
La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado al sistema financiero para desencadenar eficiencia, optimización de procesos y personalización, enumeró Martin Naranjo, presidente de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc).
En esa línea, abordó cuál es el protagonismo de la triple hélice —Estado, empresa y academia— en la masificación tecnológica favorable para el país; y adicionó, asimismo, aristas al último elemento de la ecuación. ¿Qué dijo sobre la dinámica de la universidad?
Este diálogo se desplegó como un anticipo al foro “Avance de la Inteligencia Artificial en Perú”, que organizan la Universidad Privada del Norte (UPN) y Gestión. La cita es el 3 de septiembre.
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Más adeptos a la triple hélice
Si bien “cada uno de estos sectores tiene un rol que jugar en esta interacción”, de acuerdo con Naranjo, la academia puede reforzar su labor gracias a la dinámica de educación transversal —casi de alumno-maestro— que circula en la comunidad en general.
“Pensaría en la comunidad o en el ecosistema técnico, que tiene la doble responsabilidad de desarrollar los mejores modelos y nuevas aplicaciones para la IA, y al mismo tiempo formar a los profesionales que la impulsarán dentro de las empresas. El reto está en la velocidad del cambio, que es mayor que la velocidad con la que se adecúan las capacidades de coordinación de esa triple hélice", sostuvo.
Con ello, cabe recordar que la academia ya se encuentra modificando sus currículas para que la preparación del talento camine al mismo ritmo que el de la globalización. La urgencia la ha detectado también ManpowerGroup en su última Encuesta de Expectativas de Empleo (tercer trimestre del 2025): el 72% de las empresas peruanas planea invertir en procesos de automatización durante los próximos 12 meses.
Entre las áreas con mayor demanda de aptitudes tecnológicas figuran la Tecnología de la Información y Datos (79%), las Ventas y Marketing (75%), las Operaciones y Logística (74%) y la Manufactura y Producción (73%).
Este panorama confirma que la transformación digital ya no es una proyección, sino una realidad. Al respecto, el vocero de Asbanc recalcó que “el Estado debe regular el uso ético y seguro de la IA para definir las reglas del juego”.

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Academia: responsabilidad hacia el 2030
Acerca del factor tiempo que Naranjo toma en cuenta ya se ha pronunciado el World Economic Forum (WEF): en su último informe recabó que la IA y la automatización crearán, hacia el 2030, 170 millones de empleos y desplazarán 92 millones de roles a medida que las empresas se adaptan al cambio tecnológico.
Con el objetivo de afrontarlo, está en el campo de la academia el desafío de instruir a los futuros trabajadores para roles que quizás aún no existan; así como la misión de diseñar mecanismos para que quienes ya se encuentren en el sistema laboral se sincronicen con la transformación digital.
A nivel global, el 85% de los empleadores, de acuerdo con el WEF, planea priorizar la capacitación de la fuerza laboral. Perú no se puede quedar atrás.
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El papel de la IA en la data
Aunque la adopción de la IA se evidencia, por ejemplo, en la automatización de la atención al cliente, Naranjo destacó un rol vinculado más a la gestión de la abundancia de datos.
“En el sector financiero, en particular, el uso responsable de estos datos resulta clave para impulsar la inclusión financiera, diseñar productos más adecuados a las necesidades de las personas y promover mejores prácticas de salud financiera en beneficio de todos“, refirió.
Detalló que, en la banca, la adopción de la IA incluye aplicaciones como la automatización de la atención al cliente, la evaluación de créditos y la detección de fraudes. Para él, la mayor eficiencia conduce a una mayor inclusión y, por tanto, a una valiosa contribución al desarrollo del país.
Sumó también el factor tiempo: “En la medida en que la IA permita optimizar procesos, reducir riesgos y elevar la calidad de los resultados, se reducen las posibilidades de errores humanos. Así, mejorar tiempos y precisión, por un lado, y facilitar la innovación y la gestión de riesgos, por otro, son también elementos que ayudan a promover el uso de la IA”.

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La ciberseguridad: un requisito
En el Perú, la práctica de proteger sistemas informáticos, redes, dispositivos y datos de ataques digitales maliciosos —siempre al acecho— es una misión tan apremiante como el impulso de la IA. En suma, Naranjo determinó que la “ciberseguridad debe ser incorporada desde el origen, desde el diseño, como parte de su arquitectura”.
Bajo su perspectiva, una vez cumplida la tarea formativa de la academia, la responsabilidad la complementan los sectores público y privado. “Especialmente el sector público, que debe implementar su estrategia de ciberseguridad promoviendo fuertemente la capacitación de sus funcionarios en todos los niveles. Desde el sector privado, igualmente, se debe invertir también en la capacitación del talento especializado en ciberseguridad avanzada, y en su vinculación con la comunidad técnica especializada”, analizó.
No obstante, el representante de Asbanc indicó que la preocupación por la seguridad de la información debe permear en todos los niveles del negocio para reducir vulnerabilidades. En ese sentido, precisó que la educación es medular.
“Finalmente, es importante promover la educación en materia de ciberseguridad entre los clientes finales de las empresas. De esta manera, se protege toda la cadena: diseño, operación y consumo”, concluyó.


Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.