El consumo de maíz amarillo duro, uno de los principales insumos para la producción de alimento balanceado de la industria avícola y ganadera, acumula cinco años consecutivos de crecimiento de acuerdo a datos del Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
“Entre los años 2013 y 2017 la demanda de este cereal viene creciendo a una tasa promedio anual de 8% y este 2018 la tendencia indica que seguiría el mismo camino”, señaló Carlos Posada, director ejecutivo del citado instituto.
No obstante, pese a este resultado los productores nacionales de este insumo apenas podrían cubrir alrededor del 30% o 40% de esta demanda, por lo que el 60% o 70% restante provendría de la importación.
Ante esta circunstancia, los países proveedores del maíz amarillo duro han aprovechado esta situación para cubrir la demanda nacional.
En efecto, Estados Unidos es el proveedor principal de este maíz, llegando a abarcar hasta un 97% de las importaciones totales del insumo el año pasado. “De esta manera, este país llegó a incrementar su exportación de maíz amarillo duro a Perú en un 187% en el mismo lapso de cinco años”, agregó Posada.
Con lo que el Perú ha pasado a ser el quinto mercado de destino de maíz amarillo duro estadounidense en los últimos cuatro años, según el análisis de la CCL.
Medidas de Indecopi
Cabe mencionar sobre este último punto, que el Indecopi dispuso una investigación de oficio para determinar presuntas prácticas de subvenciones a las exportaciones de maíz amarillo duro de Estados Unidos a nuestro país.
Al margen de que las razones de la entidad estatal sean fundadas, para la CCL no se puede dejar de considerar que, en caso de que tras esta investigación se concluya que el insumo subvencionado impide a las empresas peruanas competir con las estadounidenses , también podría ocasionar el encarecimiento del insumo.
Lo que terminaría afectando, de acuerdo al gremio, a las empresas avícolas y porcinas que se ven en la necesidad de importar el insumo, y el sobrecosto se trasladaría a los consumidores finales.
Ante lo cual, la CCL plantea que el gobierno diseñe e implemente políticas para poder aumentar las hectáreas de cultivo de este producto, así como programas que ayuden a mejorar la calidad de las semillas y el rendimiento de las mismas.
“De esta manera los agricultores peruanos podrían mejorar de alguna manera sus costos de producción, pues resulta indudable que la demanda del insumo sigue creciendo año tras año y que la producción nacional no resulta suficiente para satisfacerla”, anotó Posada.