El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) anunció en el marco de la cumbre del clima COP26 la emisión del primer “bono azul” ligado a la salud del océano y la limpieza del agua en Lationamérica y el Caribe.
Los fondos ligados a ese bono contribuirán a respaldar el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), que urge a garantizar la disponibilidad del agua, su gestión sostenible e impulsar el saneamiento.
A través de BID Invest, el brazo inversor del BID que dirige sus actividades hacia el sector privado, se emitirán bonos con un valor total de 50 millones de dólares australianos, con una tasa fija a diez años.
Para combatir la emergencia climática y avanzar hacia los objetivos de desarrollo de la ONU “no solo los gobiernos tienen un rol que jugar. Creo que el sector privado, más que nunca, tiene también un papel importante”, afirmó James Scriven, consejero delegado de BID Invest.
“Latinoamérica y el Caribe constituyen uno de los continentes con mayor cantidad de población asentada cerca de los límites de mares y océanos”, por lo que se deben preparar especialmente para las consecuencias del cambio climático, alertó Scriven.
Cerca del 25% de los habitantes de Latinoamérica vive en la costa, mientras que el Caribe incluye multitud de islas y pequeños estados vulnerables a los efectos devastadores del calentamiento global.
“Los bonos azules están emergiendo como una solución financiera innovadora para movilizar capital y crear oportunidades de negocio sostenibles en el ámbito de los océanos y la protección del agua”, agregó Scriven.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Mauricio Claver-Carone, destacó por su parte que “con este primer bono azul, el Grupo BID está promoviendo una perspectiva novedosa a la financiación de las acciones climáticas y atrayendo a nuevos inversores hacia América Latina y el Caribe”.
Este bono es el sexto producto de deuda sostenible que ha lanzado este año el organismo, que ha emitido US$ 1,600 millones en un bono ligado a la sostenibilidad, dos bonos sociales y dos bonos verdes, además del nuevo bono azul.
Esos avances conforman la base para impulsar en el futuro otras emisiones en el marco de sectores como los puertos resilientes con bajas emisiones de carbono, la economía circular y el turismo sostenible, subraya el BID.
Las instituciones financieras de desarrollo han jugado un papel esencial en la última década para impulsar la credibilidad de los bonos ligados a las medidas climáticas, especialmente en torno a los llamados bonos verdes.
El brazo inversor del BID considera que los bonos azules están “donde se encontraban los bonos verdes hace diez años” y se muestra comprometido con el desarrollo del mercado azul en esa misma dirección.