En los últimos meses, diversos analistas han recortado sus proyecciones de crecimiento para el Perú en el 2023 y 2024, impulsados -en parte- por los débiles niveles de inversión y consumo privado. Como consecuencia, la golpeada demanda interna, que arrastra el peso de la alta inflación de los últimos años, continúa moderando el ritmo de crecimiento de las importaciones hacia nuestro país.
La importación ha retrocedido 13.8% entre enero y agosto, comparado con el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con los últimos datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Solo en agosto, se observa una caída de 14.3% interanual, explicada en mayor medida por el retroceso en la importación de insumos (-26.4%) y bienes de capital (-1%).
Aún así, el rubro más resiliente este año, a agosto, son los bienes de consumo duradero (7.8%), particularmente las importaciones de automóviles, que han crecido 14.2% en los primeros ocho meses del 2023.
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“Autos es un mercado particular este año. Se está comportando así porque en el 2021 y 2022 la oferta estaba muy escasa por los problemas de abastecimiento en las cadenas logísticas. Como esto ya se normalizó, las personas que iban a comprar autos en el 2022 recién lo están haciendo en el 2023″, explica Isaac Foinquinos, economista senior de Macroconsult.
Por el lado de las importaciones de bienes de consumo no duradero, se contrajo 1% entre enero y agosto comparado al mismo periodo del 2022, y solo en el octavo mes del año experimentó un retroceso de 4.7% interanual.
Estos resultados de la importación de estos bienes dan una señal de que, como se proyecta ya por diferentes analistas, el consumo privado cerraría el año en positivo, pero se mantendrá débil: no será a ritmos vistos años anteriores donde incluso estaba por encima del 3%. Para el BCRP, por ejemplo, el consumo privado crecería solo 1.2% este año.
“El consumo sí terminará el año en positivo, a diferencia de la inversión privada y el producto bruto interno (PBI). El próximo año, el factor que va a contribuir a que el consumo privado resista es la menor tasa de inflación, que debería cerrar alrededor de 2.5%”, agrega Foinquinos.
Hay que recordar que ya para este periodo del año, a agosto, las importaciones de bienes de consumo en el 2022 ya acumulaban un crecimiento de 8.4%, mientras que en el 2023, a agosto, el crecimiento es de solo 2.6%.
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Bienes de Capital
Al otro lado de la moneda está la importación de bienes de capital, que nos permite tener ciertas señales de cómo será el comportamiento de la inversión privada. Los resultados son poco alentadores, pues la importación de estos bienes cayeron 1% en agosto y acumulan un retroceso de 5.3% a ese mes, según información del BCRP.
Tomando en cuenta la data del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los rubros más afectados son los relacionados al sector agrícola. Los bienes de capital para la agricultura cayeron en 15.6% entre enero y agosto. También caen las importaciones relacionadas a dos sectores claves en la economía peruana: para la Industria (-4.2%), y materiales de construcción (-7.9%) en los primeros ocho meses del año.
No sorprende el comportamiento de estas importaciones, puesto que la agricultura, manufactura y construcción son tres de los sectores más golpeados en el 2023.
“Se notan los menores niveles de inversión. La coyuntura en la que se encuentra el sector agrícola hoy hace que se posterguen las decisiones de compra de tecnología, herramientas y maquinaria”, comenta Rafael Zacnich, gerente de estudios económicos de ComexPerú.
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Como reportó Gestión, el impacto diferido de la crisis de fertilizantes del 2022, sumado al impacto del ciclón Yaku a comienzos de año y la elevación en las temperaturas por el fenómeno de El Niño plantean un escenario para el 2023 en el cual la agricultura va a tener su peor desempeño en 26 años.
“Viene cayendo al mismo ritmo todos los meses, es un espejo de como se está comportando tanto la inversión como las expectativas de los empresarios”, agrega Zacnich.
Conflicto Israel y Hamas: ¿cómo impactará la actividad comercial?
Si bien la actividad comercial entre Perú e Israel es bastante pequeña comparado a la relación que tenemos con otros socios comerciales, el escalamiento del conflicto tiene potenciales consecuencias negativas para el comercio exterior.
Las exportaciones de Perú a Israel en el 2022 representaron el 0.03% del total exportado, mientras que las importaciones de Israel a Perú representaron el 0.11% del total importado.
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Sin embargo, ya se experimentan caídas. “Entre enero y agosto, hemos exportado US$ 7.7 millones a Israel, una caída del 34.3% frente al mismo periodo en el 2022″, señala Gabriel Arrieta, jefe de estudios económicos e inteligencia comercial del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de ADEX.
El producto más importante es el zinc, que representa el 20% de las exportaciones de Perú a Israel. “También se exportan frutas congeladas, quinua, jugo de limón, semillas de tomate y mango”, indica Arrieta. Los principales productos de importación son relacionados a tecnología agrícola, como aspersores y tuberías por goteo.
Más allá de la interrupción del intercambio comercial, los impactos económicos del escalamiento de la guerra se verían por el lado del encarecimiento de productos como el petróleo. “Esto se podría trasladar a la inflación, no solo por el precio mismo de la energía, sino también porque se encarece el transporte de los principales productos”, explica Arrieta.
Bachiller en Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN y especialista en Sostenibilidad por la Pacífico Business School. Fue analista de Sectores y Empresas y del Content Lab de Semana Económica. Actualmente es redactora senior de economía en Gestión.