El avance del coronavirus en el país ha causado mucha preocupación y estrés en muchas personas, ya sea por contagio, desabastecimiento o problemas económicos. ¿Cuáles son las principales consecuencias de sentirse así en el trabajo? La directora gerente de Talent and Wellness Consulting, Roxana Lingán, explica que el estrés genera baja concentración, memoria dispersa, bajo nivel en la toma de decisiones, baja capacidad para resolver problemas e irritabilidad en la interacción con otras personas.

“Una situación externa puede ser el inicio de un cuadro o el disparador de algo que ya estaba latente en nosotros”, advierte Lingán, quien agrega que 7 de cada 10 personas ya vive en situaciones de estrés moderado a alto.

¿Cómo podemos cuidar nuestra salud mental para que no nos afecte en el trabajo? Lingán, psicóloga clínica organizacional con 30 años de experiencia en la investigación del estrés en el mundo corporativo, da algunos consejos que se pueden poner en práctica dentro (y fuera) de la oficina.

1.- Comunicación. El líder de la compañía —gerente general o gerente de Recursos Humanos— debe tener visibilidad y comunicar —a través de una reunión o comunicado— las medidas de cuidado que la empresa ha adoptado para que el colaborador sienta que la organización está siendo responsable en salvaguardar la salud de los trabajadores.

2.- Reuniones por áreas. Tener reuniones, lideradas por los gerentes de cada área, para conversar sobre los protocolos de seguridad y así evitar teléfonos malogrados. También es importante abrir espacios de escucha con los colaboradores para que el temor se haga manifiesto a través de la palabra. “Lo que no se habla, se retiene y lo que se retiene y no se expresa, se va a manifestar de otra forma. Desde el punto de vista conductual y emocional, a través de las relaciones y emociones”, explica Lingán. Hablar, escucharse y permitir el flujo de energía positiva también se puede poner en práctica en casa, entre los miembros de una familia.

3.- Cuidar el sistema inmune. “Las epidemias suelen presentarse cuando el sistema inmune está vulnerable, es decir, cuando está bajo”, asegura Lingán. Por eso, da algunos tips para proteger el sistema inmunológico:

- Evitar tener emociones negativas, como cólera, pánico, miedo o intranquilidad, así como pensamientos catastróficos (como decir “Algo así de malo nos tenía que llegar y no podemos hacer nada al respecto”). “Por eso los espacios de esucha se vuelven liberadores o catárticos. Sirven para que las personas, guiadas por un líder o especialista, alivien esa carga tensional”, dice la psicóloga clínica organizacional.

- Hacer actividad física. Mantenerse activo, como salir a caminar, genera endorfinas, que son las hormonas del bienestar. Al elevarse las endorfinas, se protege al sistema inmunológico. Lingán sugiere que en el trabajo se promuevan actividades que levanten el ánimo de los colaboradores, como actividades recreativas o lúdicas para mejorar la participación en los equipos de trabajo.

- Dormir las horas necesarias. Está demostrado que el buen ciclo de sueño es un elemnto protector para el sistema inmune. “No hay que trasnochar ni quedarnos trabajando hasta tarde porque el cuerpo va a amanecer cansado, no va a tener vitalidad ni eliminar toxinas”, indica Lingán.

- Tener una buena alimentación. El alto consumo de azúcar eleva la ansiedad y la irritabilidad, lo cual afecta al sistema inmume. “Cuando uno está con carga de estrés y con altas dosis de azúcar, los niveles de tensión no se regulan”, explica la especialista. Otro elemento que activa la fuente de intranquilidad es la cafeína. Esta se encuentra en el café, el té, las gaseosas y el chocolate. “Las compañías tienen que ofrecer una alimentación saludable y mucha agua, que da minerales y vitaminas. El estrés, en cambio, es como un aspirador industrial, nos quita los nutrientes que hemos ingerido”, agrega Lingán.

Pese a la situación que vivimos, la especialista cree que esta puede significar una oportunidad de mejora. “Vivimos con este concepto de ‘crazy busy’. Es decir, todo el día estamos ocupados, estresados. Es relevante que hagamos un alto y seamos consciente de cuánto nos suma vivir en adrenalina. Este es un momento de alto y reflexión”, considera Lingán.