
El Banco Mundial (BM) estima un crecimiento de la economía peruana menor al 3% este año, panorama caracterizado por una alta incertidumbre global. Pero, los pendientes en el país, a ojos de la multilateral, van más allá del corto plazo.
En entrevista con Gestión, William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del BM, apunta diferentes reformas pendientes, como la tributación, donde observa un enfoque erróneo para la recaudación de impuestos; un desaprovechamiento de la inversión extranjera y el impacto de no actuar ante un bajo nivel de servicio educativo.
-En el primer trimestre, la economía creció alrededor de 4%. ¿Cómo perfilan la actividad nacional, considerando el factor elecciones y los últimos acontecimientos arancelarios?
Por los cambios en la situación internacional hay mucha incertidumbre alrededor de los pronósticos. Estamos con un 2.9% para este año y un 2.5% para el siguiente, que es por encima de América Latina, en general. El problema es que es insuficiente, en el largo plazo, para atacar los problemas de movilidad social y pobreza que enfrentamos.
-Elecciones o aranceles globales. ¿Cuál termina pesando más en la economía para este año?
Estamos en un terreno súper especulativo porque no sabemos exactamente dónde vamos a aterrizar. En el largo plazo, la pregunta es si EE.UU. va a encerrarse, tomar esta visión de más autosuficiencia. A estas alturas, seguimos en productos básicos. No creo que haya aranceles sobre el cobre, por ejemplo.
También hay temor en EE.UU. de que habrá reexportaciones de productos chinos, cuya economía hoy tiene mucha más influencia en la región que hace 10 años. Sí puedo ver que EE.UU. está poniendo mucha más atención a la región y a la influencia que tiene China ahora.
Arequipa, la región que no pudo evitar que la pobreza aumente: los factores
-Hace poco que se conoció el dato de la pobreza del 2024 en Perú: aunque cayó, aún hay más de 9 millones en esta condición y también un “rostro” más urbano. ¿Cómo empezar cambios radicales?
La receta para combatir la pobreza es el crecimiento. El progreso contra la pobreza va a venir por aumentos en la productividad de los trabajos. Entonces, como región, tenemos que estimular la productividad.
-¿Por dónde hacerlo? ¿Es un tema tributario, de simplificación de regímenes, de mayor apoyo del Estado?
Hay muchas cosas en el ambiente de negocios que son complicadas: invertimos muy poco en infraestructura en las últimas décadas, tenemos problemas en la entrada y salida de bienes, los costos de los trámites de trabajar en nuestras economías son altas. La calidad de la educación es clave. Después tenemos, en general, niveles de impuestos cooperativos bastante altos, el fenómeno de crimen organizado y de violencia. Si se junta todo eso, es difícil ver inversión...
-Falta de previsibilidad...
La inversión doméstica o internacional tiene un panorama de 20 años. Si vamos cambiando gobiernos cada par de días, se introduce mucha incertidumbre. Con la de los aranceles, hoy, nadie sabe dónde invertir. [Se debe] reajustar el sistema de impuestos para que sean también más procrecimiento. En general, pensamos en este trade-off de eficiencia de recaudar impuestos, pero tenemos también que pensar en cómo estimular nuestras economías.

-¿En el Perú hay una penalización a las empresas que más crecen con una mayor tributación?
En general, en América Latina tenemos niveles de impuestos bastante altos. No es un problema que tenemos que alterar nuestra estructura económica. [Debemos apuntar] a ser mejor, cómo vamos a aumentar la productividad y ser más innovadores y dinámicos en los sectores donde estamos ahora.
Cuando veo todo el continente, se ve que seguimos con niveles de educación primaria y secundaria bastante bajos en términos de calidad. Tenemos graduados de nuestras universidades con baja representación en carreras de STEM y universidades que no son súper dinámicos en términos de investigación. Se tiene que poner mucho énfasis en construir el capital humano en muchas dimensiones. En educación básica en empresarialidad estamos muy por debajo de muchas otras partes del mundo.
-¿Qué problema puntual destaca?
El mismo que tuvimos hace 100 años en términos de atraer tecnología, identificar ideas que pueden funcionar acá, adaptarlas para nuestras industrias. Estamos absorbiendo tecnologías menos rápido que, por ejemplo, Europa del Este y Asia. La inversión extranjera lo usamos como fuente de trabajo y de impuestos, mientras que en Asia lo usan primariamente de aprendizaje.
-¿En Perú se desaprovecha, entonces?
No es solo Perú, es toda la región. Se tiene el problema de cómo aprender de estos núcleos de inversión, el de desarrollar nuestra propia industria eficiente, innovadora.
Pobreza en Perú se redujo en 2024, pero alcanza a más de 9.3 millones de personas
-¿Por dónde empezar a darle vuelta?
Creo que primero debe ser una meta del gobierno, de la sociedad. Todos los países [desarrollados] dicen que se tiene que llegar a la frontera tecnológica para tener soberanía sobre sus economías. Después, los gobiernos presentan un plan y la sociedad dicen “ok, tenemos que estar en 20 años en tal lugar”.
Ahora, ¿qué pasa con nuestra educación primaria? Claro, hablamos de ingenieros, pero ¿de dónde viene la gente en la universidad? Es un tema de formación. Se tiene un pipeline muy angosto de talento entrando a universidades o arrancando empresas [con potencial grande]. Para poner dinamismo en la economía se debe tener gente capaz.
-¿El sistema educativo peruano, y el de América Latina, no hace lo suficiente para formar grandes empresarios?
Sí.
-Es cíclico el anuncio de destinar un monto importante del PBI como presupuesto para educación, pero evidentemente es insuficiente. ¿A qué debe estar vinculado?
El recurso más importante son los maestros y deben llegar a las aulas, ser capaces y estar bien entrenados. Tenemos problemas por ese lado. ¿Cómo vamos a subir el nivel del maestro promedio? Se puede usar algo de tecnología, pero hay que medir y decir si el maestro no funciona y tener un plan para mejorar. Pero eso es donde hay que empezar. En América Latina se gasta plata en educación, pero no está bien gastada. Entonces, tenemos resultados muy por debajo de lo esperado.

-Regresando a las reformas pendientes, ¿es hoy el crimen organizado el más urgente por atender?
Por la naturaleza del fenómeno es difícil medir cuán grande es y su impacto sobre el crecimiento. Lo cierto es que los ciudadanos están diciendo que es un problema grave para enfrentar y complicado porque no es como en la década de los 80, donde había uno o dos cárteles [en una ciudad]. Ahora, es internacional y están involucrados en muchas industrias.
-¿Cómo dimensionar esta internacionalización?
Es internacional en el sentido de que está en el Amazonas peruano, pero con frontera con Brasil, Colombia. Tenemos que coordinarnos mucho más como países, mejorar la calidad de la policía, de los sistemas judiciales; y compartir inteligencia y esfuerzos con los otros países de América Latina y con los grandes que son el destino de los productos [por ejemplo, del narcotráfico].
-Hace poco se tuvo una caída más de un gabinete ministerial. ¿Cuánto termina impactando esto en el ambiente de confianza empresarial?
En general, si estamos pensando en tener un plan de 20 años para poner a Perú en otra pista de crecimiento debemos tener consistencia a través del tiempo.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.