Como parte de la II Reforma Agraria, el presidente de la República, Pedro Castillo, dijo que se realizarán ajustes a la franja de precios “para proteger mejor la producción nacional de la competencia desleal de productos subsidiados importados”. Este mensaje fue respaldado por el ministro de Economía y Finanzas, Pedro Francke.
Si bien la propuesta fue bien recibida por Conveagro, hay dudas sobre el impacto de un ajuste, sobre todo, si se orienta a retirar el “techo” de la franja (que se aprobó en el 2015, después que Perú perdiera una demanda impuesta por Guatemala ante la OMC).
Un cambio en la franja podría tener dos efectos: distorsionar la competencia de los mercados, lo que llevaría a problemas con socios comerciales; y una sobretasa que encarece productos de importación -elevando los precios al consumidor.
Así coincidieron Édgar Vásquez, director del Centro de Investigación de Economía y Negocios de ADEX, y extitular del Mincetur, yJessica Luna, CEO de ComexPerú.
Franja de precios
El objetivo de una franja de precios es estabilizar los costos de importación de los productos, asegurando precios estables tanto al productor, mediante un precio piso, como al consumidor, a través de un techo. En el país se aplica al maíz amarillo duro, arroz pilado, azúcar blanca y leche entera en polvo.
Para tener una visión más clara, Vásquez explicó que hay que tener en cuenta quiénes son los proveedores de estos productos. En el caso del maíz, los dos principales proveedores del Perú son Estados Unidos y Argentina; en el primer caso, el TLC elimina la franja de precios, mientras que a Argentina se aplica. “En el caso del maíz, ocurre una distorsión de los proveedores en el mercado”, dijo Vásquez.
Para el arroz, los principales proveedores son Uruguay, Brasil y Tailandia, y ninguno de ellos tiene protección contra la franja, entonces “los precios subirían si se incrementa el nivel de la franja de precios”, comentó.
En el caso del azúcar, el principal proveedor es Colombia y, como es parte de la Comunidad Andina, no se le aplica franja de precios, pero a quien sí se le aplica es al segundo proveedor: Guatemala, país que nos demandó frente a la OMC por este tema, y ganó, lo que nos hizo cambiar el instrumento en 2015.
“Cambiar lo que se hizo, para elevar la franja, va a tener que analizarse para ver si estos cambios afectan los compromisos ante la OMC, lo que podría generar que Guatemala, como otros países afectados, puedan utilizar la retaliación”, subrayó.
Comentarios
Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, consideró que este tipo de esquemas, como la franja de precios, no debería usarse para promocionar una actividad o cultivo, porque no queda claro quién se beneficia al final en toda la cadena. “Si uno quiere favorecer a una actividad, de dónde salen los recursos, ¿salen de los consumidores de un determinado producto?, ¿cuáles son las ganancias?, ¿cuáles son los costos?”, dijo.
Asimismo, los dos exministros de Economía, Luis Miguel Castilla y Carlos Oliva, coincidieron que no hay espacio para un ajuste en la franja. De hecho, Castilla comentó que es un riesgo que se intente pasar de una franja de precios a un arancel permanente. Y, para Oliva, posibles cambios pueden “rozar” con los tratados internacionales.
EN CORTO
Alza de precios. Jessica Luna, CEO de ComexPerú, indicó que si bien hay riesgos con nuestros socios comerciales, lo cierto es que si se elimina el precio techo el mayor riesgo es que los consumidores pagarían mayores precios por los productos. Si bien podría no ser tan notorio en el caso del arroz, ya que el producto nacional cubre casi toda la demanda, en el caso del maíz se importa tres veces lo que se produce.