La campaña de arándano 2022-2023 en Perú arrancó con buen pie (comenzó en la semana 18) y en las primeras semanas los volúmenes de envíos alcanzan las 300 toneladas. Según la Asociación de Productores de Arándanos del Perú (Proarándanos), para finales de junio se proyecta que las exportaciones semanales ronden las 700 toneladas en la medida que avanzan las cosechas en los campos del norte y costa central.
Perú tiene para la actual campaña cerca de 16,000 hectáreas sembradas, la mayoría en fase de producción. De este total, el 70% se ubica entre las regiones de Lambayeque y La Libertad donde el blueberry ha logrado rendimientos importantes, más de 20,000 kilos por hectárea. En tanto, Lima, Ica y Piura concentran un 20% de la producción.
Chincha (Ica) también está incursionando en este cultivo pero su contribución no se verá reflejada en la actual temporada, menciona Daniel Bustamante, presidente de Proarándanos.
Respecto al posicionamiento del arándano peruano, el gremio tiene claro que hoy no solo basta un buen sabor o presentación, es clave que la variedad que se exporte resista viajes más largos.
¿Por qué? Si bien el Perú ha logrado consolidarse como el principal exportador de arándanos a nivel mundial (por tres años consecutivos), conquistando mercados como el estadounidense y chino (el 12% de la producción nacional va a este mercado asiático), no puede “quedarse dormido”.
México, dice Bustamante, ha logrado acelerar su producción del berry en las últimas campañas. Frente a ello, “la idea es tener el mundo abierto”, es decir, nuevos mercados que aunque más lejanos permitan diversificar el destino de la super fruta.
Durante el 2021, Perú realizó sus primeros envíos de arándanos a la India, fueron 23 toneladas. Para este año, se espera elevar considerablemente el volumen a ese destino así como a Malasia. En tanto, tras la apertura de Israel este 2022, en esta campaña se realizarían los primeros envíos, anotó.
“A la India se han hecho algunos envíos menores que llegaron, generalmente, a través del transporte aéreo, lo que significa un alto costo de flete que detiene una penetración a ese mercado. Lo que se está haciendo son pruebas logísticas para realizar los envíos vía marítima, pero actualmente el tiempo de viaje es 55 días y es demasiado (a China es hasta 25 días), implica hacer ajustes en las labores de post cosecha y aplicar otras estrategias en la cosecha para que la fruta resista varios días de viaje”, detalló.
En el caso de Israel, comentó que si bien es un mercado de población pequeña, tiene una alta demanda. En esa línea, Proarándanos señaló que seguirán trabajando de la mano del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) para abrir el mercado de Japón, que tiene alto potencial tanto por el número de consumidores como por su capacidad adquisitiva.
¿Roya del arándano?
En un pronunciamiento publicado en la víspera (21 de junio), el sindicato de trabajadores del Senasa no solo acusó al jefe de la institución, Miguel Quevedo, por una mala gestión, sino que señaló que, producto de ello, “la mala política de la institución permitió el ingreso al Perú de la llamada roya del arándano, afectando el estatus fitosanitario del país”.
Cabe indicar que la propagación de dicho hongo se da sobre todo en ambientes húmedos, un clima que ha predominado en las últimas semanas en la costa norte, según advirtió el Senamhi. Pese a ello, Bustamente descartó que exista un “brote de alarma” de la roya del arándano. Asimismo, indicó que las condiciones climáticas, hasta la fecha, no han impactado de forma negativa a la cosecha.
En esa línea, dijo que se mantiene la proyección de crecimiento de 15% en el volumen de exportación de arándanos para la campaña 2022-2023 respecto a la campaña anterior, y para el cierre de los envíos se alcanzarían las 276,000 toneladas.