Los agresivos aumentos de tasas de interés por parte de los bancos centrales de Latinoamérica que iniciaron el año pasado ayudaron a prevenir una crisis monetaria y controlaron parte de la presión inflacionaria en la región, según Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
El endurecimiento de la política monetaria por parte de estos bancos centrales ayudó a contener la repentina depreciación de los tipos de cambio observada en episodios pasados de aumentos sostenidos de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, dijo Carstens, exgobernador del Banco de México.
Sin la acción temprana de estas instituciones, la inflación sería ahora de dos a tres puntos porcentuales más alta, por lo que sería mucho más difícil para los responsables de política abordar la presión de precios, dijo este lunes.
Los bancos centrales de la región “hasta ahora han tenido bastante éxito en evitar una fuente inflacionaria que suele tener lugar en los mercados emergentes, el tipo de cambio, que es muy peligroso y difícil de controlar”, dijo Carstens en una conferencia de prensa. “Yo creo que hubiera sido mucho peor si se hubieran esperado”.
Los bancos centrales de América Latina comenzaron a elevar sus tasas de interés mucho antes que sus pares en países desarrollados (Brasil ya ha aumentado costos de endeudamiento 11 veces desde marzo del 2021) con la intención de evitar que la reversión esperada de los flujos de capital afectara a sus monedas una vez que la Fed comenzara a aumentar los costos de endeudamiento en la economía más grande del mundo.
Si bien el aumento de tasas provocó críticas de parte de Gobiernos y políticos de la región, incluido el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, la medida evitó con éxito cualquier depreciación repentina de las principales monedas. Tres de las cuatro divisas de mercados emergentes con mejor desempeño en los últimos seis meses provienen de la región.
Aun así, la inflación anual se mantiene en máximos de varios años en gran parte de la región, con las tasas en Brasil y Chile cercanas al 12% y la de México acercándose al 8%.
Carstens también dijo que esperaba que los tipos de cambio latinoamericanos se mantuvieran estables, lo que permitiría a los responsables de política evitar aumentos extremos de tasas.
”Los bancos centrales de la región van a tener que seguir aumentando un poco las tasas, pero creo que están en una buena posición para evitar un aumento excesivo”, dijo.