Las proyecciones de los agentes de la economía sobre el crecimiento de Perú se sinceran tras los primeros dos meses del año y corrigen a la baja.
Según la última encuesta de expectativas macroeconómicas del Banco Central de Reserva (BCR), analistas económicos, empresas financieras y no financieras esperan que el crecimiento del 2023 sea de 2%, 2.2% y 2.6%, respectivamente.
Estos niveles se alejan de las previsiones con las que se contaba en diciembre del pasado año, las que, para estos agente económicos, eran de 2.5% ( analistas y sistema financiero) y 2.9% (empresas no financieras).
Entidades como Scotiabank y Credicorp Capital, que antes proyectaban 2.6% y 2.3% como crecimiento del año, redujeron sus registros hasta 2.1% y 2%, respectivamente. Del mismo modo, Macroconsult (antes 2.1%) y Thorne y Associates (antes 1.9%) actualmente cuentan con una previsiones de 1.9% y 1.5% para el 2023.
Según analistas vinculados a estas entidades, la escalada de protestas en los primeros meses es parte de la explicación de los recortes en las proyecciones.
“Por cuenta de la conflictividad social reciente hemos bajado nuestra previsión a 2% e inclusive el balance de riesgo es de un sesgo a la baja”, dijo a Gestión Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital.
Luis Eduardo Falen, head de Macroeconomía de Intéligo SAB, y el exviceministro de Economía, Carlos Casas, también enmarcaron las reducciones en las proyecciones en el escenario de protestas.
“Una economía que cada vez revisa sus proyecciones a la baja, impacta en los flujos de caja de las firmas y rentabilidad sus proyectos, y hace que se pospongan planes de inversión. En ese sentido, si se da algo de inversión sería, por ejemplo, en reposición de equipos”, dijo Casas.
A su vez, el exministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, afirmó que no es usual que las proyecciones de crecimiento del PBI se ajusten tan rápido como ha sucedido este año (en los dos primeros meses), aunque este cambio se justifica por la irrupción de dos eventos concretos: la convulsión social y el escenario de adelanto de elecciones.
Refirió que organismos internacionales y el Banco Central suelen hacer ajustes trimestral o semestralmente, aunque no hay un patrón determinado.
Diego Macera, director del Instituto Peruano de Economía (IPE), compartió la opinión sobre las convulsión social, y agregó que las empresas no financieras tienen, por lo general, mayores proyecciones por actualizarlas con menos periodicidad o frecuencia.
“Más que optimistas, las empresas no financieras suelen seguir menos de cerca el mercado. Demoran más en actualizar sus expectativas ante cambios en la coyuntura”, anotó.
¿Qué otros factores llevan a rebajar las proyecciones de crecimiento este año?
Alonso Segura, exministro de Economía y Finanzas, indicó que las correcciones reflejan que el panorama que se preveía para lo político cambió en los últimos meses, pues se cuenta ahora con un escenario de adelanto de elecciones. Casas coincidió con la premisa.
“Hay, si bien mas o menos violentas, más de dos meses de protestas. Además, se ha instalado el escenario de un posible adelanto de elecciones. Es un contexto incierto que no existía en noviembre, y eso pesa en la proyección. Hay espacio para que se pueda corregir más como también, aunque menos probable, algunas sorpresas como un mayor orden interno, o buenos candidatos (referencia a las elecciones) liderando que podrían jalar las previsiones hacia arriba”, anotó Segura.
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En esa línea, Castilla señaló que el mayor pesimismo en las proyecciones reflejan la mayor fuente de riesgo por posible adelanto de elecciones y lo que rodea este proceso.
Explicó también que, por el lado externo (en donde se prevé un escenario de desaceleración por el ciclo de aumento de tasas de la Fed) aún no hay certeza de que este sea un impulso para la economía peruana, la que, indicó, depende (su crecimiento) en un 60% de este frente.
“Todos ajustan a la baja, y el factor principal es la incertidumbre sobre la duración de la crisis interna y en particular sobre cuándo serán las siguientes elecciones. Los escenarios son distintos para los agentes si las elecciones son este año, el 2024 o el 2026, y si no se define es peor. Cada año que se tiene elecciones, en un sistema político tan fragmentado o polarizado como el que tenemos, no hay certeza de quien ganará, y eso tiende a paralizar las decisiones de inversión. Recién empieza el año, y aún hay espacio para que continúen las correcciones”, apuntó.
A su vez, Segura mencionó que hay un sinceramiento de las proyecciones que posiblemente hayan tenido un sesgo más optimista, pese a que el 2022 cerró en desaceleración.
El economista señaló que, luego de haber tenido un crecimiento del PBI en el cuarto trimestre de 1.7% y de menos de 1% en diciembre, las previsiones por encima de 2% para el año estarían contando un impulso para la economía que, desde lo local, no está presente.
“Con data ya disponible del 2022, se empieza a la reevaluar las proyecciones. Se tuvo una segunda mitad del año por debajo de 2%, y un último trimestre mas bajo. Entonces la velocidad con la que se entra al 2023 está entre 1.5% y 2%, y debería haber un factor que la aumente para creer en un mayor crecimiento por encima de esa velocidad. Los factores externos son aún inciertos, y los domésticos no se presentan positivos; entonces no se sabe qué impulsaría a la economía, y se empiezan a moderar las previsiones”, anotó.
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¿Cómo están las expectativas de las empresas?
Según el mismo documento del BCR, las expectativas de las empresas mejoraron en febrero respecto a enero, y todos los indicadores a 12 meses están actualmente en el tramo optimista (índice mayor a 50).
No obstante, aquellos de más corto plazo, con horizonte a tres meses (entendido como confianza empresarial), si bien también tuvieron un avance se mantienen aún en el tramo negativo o pesimista.
Las expectativas de 12 meses suelen ser mejores que las de tres meses, indicó Macera. “Eso se ve en casi todos los meses para la gran mayoría de indicadores”, precisó.
Casas mencionó que la mayor confianza en el largo plazo responde a que, respecto a fundamentos macroeconómicos, Perú tiene una buena posición y buenas perspectivas en el mediano plazo. “El corto plazo obedece más a aspectos coyunturales como las protestas”, indicó.
Al respecto, Castilla mencionó que posiblemente haya un mayor optimismo por considerar que los factores de riesgo actual podrían tener un carácter transitorio.
“Se puede estar presumiendo que, en un horizonte de 12 meses, podría haber mayor certidumbre y eso hace que interrogantes, por ejemplo, respecto a las elecciones o el efecto negativo de las protestas se disipen o no se sostengan en el tiempo, y solo sea algo de corto plazo”, dijo.
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Dato
- Analistas económicos redujeron su proyección de crecimiento de la economía para el 2024 de 3% a 2.6%, según el BCR.