La demanda real de energía eléctrica en lo que va del año es menor de lo que se esperaba, principalmente por las paralizaciones mineras. Esto ha llevado a que la proyección de crecimiento del consumo de electricidad para el 2022 pase de 7.8% a 4.6%, afirmó el presidente de directorio del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES-Sinac), Cesar Butrón.
El crecimiento acumulado de consumo eléctrico desde el 1 de enero hasta el 20 de julio del presente año es de 2.75%, según Butrón, lo cual no va en línea con la proyección de 7.8% que se tenía en enero del presente año.
“No se llegaría nunca a ese registro, por lo que se ha revisado a la baja la previsión. No obstante, si se mantiene la tendencia vista hasta ahora, la demanda podría ser incluso mucho menor y tener un crecimiento de 2.75% y 3% en el año”, agregó.
El representante del COES indicó que la paralización de operaciones como Las Bambas afectó el escenario de demanda.
Cabe señalar que Las Bambas, luego de haber paralizado sus operaciones desde el 20 de abril, llegó a una tregua con seis comunidades de Apurímac para reanudar sus actividades de manera temporal (desde 15 de junio) con miras a lograr un acuerdo en julio, el cual no se logra hasta la fecha.
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“Las Bambas es una mina muy grande con un consumo de 120 megavatios (Mw), el cual bajó a 10 Mw por el tiempo que estuvo paralizado. En ese sentido, nuevas paralizaciones en esta mina harían que se corrija nuevamente la proyección a la baja de forma importante”, indicó.
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Asimismo, mencionó que el que no se generen nuevos negocios y proyectos de inversión ha contribuido también a la corrección de la proyección.
Cabe resaltar que proyecciones como las del Banco Central de Reserva (BCR) indican que el crecimiento de la inversión privada sería de 0% en el 2022, mientras que el BBVA Research proyecta una contracción de 1.5%.
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“Esto está vinculado a la inversión privada. No nos llega ninguna información de nuevos proyectos que se vayan a concretar para este año y solo están los que ya se conocían. Esperamos que no haya retrasos en esos. En general, también el crecimiento vegetativo o consumo de la población no refleja la reactivación económica que se esperaba”, apuntó Butrón.
Detalló que la proyección actual considera proyectos como Quellaveco, la ampliación de Aceros Arequipa y la Refinería de Talara. “Con este último (Refinería de Talara) hemos visto algunos retrasos en el cronograma de consumo (de energía), por lo que hay un grado de incertidumbre de lo que venga, pues deberían estar consumiendo más”, anotó.
Para el 2023 también se corrigió la proyección; sin embargo, el movimiento fue al alza, de 4.1% a 5.4%. “Como algunos proyectos que teníamos en cuenta se han retrasado, los hemos incluido en la demanda del siguiente año, que es lo que nos informan los inversionistas”, dijo a Gestion.pe.
Proyectos de energía que no efectúan
La cartera de proyectos eólicos y solares es enorme para el Perú, en donde se tienen estudios que han sido presentados al COES, y que representan ahora unos 20,000 Mw. Sin embargo, esto no se refleja en construcción, pues depende totalmente del crecimiento de la demanda vinculado a nuevos proyectos de inversión en, por ejemplo, en minería o industria, señaló.
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“Ese boom de cartera de proyectos no se traduce en construcción, dado que no hay demanda proyectada suficiente. La demanda total del país es de 7,500 Mw, lejos de la dotación adicional de los proyectos. Los que están en construcción son los ya conocidos como Wayra, Punta Lomitas o San Juan de Marcona”, manifestó.
Mencionó que, de efectuarse los proyectos, se favorece el aspecto ambiental por la reducción de gases de efecto invernadero, y que, si efectivamente se puede competir con menores precios respecto a las fuentes de gas natural, eso aligera los costos de producción de las empresas, lo que eventualmente se reflejaría en los precios de los bienes finales. “Por el lado de inversión, los proyectos traerían más puestos de trabajo”, agregó.