En un año sin pandemia, la demanda para el alquiler de casas de playa en el litoral peruano hubiera comenzado a calentarse desde finales del mes de setiembre. Pero este 2021 las consultas y transacciones aún están tibias a pocos días de comenzar la estación de verano. Y la razón no es -tanto- por la COVID-19, sino, por la incertidumbre política de las últimas semanas.