Más barreras en la empleabilidad. En el 2023, siete de cada 10 puestos de trabajo exigían una experiencia laboral de un año y ocho meses, en promedio. Al 2024, son ocho de cada 10 y alrededor de un año y seis meses de destreza profesional previa que se demanda. Los datos de la Encuesta de Demanda Ocupacional (EDO), que elabora el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), evidencian un camino cada vez más angosto para los jóvenes que buscan ingresar al mercado laboral.
Esta naturaleza de las vacantes se convierte en una barrera cuando un recién egresado explora sus posibilidades: la expectativa arranca baja porque “hay una desconexión entre la formación educativa y las necesidades del mercado laboral”, señala Marilú Martens, exministra de Educación.
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La barrera de los requisitos
Martens subraya lo limitante que significa esta condición que prevalece en el mercado laboral: “El tiempo de experiencia que tienen que enfrentar nuestros jóvenes una vez que culminan su formación académica es una gran barrera; y, encima, depende del sector. En el sector minero, por ejemplo, piden hasta tres años de experiencia para poder contratar”.
La exministra considera que la educación dual –una opción pedagógica que combina formación teórica en los planteles y formación práctica en las empresas– no está muy fortalecida en el país. Su implementación permitiría que “cuando los estudiantes salgan de la universidad ya puedan contar con la experiencia”. Y aunque cree que son valiosas las prácticas preprofesionales, asegura que, para algunas empresas, no son suficientes, lo que desencadena que un egresado tarde de cinco a seis meses en encontrar una plaza. Añade que las consecuencias van más allá.
“Eso promueve que nuestros profesionales se inserten en un mundo informal, ilegal”, detecta.
Mónica Pizarro, abogada laboralista, coincide con ambas conclusiones: incluir a los estudiantes en situaciones reales de trabajo es una urgencia y caer en la informalidad es una amenaza latente.
“Hay que insistir en formaciones que incluyan en la currícula no solamente teoría, sino también práctica, para que los jóvenes se enfrenten a situaciones reales de trabajo y vayan acumulando experiencia”, afirma.
Remarca también que, al tener dificultades para insertarse en el trabajo formal, los jóvenes están más expuestos a recurrir a empleos precarios.
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Medidas para fomentar la empleabilidad
La extitular de la cartera de Educación sugiere que finalizar el Marco Nacional de Cualificaciones (MNC) es una medida oportuna para combatir la brecha. “En este espacio, el sector empresarial y la academia construyen juntos las competencias que cada espacio requiere; de modo que no hay este divorcio que hoy vemos en muchos sectores. Este marco ha avanzado mucho en el Agrario y la Construcción, pero todos los otros sectores están todavía pendientes”, explica.
Por su parte, Pizarro exhorta al Gobierno a apoyarse en estrategias conjuntas: “Hay una obligación de conciliar la oferta formativa que tienen los institutos y las universidades, tanto públicas como privadas, en cuanto a las necesidades del mercado de trabajo”, argumenta.
Estudiar y tener una empleabilidad exitosa no siempre van de la mano, reflexiona Pizarro. Y califica como “titánica” la articulación de todos los actores sociales para que la oferta educativa posea una demanda laboral constante.
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Mercado laboral y políticas salariales
Martens resalta que la educación superior debe alinearse con el mercado laboral y también con las políticas salariales para construir un país con mayor bienestar. Ella traza un círculo virtuoso: “La confianza atrae inversión, la inversión genera puestos de trabajo, los puestos de trabajo disminuyen la pobreza”.
Agrega que el Perú tiene las condiciones, pero la inestabilidad política e institucional fractura el primero de los elementos: la inversión. En ese marco, habla sobre el impacto negativo en las mypes si se efectúa un ajuste en el monto del sueldo mínimo: “Ahorcar más a la empresa no nos va a aliviar”, resume.
Al contrario, desde su perspectiva, exponer a las pymes a condiciones difíciles de cumplir les plantea la opción de abrazar la informalidad.
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