Las regiones donde las mujeres quedan relegadas en autonomía, educación y oportunidades, y dónde se abren caminos.
Las regiones donde las mujeres quedan relegadas en autonomía, educación y oportunidades, y dónde se abren caminos.
Camila Vera

Para hablar de una política concreta que busque es necesario conocer a fondo las desigualdades que aquejan. En este contexto, el Índice del Desarrollo Social de la Mujer y el Hombre en las Regiones del Perú (IDSMHRP) permite evaluar la distribución de los recursos y oportunidades en todas las regiones del país, dando luces en cuatro dimensiones fundamentales: , , autonomía y oportunidades.

Los resultados de la última edición muestran que el desarrollo social de los hombres continúa siendo superior al de las mujeres en un 13%, “evidenciando una persistente disparidad estructural”. “Aunque la brecha ha disminuido en comparación con años anteriores, esta reducción no responde a mejoras significativas en las condiciones de vida de las mujeres, sino a una caída generalizada en los puntajes”, refiere el estudio elaborado por Centrum PUCP.

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Oportunidades de desarrollo a nivel regional

El desarrollo social sigue favoreciendo a los hombres, con brechas más amplias (diferencia entre los índices obtenidos por hombres y por mujeres) en las zonas andinas y amazónicas. Huancavelica, Apurímac y Huánuco registran las mayores brechas sociales. Callao y Lima Metropolitana muestran menor desigualdad.

Otra forma de revisarlo es tomando en cuenta que el índice, según el puntaje obtenido (del 0 al 100), otorga calificaciones: desarrollo social muy alto, alto, medio alto, bajo, muy bajo y extremo bajo. Las mujeres tienen un desarrollo “muy bajo” en tres regiones como Huancavelica, Cusco y Apurímac, mientras que los hombres no registraron ninguna región en esta situación. Además, mientras los hombres tienen un desarrollo social “bajo” en 10 regiones, para las mujeres esta situación se da 21.

Así se movilizó el Índice de Desarrollo Social del 2024.
Así se movilizó el Índice de Desarrollo Social del 2024.

La inequidad del desarrollo social en la Costa sigue favoreciendo a los hombres, con mayor brecha en el sur y provincias, posiblemente por menor acceso femenino a empleo formal y autonomía económica. La Selva también presenta una brecha significativa, aunque en general menor que la de la Sierra. La Sierra es la zona con la mayor desigualdad, reflejando obstáculos estructurales en educación, empleo y acceso a recursos.

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Autonomía económica entre las mujeres peruanas

Como se mencionó, el índice toma en cuenta cuatro dimensiones fundamentales: educación, salud, autonomía y oportunidades. Aunque las mujeres de las regiones del Perú, en gran medida, muestran IDS bajos, hay un aspecto en el que predomina esta escasez: la autonomía (económica, física y toma de decisiones).

“El acceso a la toma de decisiones y al control de recursos económicos sigue favoreciendo a los hombres en una proporción considerable. La brecha en autonomía se ha mantenido en torno al 41% en los últimos cinco años”, se puede leer en el informe.

Centrum PUCP detecta dos factores capaces de propiciar este entorno: la limitada representación femenina en espacios de y las restricciones en el acceso al crédito.

La brecha más marcada se encuentra en esta dimensión, con una diferencia de 42% a favor de los hombres en 2024, lo que evidencia limitaciones en el acceso femenino a recursos económicos y espacios de poder.

Si bien hay un aumento de ingresos en mujeres -que es un avance para su independencia económica-, el incremento en retrasa el logro. En esa línea, las denuncias por aumentaron 62.7% contra hombres y 7.2% contra mujeres respecto al 2023, un problema que ha crecido de manera sostenida desde el 2020.

Con la lupa puesta sobre el mapa, la problemática se acentúa. Ninguna región del país registra índices de desarrollo altos o medios, únicamente bajos, muy bajos y extremos bajos para las mujeres.

En el caso de los hombres, sí abarcan el rango alto en Moquegua, Amazonas, Huancavelica y Apurímac. Luego figura, en el resto de la distribución geográfica, un IDS medio (alto y bajo), pero no llega a niveles mínimos como en el lado femenino.

La brecha más marcada se encuentra en esta dimensión, con una diferencia de 42% a favor de los hombres en el 2024.
La brecha más marcada se encuentra en esta dimensión, con una diferencia de 42% a favor de los hombres en el 2024.
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Brecha de género se agudiza en la primaria

Si bien en la Costa la paridad educativa es mayor, en la Sierra y la Selva las mujeres enfrentan otras barreras: una alta tasa de deserción escolar a causa de embarazos adolescentes, una falta de incentivos para la continuidad académica en zonas rurales y un menor acceso a la .

En 2024 el crecimiento en educación secundaria en los hombres (8%) es un indicador positivo, pero el retroceso en primaria para mujeres (-5.3%) es alarmante. Incluso, la tendencia desde el 2020 indica que la recuperación tras la pandemia ha sido desigual, porque ha favorecido a estudiantes de mayor edad y ha perjudicado a las niñas en los primeros años escolares.

Ante ello, la afectación en la educación inmediata puede causar rezagos en el desempeño académico posterior. Además, hay otro punto: la brecha en se mantiene estable desde el 2020, lo que indica que el problema no es solo de cobertura, sino de calidad educativa.

Huancavelica es la región donde las mujeres tienen un IDS muy bajo en esta dimensión, a diferencia del lado masculino, que no presenta ninguna. En contraparte, los hombres acumulan 10 regiones con un IDS alto (Arequipa, Ayacucho, Puno, Cusco, Lima Provincias, Huancavelica, Callao, Tumbes, Pasco y Moquegua) y las mujeres predominan en 7: Moquegua, Pasco, Arequipa, Callao, Junín, Áncash y Puno.

Vale aclarar que la Selva tiene los peores índices educativos en promedio, tanto en hombres (68.6%) como en mujeres (67.5%).

La recuperación tras la pandemia ha perjudicado a las niñas en los primeros años escolares. (Foto: Andina)
La recuperación tras la pandemia ha perjudicado a las niñas en los primeros años escolares. (Foto: Andina)

¿Igualdad en la cobertura de salud?

Las mujeres poseen un acceso superior a los en comparación con los hombres, con una brecha del 12% a su favor. “Sin embargo, este dato debe analizarse con cautela, ya que puede estar reflejando una menor utilización de los servicios de salud por parte de los hombres debido a barreras socioculturales”, advierte Centrum PUCP.

De acuerdo con la data, Cusco es la región donde tanto hombres como mujeres presentan un IDS de salud extremo bajo. Después de ello, hay dos regiones, en el lado femenino, que caminan bajo un índice muy bajo: Tacna y Puno; mientras que en el lado masculino son 9 las zonas: San Martín, Moquegua, Tumbes, Junín, Tacna, Apurímac, Puno, Madre de Dios y Loreto.

La cobertura de seguro de salud incluso ha mejorado entre el 2023 y el 2024, pero son los indicadores de acceso los que muestran deterioro. Por ejemplo, la demora en atención creció en más del 14% para ambos géneros.

En ese sentido, el aumento de un 2.9% en enfermedades crónicas en mujeres apunta a que las condiciones de vida y la atención preventiva son aún deficientes. Otro aspecto es la disparidad en la : el acceso a métodos anticonceptivos y atención obstétrica con limitados.

El estudio considera que son de suma urgencia las reformas en infraestructura y atención, dado que el crecimiento en cobertura no está resolviendo las deficiencias en tiempos de espera ni en .

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Oportunidades: una alarma en el empleo

Continúan en la línea de lo desfavorable el acceso al empleo y a la estabilidad financiera para las mujeres, con una brecha creciente que alcanzó 10% en el 2024 y que se acentuó por la predominancia de las oportunidades masculinas en el .

Incluso el incremento de un 26% en la participación educativa superior para las mujeres no se ha traducido en mayores oportunidades laborales. Ahora bien, aunque desde el 2023 han disminuido las tasas de informalidad, la cifra total es todavía elevada para ambos géneros: 69.3% en hombres y 73.4% en mujeres.

De acuerdo con el informe, los dos grupos se encuentran bajo un IDS precario, pero el lado femenino registra la mitad de las regiones con oportunidades extremas bajas: Lambayeque, Ayacucho, Ucayali, Áncash, San Martín, Apurímac, Piura, Pasco, Huánuco, Puno, Amazonas, Huancavelica y Cajamarca. En cambio, el lado masculino también las tiene, pero en menor medida: Huánuco, Puno, Cajamarca, Amazonas, Pasco y Huancavelica.

En resumen, a pesar de que hay avances en la , por ejemplo, persisten males como la violencia de género y la desigualdad en oportunidades laborales.

SOBRE EL AUTOR

Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.

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