, lo que beneficia la generación hidroeléctrica y reduce la participación de termoeléctricas y, por, consiguiente, la demanda de combustibles.
En las empresas eléctricas, a medida que disminuyen las lluvias en las temporadas de otoño y primavera, la matriz eléctrica podría afrontar problemas en la generación hidroeléctrica y, por tanto, en los precios spot, según la especialista.
Las empresas de generacion electrica con un mayor grado de diversificación en fuentes y ubicación, como Enel, Kallpa y Engie serán menos vulnerables al evento climatológico, mientras que las menos diversificadas, como Orazul, estarán más expuestas al riesgo, añade.
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Impacto de El Niño en sectores financiero y retail
A su vez, las empresas de los sectores financiero y retail podrían afrontar efectos secundarios derivados del aumento en el riesgo crediticio de los clientes y de las fluctuaciones del consumo, si los efectos adversos de El Niño provocan un descenso en la confianza del consumidor, disminución de ingresos, mayor inflación o desempleo, considera Credicorp Capital.
En el sector bancario, el efecto más inmediato sería el aumento de la morosidad, pues los clientes comerciales (empresas) podrían sufrir daños en la propiedad o interrupción de la producción en ciertos sectores, lo que afectaría la liquidez y generación de efectivo, y, por lo tanto, la capacidad para pagar los préstamos, con particular incidencia en las mypes y medianas empresas.
“Además, el posible aumento del desempleo en las regiones afectadas por el Niño podría elevar la morosidad en los clientes con créditos de consumo”, manifiesta Loyola.
En concordancia, Moody’s estima que todos los tipos de crédito serán afectados por el Fenómeno, aunque no de modo homogéneo, pues los de consumo y los otorgados a mypes llevarían la peor parte.
El impacto será relevante para las microfinancieras que concentran sus operaciones de crédito en las mypes, con mayor notoriedad en las instituciones que operan en el norte, sostiene Grace Reyna, analista de Moody’s Local.
Y si el Niño es severo su efecto se sentirá en el centro del país, Lima y el sur, por la interrupción de carreteras y dificultades para el abastecimiento de productos, agrega.
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