Bosques Amazónicos, el proyecto de reforestación y conservación de bosques que comenzó hace más de 17 años en Perú, cuando nadie hablaba de cambio climático, cerró el 2021 repartiendo a cada uno de sus socios hasta S/ 30,000 en utilidades. Para este año, prevé distribuir un monto mayor conforme la demanda por créditos de carbono sigue en aumento. No obstante, posibles cambios en la legislación forestal los hace ser mas cautelosos. Jorge Cantuarias, CEO de Bosques Amazónicos, comparte con gestion.pe los planes de la empresa, la primera en recibir la Declaración Ambiental de Actividades en Curso (DAAC), lo que le permitirá cotizar mejor sus créditos en el mercado voluntario.
¿Cuáles son las líneas de negocio de la empresa?
Somos una empresa que tiene cerca de 20 años trabajando en la recuperación, conservación y restauración de bosques amazónicos, intentando devolverles el valor económico a esas zonas degradadas que se pierden desgraciadamente todos los años. Sabemos que el 20% de los gases de efecto invernadero (GEI) lo genera el cambio de uso de suelo, y es por eso que integramos al sector forestal como parte de la solución al cambio climático.
¿A través de qué proyectos?
Respecto a conservación, trabajamos en tres proyectos dentro de la Reserva Nacional de Tambopata, en Madre de Dios. Un proyecto REDD+ con los concesionarios de castaña, que han logrado agruparse en la Federación de Castañeros del Perú, y que, a través de una serie de actividades, conservamos más de 500,000 hectáreas pese al avance de la minería o tala ilegal. Un segundo proyecto es en la zona de amortiguamiento de Bahuaja Sonene, de la mano de las concesiones de conservación en temas de forestación; y tercero, con un proyecto agrupado con concesiones forestales, a las que ayudamos a que mantengan el área sostenible y generen recursos adicionales a través de certificaciones internacionales que nos permiten comercializar los bonos de carbono. Y en reforestación, a través del programa Campo Verde, en Ucayali, donde se ha logrado certificar 3,500 hectáreas, que esperamos terminar en la próxima campaña.
El 2021 anunciaron la instalación de un vivero para clonación de árboles, ¿en qué fase están?
Ya estamos en la fase de producción. Es un laboratorio muy moderno que costó US$ 500,000 y que nos ha permitido avanzar tecnológicamente en el mejoramiento genético forestal y desarrollo de plantones de alta calidad. Hoy estamos clonando los mejores árboles de nuestras plantaciones para ir mejorando genéticamente los árboles. Esta será la primera experiencia de árboles clonados con especies nativas del Perú.
¿Con qué especie comenzaron?
Trabajamos con especies nativas amazónicas, principalmente con la marupa y el shihuahuaco; este último fue declarado como especie amenazada hace unas semanas. Es una especie muy noble y que tiene gran demanda internacional e importante valor. Hicimos una primera selección de 200 árboles plus y estamos siendo más rigurosos para contar con al menos 20 árboles plus para la clonación, y también estamos haciendo selección en caoba y capirona.
¿Instalarán las clonaciones en sus áreas?
La idea es irradiar beneficios a las comunidades cercanas a nosotros. Tenemos un plan de desarrollo en nuestras áreas privadas, pero también queremos hacer cadenas productivas y enseñarles todo este trabajo de tantos años a las comunidades y ofrecerles estos plantones de alta calidad genética para asegurarles su éxito a nivel comercial en un tiempo menor. Nosotros estamos terminando la fase de evaluación en 2023, y a partir del 2024 nuestro objetivo es trabajar con las cadenas productivas, en principio en Ucayali, pero no descartamos externos a otras áreas de la Amazonía.
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¿Y cuándo empezará la cosecha de sus primeras plantaciones de marupa?
Ya estamos comenzando la cosecha y esperamos el próximo año llegar a un volumen de 5,000 metros cúbicos (m3) de plantaciones cosechadas, de ahí llegar a alrededor de los 30,000 m3 por año. Primero vamos a tratar de satisfacer la gran demanda nacional (las importaciones de productos maderables supera los US$ 1,000 millones al año) y, luego, introducirlo al mercado internacional, como Europa y Estados Unidos. También cosecharemos un poco de shihuahuaco, que es apreciada por su calidad y pureza y se usa para pisos. En tanto, la marupa está más orientada para el mercado asiático.
¿A qué precio se venderán?
El metro cúbico de marupa se vende a alrededor de los US$ 500 y el precio de shihuahuaco está por encima de los US$ 1,500 por metro cúbico.
¿Evalúan adquirir nuevas áreas?
No, creemos que las áreas que tenemos son bastante grandes y suficientes. La segunda fase de expansión la queremos hacer en asociación con pequeños propietarios, con algunos ya tenemos intenciones de instalar hasta 30,000 hectáreas.
Plan de reforestación
A partir de este año tenían una meta de sumar 1,000 hectáreas de reforestación adicionales
Tenemos un plan paulatino y nos gusta ir seguros para llegar hasta las 1,000 hectáreas por año, sin embargo, este año estamos sembrando 250 hectáreas y el próximo año esperamos duplicar y así llegar a las 1,000 hectáreas, que es el número en el que debemos estabilizar nuestra capacidad de siembra.
Aunque ustedes anunciaron que después del 2021 lograrían la capacidad de reforestación de 1,000 hectáreas por año.
Evidentemente, tenemos algunos problemas como lo tienen todas las empresas. Hay preocupación sobre hacia dónde va el país, falta de claridad, pensamos que hay que bajar un poco la velocidad y ver qué es lo que viene, y eso es parte de por qué estamos siendo menos agresivos. Sin embargo, 250 hectáreas adicionales son un área bastante grande.
¿A qué se refiere con que no hay claridad?
A nivel del sector forestal tenemos el tema de los bonos de carbono, que son una parte importante en el componente de ingreso para el sector. Hay todavía un proceso que no está definido y del que está a cargo el Ministerio del Ambiente.
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Bonos de carbono
¿Qué nueva política está diseñando el Ministerio del Ambiente para el mercado voluntario de bonos de carbono?
Es una política con la que no estamos de acuerdo (Leer entrevista a Sernanp) y no tiene sentido porque no permite generar nuevos créditos de carbono a quienes nos dedicamos a la reforestación. Los créditos de carbono generan un ingreso que permite seguir invirtiendo en proyectos de conservación y reforestación en la Amazonía, pero si la legislación no está clara, obviamente genera incertidumbre, y en contextos así debemos ser más cautos.
El Minam estableció que solo podemos liberar bonos de carbono hasta el 2020, eso significa que no podemos generar ingresos por los bonos del 2021 y 2022, por lo que los proyectos pueden quedarse sin recursos para promover la reforestación. Recién tendremos una reunión con el Minam y el equipo de cambio climático el próximo 30 de noviembre, esperamos soluciones concretas.
¿Qué son los bonos de carbono? Las empresas de cualquier sector tienen la opción de reducir sus emisiones de CO2 a través de la compra de bonos o créditos de carbono a proyectos como los que tiene Bosques Amazónicos.
Exactamente, ¿con qué puntos están en desacuerdo?
Uno es el diseño del Registro Nacional de Medidas de Mitigación (Renami). No nos oponemos a que exista un registro de emisiones, pero el problema es que están planteando que los ingresos por crédito de carbono sea manejado por el fondo Profonanpe -aliados para la conservación de la naturaleza-, y no tiene sentido, nadie tendría por qué intermediar si cada proyecto tiene su criterio. Segundo: se desconoce cómo funciona el mercado voluntario, en el que nuestros clientes (empresas de energía, seguros, fondos de inversión, etc.) usan estos créditos de carbono para compensar sus propias emisiones. El tercero está relacionado a la metodología del Minam para calcular cuántos bonos se pueden vender. Se usarán como línea de base las cifras de deforestación histórica. Por ejemplo, en Madre de Dios la cifra histórica es de 14,000 hectáreas por año cuando en los últimos cinco años se ha perdido un promedio de 22,000 hectáreas por año; si usan esa metodología, se van a generar menos recursos, porque se está subestimando lo que realmente está pasando, limitando los ingresos para el Perú.
¿Cuántos créditos de bonos generaron este año?
Hemos estado generando un aproximado de 2 millones de créditos por año, pero esperamos este año estar más cerca a los 2.5 millones de créditos porque cada día se incorporan más socios al proyecto. En el caso de nuestro proyecto REDD+ Castañeros, empezamos con 300 socios y hoy tenemos 600. Solo el año pasado repartimos S/ 30,000 como concepto de utilidades para cada socio del proyecto, y para este año sobrepasaremos ese monto; la curva es creciente. Pero si se aprueba la propuesta del Minam, los ingresos bajarán a la mitad.
¿Con cuánto esperan cerrar el año en términos de venta de los bonos?
Estaremos cerrando el año con US$ 20 millones en ventas, en 2021 cerramos con US$ 17 millones. Este incremento se debe a que se han vendido bonos más nuevos (los de la cosecha del 2018 hacia adelante son los más demandados en el mercado voluntario), hablamos de alrededor de US$ 10 por crédito.
¿Algún sector tiene un mayor interés por la compra de bonos?
El mundo completo. Es una tendencia mundial preocuparse por el cambio climático. No obstante, en Perú todavía se está creando conciencia, pero aún hay pocas empresas, esperamos que más empresas puedan sumarse. Hace 17 años, recuerdo, cuando empezamos con la reforestación, nosotros teníamos la metodología, pero cuando volteamos a ver quién nos financiaba nadie se peleaba. Un inversionista pensó que haría carbón para parrilla, menos mal, hoy las cosas han cambiado.
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