Con la lupa puesta en el gasto con tarjetas y los retiros en efectivo, el Índice Big Data de Consumo Privado —a cargo del BBVA Research— registró en enero un crecimiento de 9.3%. La cifra representó una aceleración frente a los resultados de noviembre (8.4%) y diciembre (6.5%). ¿Qué factores impulsaron este escenario?
Al respecto, la mejora en el gasto de los hogares ocurre en medio de un desempeño favorable en el mercado laboral, sobre todo en el último trimestre del 2024. Además, la inflación se mantuvo baja y estable, lo que redujo la pérdida de poder adquisitivo.
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El efecto rezago
Bill Gee, profesor de Economía y Finanzas de ESAN University, identifica un eco económico —que se arrastra desde el 2024— capaz de explicar por qué el Índice Big Data de Consumo refleja un buen inicio de año en el gasto de los hogares.
“Muchas veces los consumos de noviembre y diciembre no se notan hasta uno o un mes y medio después. Eso se conoce como efecto rezago”, sostiene. Pone especial atención a la temporada navideña, caracterizada por una gran cantidad de compras que, finalmente, se traducen en deudas atrasadas.
Menciona también que la tasa de desempleo se muestra con una ligera disminución. “Pese a que la coyuntura política es ciertamente compleja, el mercado laboral está activo y la inflación de la economía peruana está estable, prácticamente dentro del rango meta”, refiere.
Estas características refuerzan la decisión de transacción: “Con la confianza ganada, el público consume, gasta, ya no teme tanto. De lo contrario, ejecuta mecanismos de ahorro, de prevención”, precisa.
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Predominancia en Educación, Alimentos y Salud
Si solo nos enfocamos en el gasto con tarjeta -de crédito y/o débito-, hay tres componentes que mejoraron o se recuperaron: alimentos (12.5%), educación (0.4%) y salud (7%). Mientras que el gasto en turismo, que había aumentado 0.4% en diciembre, retrocedió 4.3% en enero; en el mismo sentido, el gasto en el hogar aumentó 1.4% en el último mes del año pasado, pero se contrajo 3.6% en enero.
Gee señala que la predominancia de consumo con tarjeta en estos rubros es estacional. “Como se acercaba diciembre, la gente planeaba algunos viajes para fin de año o consideraba la compra de regalos. [...] Lo que está sucediendo en enero es que las familias ahora están planificando los gastos que ya se vienen. Por ejemplo, en marzo, son principalmente escolares”, detecta. Incluso brinda una expectativa para el mes siguiente: “Creería que en febrero vamos a tener también un incremento sustancial”.
Vinculado con la preferencia por el aprendizaje académico, coloca sobre la mesa el factor digitalización. “Hay tantas plataformas digitales, incluso redes sociales, que ofrecen educación”, advierte. A ello le suma la facilidad de las billeteras virtuales.
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La presencia tecnológica en el consumo
La creciente digitalización también se evidencia en el aumento de la participación de las compras con tarjetas y en la disminución de los retiros de efectivo, según recoge el informe del BBVA. La justificación es el mayor uso de plataformas de pago en los teléfonos móviles.
En cifras, enero del 2024 registró un 56% de preferencia; mientras que enero del 2025 cerró con un 69%.
En las compras online se despunta algo similar: los pagos presenciales con tarjetas van a la baja. Esta participación virtual escaló de un 62% en enero del 2024 a un 70% al mismo periodo del 2025.
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Expectativas para el 2025
Gee espera que el crecimiento sea sostenible al menos hasta abril. No obstante, en mayo habría indicadores un poco más bajos. “No por un tema de desaceleración de la demanda, sino simplemente de reubicación de la demanda. En julio vuelve un pico", observa.
Localiza, asimismo, una particularidad. Recuerda que, a finales del 2023, la inflación bordeaba los dos dígitos: “El poder adquisitivo de las familias había bajado sustancialmente. Esa bajada podría generar un efecto rebote ahora que tenemos una inflación estable, de un dígito”, estima.
En ese sentido, reflexiona que a pesar de las falencias en materia de política fiscal, hay un excelente Banco Central, concentrado en “manejar la inflación y en sostener un tipo de cambio estable”.
Culmina con la premisa de que la inversión pública es una administración de la riqueza generada por la inversión privada: la clave es motivar la última.
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Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.
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