El Perú es reconocido a nivel mundial como un café de calidad. Entre las variedades con mayor oferta están la caturra y típica. Le siguen los catimor y el geisha, este último ha ido ganando espacio.
La mayor productividad de este cultivo se registra en cinco regiones: Cajamarca, San Martín, Junín, Amazonas y Cusco, las cuales, en conjunto, representan alrededor del 80% de la producción.
Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional de Café (JNC), señala a gestion.pe que en el mercado global hay una clasificación para cada tipo de café: están los llamados “suaves o finos”, que lidera Colombia. El segundo bloque son denominados “suaves” y la producción la encabeza América Central y Perú; y luego le siguen los cafés naturales, que le corresponde a Brasil.
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Según el directivo del gremio, si bien nuestro café tiene buena referencia a nivel internacional, también es usado como un remplazo del producto colombiano.
“En las cotizaciones, el café peruano es un muy buen sustituto del café de Colombia, por eso es que ellos compran café peruano para cubrir sus necesidades de cumplimiento con sus compradores”, indicó Castillo.
¿Por qué el café peruano es sustituto del colombiano?
José San Martín, vicepresidente del Comité de Café y Cacao de la Asociación de Exportadores (ADEX), explica a gestion.pe que Colombia cubre sus problemas de producción con café peruano y brasileño. En ese sentido, es importante recordar, que los colombianos no solo exportan café crudo, sino que tiene una industria de café instantáneo.
“Entonces, ante la falta de materia primas, empiezan a buscar otras fuentes. Por tanto, Perú es les resulta un fuente relativamente cerca, al igual que Brasil”, señala.
Otra de las razones, por la que nuestro cultivo es usado como sustituto del colombiano es su precio.
“El café peruano es más barato que el colombiano. Ellos tienen una limitación para importación, es decir que solo pueden importar café para consumo interno, entonces exportan sus cafés de mejor calidad al extranjero y el café peruano lo usan para consumo local”, precisa San Martín.
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Falta de apoyo del Estado
Lorenzo Castillo destaca que Colombia tiene una gran política de apoyo a la agricultura y en particular al café. “Nosotros no tenemos condiciones, se ha desarticulado el Consejo Nacional del Café y el Senasa ha abandonado las políticas de prevención de plagas, que debería hacer en alianza con las cooperativas cafetaleras”.
En esa línea, señala que el Estado peruano es adverso al modelo de cooperativas y que la integración de los pequeños productores es lo que ha permitido el desarrollo de la caficultura en el país.
“Las cooperativas cafetaleras están en proceso de reconstrucción del tejido empresarial y están aprovechando una tendencia de mercado por la demanda del café orgánico. Esto ha permitido que los productores se integren y desarrollen procesos de mejora en el manejo de la plantación, de buenas prácticas agrícola y que ha permitido que el Perú sea líder mundial en estos dos tipos de café (caturra y típica)”, destaca.
Dado esto, el gerente de la Junta Nacional de Café menciona que durante ocho años las cooperativas han venido siendo afectadas y excluidas de los beneficios tributarios.
“No han tenido acceso a capital de trabajo, porque la orientación que se ha dado es en los últimos años es priorizar el crédito individual y no a través de la organización”.
En esa línea, Castillo hace énfasis en que “las orientaciones de la política de Estado ha sido de desarticular las cooperativas, limitar su desarrollo y excluirlas de los programas que se dieron para la renovación de plantaciones”.
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Informalidad en las cooperativas
José San Martín precisa que existen dos tipos de cooperativas, las serias y las golondrinas, estas últimas son las que generan daños, ya que se conforman solo para sacar provecho de algún beneficio del Estado a la industria y luego desaparecen.
“Hay una gran diferencia entre las cooperativas clásicas, dónde los socios son propietarios y las cooperativas dónde los socios no tienen propiedad, solamente se inscriben para recibir los beneficios”, añade.
En ese sentido, San Martín sostiene que lo que se necesita es formalizar el proceso de la creación de cooperativas y que sean fiscalizadas, “ahí si tendría que haber un ente regulador”.
Por otro lado, comenta que se está iniciando con Senasa una solicitud para que el Perú pueda importar café de Brasil y así atender la industria local, que se ve afectada por que los colombianos se llevan toda la materia prima para consumo local y se encarecen los precios aquí.
“Necesitamos que se haga el trabajo conjunto entre el Senasa, su similar brasileño y que se autorice la exportación de este producto”, finaliza.