Cubiertos, vasos, pajitas o cañitas para bebidas, envases para comida: todos esos productos quedaron prohibidos en Chile al entrar en vigor una ley que regula el uso de los plásticos en el negocio de los alimentos, como parte de una normativa más amplia que busca aumentar el reciclaje.
La ley sobre plásticos de un solo uso, promulgada en agosto del año pasado, limita que restaurantes y otros locales de expendio de comida generen y usen esos productos tanto en el servicio de entrega a domicilio como en el consumo dentro de los establecimientos.
“Esta regulación nos va a permitir reducir más de 23,000 toneladas al año de plásticos, que son plásticos de un solo uso y por lo tanto tiene un tremendo beneficio para el medio ambiente”, dijo el ministro subrogante de Medio Ambiente, Marcelo Fernández.
Chile promulgó en 2016 la Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que obliga a la recolección y reutilización de productos a través de la fijación paulatina de objetivos de reciclaje de neumáticos, papeles, vidrios y plásticos, así como de otros artículos como aceites lubricantes, baterías y electrónicos.
La nueva ley prohíbe de entrada la entrega de algunos artículos plásticos, pero establecerá plazos de hasta tres años para que restaurantes, cafeterías y otros locales se adapten y vendan comida en dispositivos reutilizables a los clientes que consuman en el lugar.
Para el ‘delivery’, sólo se podrán entregar productos desechables de materiales distintos del plástico, mientras que la comida preparada sí podrá ir en plástico, pero éste deberá estar compuesto total o parcialmente por materias producidas a partir de recursos renovables y deberá ser compostable.
Según datos de 2018 del Banco Mundial, de las naciones de América Latina que hablan español o portugués, Chile es el segundo país detrás de México que genera más basura, mientras sus tasas de reciclaje son también muy bajas.