La inflación es uno de los principales problemas que señalan los agentes de la economía local, debido a su impacto en los salarios reales de los consumidores. Trabajadores de sectores como minería, comercio y servicios han “sentido” el golpe en su poder de compra, según el Banco Central de Reserva (BCR).
En su último reporte de actividad económica, el instituto emisor señaló que pese a que hubo un acotado aumento en el salario promedio del sector privado (0.3%) en marzo, este no compensó el factor de inflación, pues en términos reales se tuvo una caída de 7.5% respecto del mismo periodo del 2022. En el primer trimestre, por su parte, la contracción fue de 5.9%.
Minería (-26.4%), comercio (-7.3%), servicios (-2.5%), agropecuario (-5.3%), electricidad (-5.3%) y construcción (-5.5%) son los sectores en los que cayeron los salarios (empleo formal) en los primeros tres meses del 2023.
Los ingresos reales están vinculados al poder de compra del individuo; es decir, qué tantos bienes y servicios se pueden comprar con el nivel de ingresos actual al condicionarlo a la inflación. Entonces, si hay una caída en los ingresos reales, significa que el poder de compra es menor.
Hoy la inflación se encuentra alrededor de 8% (7.97%), lejos de los niveles que se tenía ha unos años, y por encima de la meta del BCR (entre 1% y 3% anual). Y el presidente de esa institución, Julio Velarde, señaló hace poco que “la inflación está bajando más lentamente de lo que se esperaba”.
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¿Cómo influye la desaceleración en la caída de salarios reales?
Eduardo Jiménez, jefe del Sistema de Información de Macroconsult, mencionó que el impacto del aumento de precios no ha sido compensado en los salarios, por el rezago que ha tenido la economía los primeros tres meses del año.
Explicó que sectores como comercio, servicios y construcción se han afectado por la ralentización del consumo y caída de la inversión privada. Ello se refleja en menores ingresos de las firmas, reducción de planes de contratación y menor tendencia a aumentar salarios.
Debido principalmente a la conflictividad social e intensas lluvias en el norte, se configuró un escenario de caída del PBI de 0.4% en el primer trimestre, alineado con una contracción de la inversión privada (12%) y un consumo privado creciendo a tasas acotadas (0.7%). En contraste, en el primer trimestre del año pasado estas tres variables tuvieron un crecimiento de 3.9%, 1.6% y 4.8%, respectivamente.
“La inflación afecta de manera generalizada, es el primer impacto. Esto ha ido a la par con una desaceleración de la economía desde la segunda parte del año pasado y que llegó a ser negativa en los primeros tres meses. Se limita entonces los ingresos de las firmas y, por lo tanto, al empleo y salarios. Esto afecta sobre todo a los sectores no primarios. En comercio y servicios están muy atados al consumo interno; esos sectores representan mucho de la economía y en épocas de enfriamiento sufren bastante, y no se caracterizan por tener salarios demasiado altos. Más bien en situaciones de estrés tienden a bajar. Construcción se vincula directamente con inversión, que está negativa”, apuntó.
El exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, también mencionó que, además del golpe de la inflación, la dinámica de salarios reales estaría relacionada con la desaceleración de la economía, que se acentuó por la conflictividad.
“Esto tiene que ver mucho con las protestas, donde muchas mineras, sobre todo en el sur, pararon, como Las Bambas, Antapaccay o San Rafael. Estas paralizaciones pudieron haber terminado en una reducción de personal, y afectado los salarios de ese sector. Los salarios en sectores vinculados a demanda a interna también respondieron a ello, pues ciudades, en particular del sur, estuvieron cerradas golpeando servicios como restaurantes o relacionados a turismo, y es lógico que termine en una caída de salarios”, apuntó.
Sostuvo que es “fuerte” la desaceleración del consumo privado, y que es difícil que se recupere en la magnitud que el MEF o el BCR anticipan. “Entonces, hay dos factores que golpean los salarios; por un lado una desaceleración secular de la economía, y la inflación, que va a tomar un tiempo en bajar”, añadió.
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Menor reparto de utilidades se reflejó en el sector minero
Asimismo, señaló que la caída de los salarios reales en la minería responde en parte a las menores utilidades de sector, ante más bajos precios del cobre comparados con los reportados en el 2021.
Según datos del BCR, las utilidades del sector minero fueron 48% menores en el primer trimestre respecto del mismo periodo del año pasado. La reducción en el 2022 respecto del 2021 fue de 23%.
“La planilla electrónica recoge el reparto de utilidades. En particular, las del sector minero han sido menores, pues los precios (de los metales) han sido menores, y ello va en línea con la regularización de impuesto a la renta más baja”, afirmó.
Dato
- La masa salarial (multiplica el ingreso promedio por el total de puestos de trabajo) del sector privado aumentó 5.1% en marzo, registrando incrementos en todos los sectores a excepción de la minería. En términos reales, la masa salarial creció 3.1%.