El Banco Central de Reserva (BCR) fijó nuevos topes a las tasas de interés que cobra el sistema financiero en los créditos de consumo y para micro y pequeñas empresas (mypes).
Con esta medida, el BCR busca morigerar el impacto que los referidos topes, o niveles máximos, han ocasionado en años recientes.
En el 2020, en medio de la zozobra general por la pandemia, el Congreso aprobó leyes cuyo fin, argumentaban los parlamentarios, era aliviar los efectos de ese shock en personas y empresas.
Se suspendieron aportes a los sistemas de pensiones, se liberó el fondo de las AFP para que los afiliados pudieran retirar sus ahorros y se impuso, por primera vez desde que se liberaron los mercados en Perú a inicios de los 90, topes máximos a las tasas de interés de los créditos.
Con esta última disposición, el propósito de los legisladores era desterrar las tasas de interés que consideraban desmesuradamente altas y que al lindar con la usura afectaban a los deudores.
Sin embargo, las loables intenciones de los congresistas que gestaron esa ley, provocaron un efecto pernicioso: unas 220,000 personas dejaron de ser sujetos de crédito del sistema financiero solo en el lapso de mayo a diciembre del 2021, estima el BCR.
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¿Cuánto ha subido el tope a la tasa de interés de los créditos?
La norma entró en vigor en mayo de ese año, con una tasa de interés compensatoria (que se cobra a los clientes) máxima de 83.4% para los créditos de consumo y a mypes en soles.
Parte de las personas atendidas por el sistema financiero dejaron de tener acceso al crédito formal porque el costo de prestarle excede el tope establecido a las tasas de interés, refiere el docente de USIL, Sergio Urday.
Grosso modo, la tasa de interés de los créditos se compone de los costos operativos y de fondeo que asume la entidad financiera, así como del riesgo inherente al préstamo. Si estos costos pueden compensados por el banco con una tasa de interés de, por ejemplo, 120% asignada al deudor, le otorgará el crédito. Pero si no puede cobrarle esa tasa porque el tope de ley (hoy en 96.3%) se lo impide, simplemente negará el financiamiento al solicitante.
Consciente de este perjuicio –porque lo advirtió en los debates previos a la aprobación de la ley-, el instituto emisor ha subido gradualmente ese nivel máximo, aunque más palmariamente desde noviembre del año pasado, cuando la llevó a 87.9% y luego, desde mayo del 2023, a 96.3%.
Para Urday, el BCR –que según la referida ley es el organismo técnico que determina la tasa tope-trata de restar el efecto distorsionante que, per se, tiene la norma sobre el proceso de inclusión financiera.
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¿Quiénes se han perjudicado más con los topes a tasas de interés?
“La ley ha perjudicado a los segmentos de menores ingresos y los productos de crédito que implican más riesgo, como las tarjetas y créditos de consumo. Las entidades financieras han tenido que ceñirse al tope y quedarse con clientes con un riesgo tal que no lo excedan”, dice.
Con el incremento de la tasa de interés tope de 83.4% a 96.3%, el BCR busca bajar las restricciones a los nuevos deudores, pues, los bancos podrán dar acceso a créditos a prestatarios con algo más de riesgo, enfatiza el especialista.
“Pero la subida (de la tasa tope) es relativamente tímida, porque antes, algunas entidades cobraban hasta 300%, ya que era la tasa que asignaban de acuerdo al riesgo del cliente. Ahora no hay crédito formal para las personas y mypes con perfil de mayor riesgo”, acota.
Más aún, el presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif), Jorge Delgado, advierte que las tasas máximas establecidas en el sistema financiero, están provocando que las personas excluidas por la banca regulada, recurran a los prestamistas informales que usan métodos delincuenciales y extorsivos con el financiamiento denominado “gota a gota”.
Así, Urday considera que, pese a que se flexibiliza la tasa de interés tope, más personas seguirán engrosando el grupo de los excluidos de la oferta de créditos de las instituciones financieras formales.
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¿Nuevo tope será carta libre para los bancos?
El nivel más alto que hoy tiene la tasa tope podría, en algunos sectores, despertar inquietud de que las entidades bancarias tenderán a elevar la tasa de interés de los créditos.
Sin embargo, el docente de USIL sostiene que el nuevo tope no será carta libre para que la banca cobre intereses más elevados, teniendo en cuenta que la coyuntura recesiva ha retraído la demanda y la competencia entre las entidades financieras es agresiva.