La limitada capacidad de compra como consecuencia de las altas tasas de inflación acumulada de los últimos años, sumado a las deterioradas expectativas económicas de los consumidores por la recesión que atraviesa el país y la inminente llegada del fenómeno de El Niño (FEN) plantean un escenario desfavorable para la recuperación del consumo privado en los primeros meses del 2024.
“Si bien es cierto que históricamente hay un repunte del consumo en el último trimestre, hay algunos temas de coyuntura que hacen pensar que ese repunte no tendrá tanto efecto este año”, comenta Marco Orbezo, socio de EY Parthenon.
Tanto autoridades del Gobierno como analistas económicos han recortado su expectativa de crecimiento del consumo privado. Este indicador creció solo 0.3% en el primer semestre del año. El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) recortó su proyección para el 2023 de 2.6% a 1.2% y mantuvo la expectativa de 3% para el 2024.
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“Algunos indicadores contemporáneos y adelantados relacionados al consumo privado dan cuenta de una desaceleración en los últimos meses: el crédito de consumo mostró un menor dinamismo respecto al último Reporte, principalmente en el uso de tarjetas de crédito; el volumen de importaciones de bienes de consumo duradero se contrajo en julio; y la confianza del consumidor, medida a través de la expectativa de los agentes sobre su situación económica familiar futura, se redujo en agosto, ubicándose en el tramo pesimista en este último mes”, detalló el BCRP en su Reporte de Inflación de setiembre.
Por su parte, el Instituto Peruano de Economía (IPE), espera un escenario más desfavorable. Recortaron su proyección para el 2023 de 1.2% a 0.6%; y para el 2024 de 2.4% a 2.0%. En tanto, Scotiabank espera un crecimiento de 1% para este año y de 2.2% para el próximo.
Si bien el Índice de Confianza del Consumidor, elaborado por Apoyo Consultoría, había registrado una tendencia al alza entre abril y julio, se volvió a deteriorar en agosto y setiembre. El 34% de consumidores espera que su situación económica, esto representa 9 puntos porcentuales más que lo registrado en julio.
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Indicadores adelantados, como el Índice Big Data de Consumo del BBVA, que mide el gasto con tarjetas, reflejan una importante desaceleración desde hace siete meses.
¿Rebote?
Las probabilidades de un rebote como consecuencia del depósito de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS) de noviembre y un potencial séptimo retiro de los fondos de las AFP son bastante bajas dada la postura de cautela de los consumidores. “Tenemos a un consumidor con bastante incertidumbre de si su situación mejorará en el mediano plazo, lo que hace que sea más cautos con sus gastos, sobre todo de bienes no esenciales”, explica Orbezo.
“El retiro adicional no va a tener mucho impacto, por el perfil de personas que la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) nos ha dicho que podrán retirar. Seguro veremos más prepago de dudas, instrumentos de ahorro, un poco de eso. No creo que veamos un impacto importante en términos de dinamizar la economía”, comentó Hugo Santa María, economista jefe y socio de Apoyo Consultoría en entrevista a Gestión.
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Para Rafael Zacnich, gerente de estudios económicos de ComexPerú, en el mejor de los escenarios, la mejora en el consumo estaría acotada a los últimos meses del 2023. “Este iba a ser un año de descuentos, ‘cybers’ y demás. La recuperación recién vendría en la segunda mitad del 2024″, explicó, pues históricamente los primeros meses del año son más débiles en consumo por los gastos incurridos durante las fiestas.
Si bien es algo usual que el consumo privado sea más bajo en el primer trimestre de un año, tras los gastos de finales del año previo, lo cierto es que para el 2024 la situación del verano podría estar incluso frenada, esto pese a que entre enero y marzo del 2023, se registró un crecimiento de solo 0.2%.
Esto porque otro golpe a la recuperación del indicador sería un repunte temporal en la inflación en los primeros meses del 2024, como producto del fenómeno de El Niño (FEN). Esto ocasionaría una pausa, también temporal, en el descenso de la tasa de interés de referencia del BCRP, lo cual golpea a su vez la accesibilidad a créditos.
“Respecto al tema de los créditos de consumo, si bien han tenido un crecimiento interanual (a agosto) de alrededor de 14%, la morosidad de esta cartera presenta una tendencia ascendente, lo que podría frenar este crecimiento, que es una de las palancas importantes para lograr una recuperación de consumo en lo que queda del año”, concluye Orbezo.
Bachiller en Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN y especialista en Sostenibilidad por la Pacífico Business School. Fue analista de Sectores y Empresas y del Content Lab de Semana Económica. Actualmente es redactora senior de economía en Gestión.