Asistir al salón de belleza para mejorar o mantener la imagen personal continúa siendo una necesidad para los peruanos. Sin embargo, es atendida con menor frecuencia que antes de iniciarse la pandemia del COVID-19, debido a la pérdida de ingresos de los consumidores y/o al temor a contagiarse, afirma Víctor Hugo Montalvo, vocero de la asociación Juntos por la peluquería y gerente general de Montalvo Group.
“Antes, los clientes volvían en promedio cada 21 días, pero ahora regresan cada 40 días a los salones de belleza y peluquerías. Incluso antes había muchas mujeres que trabajaban en oficina y venían cada semana, pero ahora que hacen teletrabajo sienten una menor necesidad de venir. Además, está el miedo de contagiarse, que lleva a algunas personas a no venir o a hacerlo con menor frecuencia”, dijo el empresario a gestion.pe.
No obstante, esta reducción en el ritmo de visitas a los salones de belleza es compensada de forma parcial con un aumento del ticket promedio, que antes de la pandemia se encontraba en S/ 104 o S/ 110 para una marca como Montalvo Salón & Spa, y ahora oscila entre S/ 150 y S/ 160. “El cliente viene al salón menos veces, pero cuando viene pide un mayor número de servicios: no solo pide que le tiñan el cabello, por ejemplo, sino también manicure, pedicure, todo a la vez”, relató.
En el sector en general, el flujo de clientes se ha recuperado hasta alcanzar un 60 o 70% de los niveles del pre-COVID. La recuperación es mayor en las marcas dirigidas a los segmentos de ingresos que van de medios a altos, como Montalvo Salón & Spa; que en las de bajo costo, como Be Love, que también forma parte de Montalvo Group.
Pero los márgenes de ganancia de estos negocios se han reducido en los últimos meses, como consecuencia del incremento de los precios de importación de productos de belleza de alta gama, señala el dirigente de la asociación. Algunos productos necesarios para los tratamientos de belleza, como el blondor o el botox de alta gama, solo pueden ser adquiridos en el exterior, pues en el país no se cuenta con los mismos en la calidad requerida, sostiene Montalvo.
Sin embargo, en muchos de los lugares de origen, como China, la Unión Europea o los Estados Unidos, han escaseado ciertos insumos para su elaboración, pues parte de los productores de estos se orientaron hacia otras líneas durante la pandemia. Además, se ha reducido el número de embarcaciones que trasladan estas mercancías. Esto ha conducido a un alza de precios de los tratamientos cosméticos.
En comparación con el periodo previo a la pandemia, estos costos de importación se han elevado entre 10% y 15% para casi todos los tratamientos, señala el empresario. Ante la delicada situación económica de muchos de los usuarios y las dificultades que afrontan los salones para recuperar a sus clientes, resulta imposible trasladar este incremento de los costos a las tarifas, lo cual conduce a una reducción de las ganancias, asegura.
Por último, indicó que la mayoría de los Centros de Educación Técnica Productiva (Cetpro) privados se encuentran operando o están en camino de reactivarse. En el caso de Cetpro Montalvo, se han invertido las proporciones entre teoría y práctica, que eran de 20% y 80%, respectivamente, cuando las clases eran presenciales. Ahora, las clases virtuales se complementan con un 20% de prácticas en los talleres presenciales.
Aunque este Cetpro dedicado a la enseñanza de cosmetología ya ha logrado contar con el 73% del número de alumnos que tenía antes de la pandemia, la gran mayoría de estos son estudiantes nuevos. Quienes dejaron las clases al empezar la pandemia, no las han retomado, porque están esperando volver a la presencialidad o porque no pueden, dice Montalvo. Destaca que si bien se ha logrado adaptar gran parte de las clases a la modalidad semipresencial vigente, hay dificultades como la falta de acceso al internet en ciertos lugares alejados de las ciudades.