Participación en el desarrollo peruano. Con el objetivo de explicar el circuito que configura el crecimiento económico del país, la Cámara de Comercio de Lima estructura el vínculo entre la educación, la productividad y el núcleo empresarial. Luego de analizar el desempeño de la enseñanza durante el 2024 y notar su impacto en la profesionalización, desde el gremio mapearon tres desafíos para afrontar en el muy cercano 2025.
Al respecto, Ramiro Salas, vocero del gremio de Educación de la CCL, es enfático al reconocer una alarma que se ha posicionado entre la comunidad. “Con seguridad, a los empresarios de todo el Perú, más que a cualquiera, les interesa que exista una buena educación”, sostiene. Analiza, por tanto, el panorama desde la pandemia y manifiesta que, paralela a la salud, las brechas en la formación académica han quedado en evidencia.
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La primera etapa en la educación
El Minedu define al primer nivel de la Educación Básica Regular como el elemento clave para los niños y las niñas menores de 6 años. Se trata de un periodo de gran relevancia, pues se establecen las bases que apuntan al desarrollo del potencial biológico, afectivo, cognitivo y social de las personas, a quienes se las prepara para transitar hacia una primaria con coherencia pedagógica y curricular.
En esa línea, Salas expresa que el gremio empresarial coloca a una efectiva educación inicial en la cabeza de las preocupaciones. “Es sumamente importante el inicio del ciudadano”, subraya. Alrededor de este pendiente, el rubro ficha otras problemáticas: el desprestigio del docente de educación inicial y, por descontado, el bajo sueldo que recibe; la brecha entre la educación estatal y la privada y, con ello, la falta de estándares para que todos los nidos operen bajo un mismo patrón; y el porcentaje insuficiente del PBI que se destina a la instrucción.
El comisionado sugiere como ejemplo el propósito de la creación de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). “Su sistema de medición ha hecho que las universidades puedan ser evaluadas con un tipo de estándar de mínima equivalencia y esto ha ocasionado el cierre de varias universidades, públicas y privadas. Entonces, todas las instituciones parten de ese estándar hacia arriba. Lo mismo tiene que ocurrir en la educación inicial”, explica Salas.
Con respecto al presupuesto equivalente al 3.2% del Producto Bruto Interno (PBI) que se distribuye para esta arista, la CCL estima que la proporción adecuada debería ser, por lo menos, de 6%. La cifra tendría que cubrir, además, los esfuerzos para combatir la anemia, uno de los primeros obstáculos en la cadena de desarrollo de un profesional productivo. “Es un tema recurrente que imposibilita al ser humano poder abordar su progreso cognitivo de forma normal si es que no tiene los nutrientes adecuados”, reitera.
A propósito, según la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES 2023), el índice fue de 43.1% a nivel nacional y la situación fue, especialmente, crítica en Puno, Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Huancavelica.
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Fisura en la adecuación ocupacional
La empleabilidad arranca sobre la cuerda floja en el Perú. “Alrededor de casi 1 millón de jóvenes salen de la secundaria y no saben qué hacer. Estamos convencidos de que debe haber una política de Estado para el desarrollo ocupacional”, enumera Salas como segundo factor prioritario en favor del área.
En su discurso menciona como prototipo de iniciativas correctas el programa Beca 18, mas lamenta que la acogida se haya mermado con el tiempo. “Saludamos el concepto”, precisa. Esta misma emergencia la había detectado Daniel Maurate, ministro de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), durante la presentación de los resultados de la Encuesta de Demanda Ocupacional (EDO) con proyección al 2025.
En vista de que, en el 2023, el 67.7% de los jóvenes profesionales estuvo inadecuadamente empleado, el titular de la cartera brindó detalles acerca de dos programas para paliar el escenario adverso. El primero es Jóvenes Productivos, cuyo diseño tiene la intención de convertirse en una vía para que las empresas apuesten por un modelo dual. “Primero buscamos las empresas que ofrecen el trabajo y luego transitamos a los jóvenes a la capacitación, empleabilidad y, finalmente, la planilla. (Estamos) desde la firma del contrato hasta la entrega de su fotocheck”, aclaró.
El segundo es Mi Carrera. Para este plan, Maurate resaltó el aporte de las empresas, ya que gracias a ellas se han podido “encender las luces de la información acerca del mercado laboral para que los jóvenes puedan escoger bien”.
Con estas dos medidas, el Estado pretende dar las primeras zancadas hacia la resolución de las falencias en la adecuación ocupacional. No obstante, los primeros resultados tardarían algunos años en ser visibles: “Estamos seguros, sin especulación, de que vamos a mejorar la adecuación ocupacional. No se va a mirar el otro año, sino a cinco. Solo que, en el Perú, nos hemos acostumbrado al cortoplacismo. Si queremos mejorar las cosas, tenemos que comenzar”, advirtió el ministro.
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Competencia de los docentes
La tercera tarea está enfocada en las competencias de los profesionales que instruyen a todos los demás, los educadores. Ante ello, Salas considera nociva la dinámica de una preparación “veloz” de este perfil en los institutos pedagógicos. Hace hincapié en que los maestros requieren un entrenamiento intenso y completo, con actualizaciones y tecnologías que el mercado global exige.
Sobre la urgencia global, incluso la Unesco se ha sumado: en septiembre del 2024, planteó marcos de competencias en materia de Inteligencia Artificial (IA) tanto para estudiantes como docentes. Para este último grupo, busca garantizar que la preparación sea responsable y eficaz. Por ello, incentiva la forma pensar centrada en el ser humano, el fomento de la ética de la IA, sus diversas aplicaciones, su pedagogía y su uso como camino para el desarrollo profesional.
Sin embargo, Salas no pierde de vista los contratiempos que agudizan la dificultad para zanjar este punto: la centralización y las carencias en infraestructura y conectividad. Y aunque “se deja de estudiar cuando la persona deja de vivir” —en palabras del representante de la CCL—, el país debe prestar las condiciones óptimas para ello. Este es el panorama actual.
Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.
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