Durante la jornada se reunió con la presidenta, Dina Boluarte, y con el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras. Tras ello, el Gobierno dijo que el BM había “ratificado su apoyo” a las políticas para la reactivación de la economía, generación de empleo, entre otros. Sin embargo, en conversación con Gestión Banga se abstuvo de opinar sobre las mismas, pero plnateó se podrían gestionar algunos de los riesgos que todavía mantienen nerviosa a la inversión privada.
Se le ha encomendado generar una nueva estrategia para el BM. ¿Tiene alguna idea preliminar de lo que implicará eso para el trabajo del Banco en América Latina?
La visión definitivamente seguirá siendo eliminar la pobreza pero ahora lo haremos buscando estar en un planeta habitable. Me refiero a abordar los desafíos de la inclusión de mujeres y jóvenes, el cambio climático, la inseguridad alimentaria, el tema de los refugiados. Pero, dentro de todas las aristas que esa visión expandida implica, quiero subrayar la creación de empleo porque sin trabajo no se puede tener un crecimiento sostenible.
Crear más y mejores empleos es uno de los retos que enfrenta el Perú en un contexto de crecimiento económico menor al esperado postpandemia. ¿Hay algo en particular del Perú que mire con preocupación?
A Perú le fue muy bien hace 15 o 20 años y por eso pudo sobrellevar la pandemia y creo que el Ministerio de Economía ha hecho un buen trabajo gestionando con prudencia macroeconómica. Pero el crecimiento es la única respuesta para crear trabajo. Antes, el crecimiento provino de los minerales y metales. Algo de eso está volviendo a aparecer y la agricultura, ahí también hay algo de crecimiento.
El desafío en Perú es la infraestructura y provisión de servicios básicos para conectar las zonas del interior con los puertos. Estas no están en buenas condiciones. Hay más necesidades de inversión que abordar y la infraestructura es realmente importante. Sin eso, no se puede lograr un buen crecimiento económico sostenido durante un período de tiempo.
El otro problema es que su sector turístico se vio afectado por los disturbios políticos que ocurrieron hace meses. Tras salir de la pandemia, las cosas se complicaron en el turismo por los disturbios políticos. Creo que se están recuperando lentamente y cuando el turismo se recupera, el crecimiento del Perú siempre mejora. Así que creo que estoy un poco menos preocupado por ello, las cosas pueden revertirse.
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¿Qué riesgos a nivel internacional tendrían un alto impacto en el Perú? ¿El enfriamiento de China?
Por supuesto otro shock económico de algún tipo podría ser problemático. Creo que China está bien. Y aunque el crecimiento de China se está desacelerando, a nivel de las exportaciones de metales de Perú hay otros mercados que se están recuperando: India está repuntando su crecimiento y allí habrá un nuevo motor de crecimiento. Me preocupa más si se puede estabilizar la política, si podemos conseguir inversión en infraestructura o si podemos impulsar las inversiones en general.
Tras su reunión con el ministro Alex Contreras el lunes, este dijo que le había “ratificado su apoyo” a las políticas de reactivación económica del Ministerio de Economía. ¿Hay algo de ellas que destacaría o en lo que se enfocaría?
No quiero dar una opinión sobre políticas que solo he tenido tres horas para analizar porque pecaría de crítico de salón y no quiero serlo. Pero diré que tenemos que pensar cómo llevar al sector privado a invertir en modelos de negocios que se han desarrollado hasta ser sostenibles y atractivos. Por ejemplo, se ha comprobado en muchas partes del mundo que el costo por unidad de energía eólica, solar y geotérmica ya es más barato que el del combustible fósil. Y Perú tiene gas, que es muy útil en la transición...
¿Y qué se necesita para llevar al sector privado hacia estas oportunidades?
Hay tres riesgos que mantienen al sector privado nervioso, no solo en Perú, sino en cualquier parte. Primero, el riesgo político, no saben cómo lidiar con eso. En segundo lugar, el riesgo cambiario. No saben cómo lidiar con eso tampoco. Tercero, riesgo regulatorio. Si no hay políticas claras, se ponen nerviosos. Desafortunadamente, el riesgo político es un desafío porque la gente todavía lo está viviendo. Los últimos años han sido un período difícil para Perú. Si eso se calma, creo que un gran problema comenzará a descartarse.
¿Y qué más podría hacer un mercado emergente como el Perú para abordar el riesgo cambiario?
Es un gran desafío y no lo es no solo para Perú si no para muchos mercados emergentes. Y lo que estamos tratando de pensar es en qué medida el FMI y el BM juntos podemos ayudar a reducir parte de la volatilidad de la moneda que puede tener un inversionista del sector privado. Por ejemplo el IFC puede participar en una empresa de servicios públicos que implque una inversión de US$ 3 millones. Piense en una planta de energía solar que tardará cuatro años en construirse y ponerse en funcionamiento y comenzará a ganar dinero en el quinto año. El IFC y otros inversionistas de largo plazo participarían hasta el día que comience a ganar dinero y en ese momento venden lo que tomaron con una cierta ganancia. Pero durante los años que no hubo ganancias, logramos sacar parte de esa inversión de tus registros contables. No es que el riesgo de la volatilidad de la moneda se vaya, sino que entidades como nosotros y otros inversionistas de largo plazo lo absorberíamos. Pero el sector privado debe tomar riesgos que entiende para hacer el dinero que merece hacer, pero el riesgo que no entiende. Nosotros deberíamos tomarlo.
En cuanto al riesgo político, ¿cómo podría el Perú proyectar más estabilidad política?
Mire, no soy la persona adecuada para comentar sobre el riesgo político. Y no lo digo solo para Perú. He visto riesgo político en todas partes. En el momento en que eres un inversor privado, el mayor obstáculo es el riesgo político. Por eso se ponen nerviosos. Todos los países pasan por riesgos políticos. En este momento, si piensas en la inestabilidad política, mira a Estados Unidos. Estados Unidos ha atravesado desafíos desde los últimos siete u ocho años. Ha habido desafíos políticos en Estados Unidos. ¿Bien? Tenemos el hecho de que la política se ha ido a los extremos. Es un problema de muchos países. Colombia lo es.