Después de más de dos meses de estricto confinamiento, las autoridades comienzan a aliviar las restricciones impuestas en las principales ciudades de China, como Shanghái y Beijing, tras el rebrote de casos de Covid-19. En este contexto, se anunciaron nuevas medidas económicas para impulsar el crecimiento perdido tras las medidas tomadas.
El aislamiento drástico debilitó a la economía china. De hecho, las ganancias de las empresas industriales se redujeron 8.5% en abril, el ritmo más agresivo en dos años. Asimismo, los PMI de manufactura y servicios se ubican desde marzo en zona de contracción, por debajo de los 50 puntos. Las medidas tomadas por el gobierno chino trajeron como consecuencia que las cadenas de suministro mundiales se vieran afectadas, lo que presionó la escasez de productos debido a los retrasos en las entregas.
Si bien la estrategia “cero Covid” ha sido criticada por su dureza, para el gobierno chino esta ha funcionado. El número de casos registrados en Shanghái en los últimos días fue de menos de 30, en comparación con los 27,000 contagios diarios que se registraban en abril.
Sin embargo, preocupa el impacto económico que tienen estas medidas. “Por ejemplo, Shanghái es, además del centro de negocios del país, el lugar donde se ubica el mayor puerto de carga del mundo. La actividad económica china registró en abril su mayor contracción en dos años y medio y, tras ocho semanas de inactividad, en Shanghái ha sido incluso más notable. Según datos de la agencia de estadísticas de la ciudad, la producción industrial cayó un 61.5% interanual en abril, mientras que las ventas al por menor se redujeron en un 48.3% en el mismo periodo”, revela Luis Falen, head de Macroeconomía de Intélgo SAB.
El gobierno se ha comprometido a tomar medidas para contrarrestar la pérdida de crecimiento económico. El primer ministro chino, Li Keqiang, pide compatibilizar las duras medidas de contención con la estabilización económica y del empleo. Para paliar la crisis, el Ejecutivo chino dio a conocer un nuevo paquete de 50 medidas fiscales, financieras, de inversión e industriales para reactivar la economía, las cuales se suman a las anunciadas en marzo.
Según la prensa oficial, las medidas reducirán en unos 300,000 millones de yuanes (US$ 45,111 millones) la carga financiera de las empresas y otros actores del mercado. Para el Consejo de Estado chino, el país mejorará las medidas relacionadas con los reembolsos de crédito del impuesto al valor agregado (IVA) y acelerará el gasto fiscal, así como la emisión de bonos especiales por parte de los gobiernos locales. También reducirá los costos reales de endeudamiento y fortalecerá el apoyo financiero a infraestructuras y grandes proyectos.
“En este contexto, los mercados financieros se han visto favorecidos por el desconfinamiento y las medidas anunciadas por el gobierno chino. No obstante, aún hay incertidumbre, toda vez que el gobierno no se resigna a coexistir con el virus, especialmente de cara al 20° Congreso del Partido Comunista, que se celebrará en el último trimestre, cuando está previsto el nombramiento de Xi Jinping para una tercera legislatura. De esta manera, si bien se esperan medidas de política económica expansivas, los inversionistas se mantienen cautelosos hacia los activos chinos”, enfatiza Falen.