
El modelo lineal de extraer, producir, usar y desechar tiene un contrapeso en la balanza: la economía circular. Este mecanismo —que busca una mayor durabilidad de los recursos y una menor generación de residuos— encuentra un lugar en el diseño de los grandes proyectos de infraestructura, asegura Mariana Caballero, gerenta general de Alianza para Obras por Impuestos (ALOXI).
La especialista comparte su análisis como una antesala del evento que la Cámara de Comercio de España organiza en alianza con Gestión. Se trata del "Foro empresarial de economía circular", cuya cita es el martes 28 de octubre a las 8:00 a. m.
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El “match” entre OxI y economía circular
En el “ecosistema” de obras por impuestos (OxI), la economía circular se proyecta como un instrumento que alienta la eficiencia y los márgenes de ganancia. Pero a esta premisa aún le falta fuerza para instalarse en el ideario público.
“En OxI, como las empresas entran desde una iniciativa privada, tienen la posibilidad de intervenir en el diseño y la ejecución del proyecto. Además, lo que pueden hacer es coger un proyecto que ya está perfilado y modificarlo. [...] Es decir, los componentes de economía circular incluidos en los proyectos de infraestructura pueden ser propuestos por la empresa privada, que tiene más profundizado el tema de la innovación, desde el diseño”, explica Caballero.
En esa línea, la economía circular no es un elemento añadido; es, más bien, una estrategia medular que suscita ventajas a nivel monetario.
“El desafío es promover mucha más sensibilización en el sector público y hacerle entender que el diseño de proyectos que incluyen componentes de economía circular no necesariamente es más caro”, identifica la especialista.
Al respecto, recuerda que en el Perú aún se debe paliar el hábito del falso ahorro en la inversión.
“Lo que se tiene que evaluar ahí es costo-beneficio. El costo es implementarlo hoy, pero la sostenibilidad que va a tener el proyecto en el tiempo permitirá, sobre todo, ahorrar. [...] En el largo plazo, el proyecto va a salir mucho más económico”, reafirma.

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Una herramienta de legitimidad
Con el objetivo de impulsar la certeza de que la economía circular no es la excepción, sino la regla, Caballero coloca sobre la mesa la crisis de confianza bajo la que el Perú camina ahora.
“Hay una falta de confianza hacia todos, lamentablemente no hay puntos medios. [...] Para el caso de las empresas, trabajar en economías circulares es una forma de demostrar que están comprometidas con la sostenibilidad de su propio país; los recursos y el medio ambiente son los que nos mantiene en este territorio”, precisa.
Anteriormente, este diario informó los resultados que Edelman Trust Barometer 2025 recabó acerca de Perú: el empresariado acumula un 51% de confianza, y por debajo se ubican las ONG (39%), los medios (36%) y el Gobierno (21%)
“Mientras más empresas empiecen a involucrarse en una economía circular y a demostrar resultados, se va a poder recuperar la confianza en el sector empresarial. Y también las entidades públicas lo pueden considerar como su rol fundamental de gestores y autoridades responsables. Es decir, se puede recuperar la confianza planteando temas ambientales. [...] El Perú es un país rico en recursos y esos recursos hay que cuidarlos”.
No obstante, también es una tarea plural: “Las empresas, los gremios y la población misma tienen una gran oportunidad de mejorar la calidad de vida de las personas a través de infraestructura que sea sostenible y resiliente”, resalta.

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Adopción de la economía circular: desafíos
Caballero detalla algunos factores que dificultan una acogida de este modelo de producción y consumo en los planes de las obras por impuestos (OxI) y alude, así, a la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular al 2030.
Dicho instrumento abarca, además de la creación de mecanismo para financiar la inversión, un fortalecimiento del marco legal, una promoción de modelos de negocio que optimicen el uso de materiales y reduzcan la generación de residuos y, por último, una formación de capacidades.
“Si queremos que más empresas entren, cualquiera va a pedir un incentivo mayor [...]. Tenemos esta hoja de ruta al 2030 que ha sacado el Ministerio del Ambiente (Minam), y en el momento en que la entidad pública se dé cuenta de que estos componentes son más eficientes, va a empezar también a involucrarlos desde el diseño”.
Y menciona un ejemplo: “Hay un proyecto de educación inicial de Arca Continental Lindley en Pucusana. Le costó sangre, sudor y lágrimas tratar de convencer a la entidad pública de incorporar ciertos elementos en la construcción del colegio. Incluyó aulas bioclimatizadas, biohuertos, reservorios para cuando llegaba la lluvia. [...] La entidad pública decía: ‘Esto me sale más caro’, pero ahora ese colegio está a la altura de cualquier privado. Eso fue una lucha de la empresa”.
La experta no deja de lado el escenario del cambio climático, cuyos efectos, subraya, “no solo se traduce en la agricultura”. En ese sentido, la economía circular reduce las emisiones de gases de efecto invernadero al eliminar la necesidad de extraer nuevas materias primas.

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¿Hoja de ruta bajo el reflector?
Tras el lanzamiento de la Hoja de Ruta Nacional de Economía Circular al 2030, en febrero de 2025, el entonces presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, destacó que el nuevo plan fortalecería las cadenas de valor en todo el país.
El Gobierno estimó que, para 2030, la normativa contribuiría con un incremento del 2% al Producto Bruto Interno (PBI), equivalente a unos S/13,9 mil millones, y generaría más de 306,000 empleos en actividades económicas sostenibles.
Caballero extiende una observación: “Es una hoja de ruta realizado mediante un proceso correcto. Fue un proceso en el que también se levantaron muchas expectativas de los ciudadanos, se hicieron talleres descentralizados [...]. El desafío está en difundirla; que no sola la conozcan entre los ministerios, sino que el ciudadano a pie pueda aplicarla y solicitarla en su infraestructura diaria”.
Para ella, solo así los residentes podrán “ejercer su derecho a solicitar a sus autoridades la inclusión de los componentes de la economía circular”.

Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.








