Alfredo Thorne, director de Thorne & Associates y exministro de Economía y Finanzas, ve una recuperación más rápida en el crecimiento que no se podrá sostener en los próximos años.
¿Cuáles son las proyecciones que tienen para la economía el 2021 y 2022??
Hemos revisado el PBI de este año al alza de 10.7% a 12.5% y del próximo año de 1.4% a 2.4%.
¿Qué explica esta mejora?
Para este año, básicamente el reporte de agosto que comparado en términos mensuales da un crecimiento de 1.5% y es el mejor desde mayo. Nosotros y el mercado esperábamos un crecimiento anual de 10.2% y fue de 11.9%.
¿Qué pasó en agosto que creció fuerte la economía?
A raíz de la baja de las inversiones se continuó la apertura de la economía. Si solo se toma el mes a mes, por sector, el sector alojamiento ligado a turismo, aumentó en 22.8%. Pasa lo mismo en servicios prestados a empresas que creció 6.7%. Allí hay componente de apertura, que no se va a repetir, que impulsó los servicios.
¿El sector primario mejoró?
Hay un cambio en la producción de minerales e hidrocarburos, que creció 1.9% en el mes a mes, pero también la manufactura en 2.3%. Es la industria vinculada a la minería la que está creciendo. Esto es un cambio en la tendencia previa en que la minería estaba mostrando números negativos en el mes a mes.
¿Y la inversión privada?
En nuestro indicador nos muestra que en el caso de la construcción, las empresas, sobre todo las inmobiliarias, han adelantado inversión a antes del cambio de gobierno. Lo han hecho para deshacerse del stock y venderlo rápidamente.
¿Se ve más tranquilidad en el mercado?
Hay algunas coincidencias en el mercado. Se da el anuncio del cambio de gabinete el 6 de octubre y ese día es cuando el precio del cobre empieza a subir. Le sumas la acción del BCR vendiendo dólares y la subida de tasas. Esto nos hace revisar el cuarto trimestre que lo teníamos en negativo y ahora lo tenemos 0.6%
Si bien eso pasa en el 2021, para el 2022 crecer 2.4% es bastante bajo. ¿Qué pasa hacia adelante?
No nos vemos tan convencidos de que esto va a seguir a este ritmo. Primero porque el crecimiento de este año es por un tema cíclico por la fuerte caída del 2020. Lo segundo es que la base de comparación va a ser mucho más difícil porque la economía ya salió de la recesión. Después hay alertas como la encuesta del BCR con expectativas en negativo y las cifras de empleos no son tan buenas, más la inflación que va a golpear el consumo privado.
¿Y el factor político qué tanto influye?
Creemos que esta tranquilidad que trae Mirtha Vásquez en la PCM no se va a mantener en el tiempo.
¿Y por qué?
El “Waterloo” de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón es el 7 de octubre del 2022, que es el día de las elecciones locales y regionales. Si ellos ganan les dará el aliento para ir por el cambio constitucional. Pero si pierden hay un punto de quiebre. Cuando uno hace números, están creyendo que van a obtener la votación de la segunda vuelta, pero esa no fue su votación. Si vemos la primera vuelta, en realidad sacaron cerca del 10%. A eso le sumas el deterioro que hay en el Gobierno.
¿En qué momento logramos recuperar los niveles prepandemia?
Con el número de agosto estamos dos puntos por encima del promedio del 2019. Pero esto no dice mucho, porque se venía con ritmo, en términos de crecimiento potencial, que estaba alrededor del 3%. Si no hubiese habido pandemia estaríamos casi 10% por encima del nivel del 2019 en el 2022.
¿Qué tanto ha cambiado este crecimiento potencial del país?
El verdadero ritmo de crecimiento potencial se acerca más a 2% o a 1%, de lo que teníamos antes de la pandemia
¿Qué impacto tiene esta cifra tan baja?
Lo vemos en el mercado laboral. Si hoy día tenemos cerca del 80% de la fuerza laboral informal, eso quiere decir que ha habido un bajón sustancial en la productividad de nuestros trabajadores. Hemos pasado a tener una economía que tiene casi un tercio de la productividad que tenía antes.
En el balance de riesgos, ¿el cambio de la Constitución sigue siendo lo que más preocupa?
Lo que preocupa es la forma, hacerlo vía un referéndum que termina siendo casi un golpe de Estado. Se genera un periodo de inestabilidad política casi sin fin.
¿Sigue siendo el principal riesgo para la inversión?
Esto le preocupa a todo el sector empresarial que es muy amplio desde los grandes, hasta los negocios en Gamarra, los importadores o quienes compraron departamentos para alquilarlos.
Y a nivel de manejo económico, ¿qué puede afectar?
Uno es la inflación. El BCR dice que va a ceder, pero de aquí a 12 meses y en ese momento se comparará con esta inflación alta y el resultado será menor, pero los precios no van a bajar. Lo segundo es que ni el sector privado, ni el consumo están contribuyendo a la economía como antes.
¿Qué medida del Gobierno podría dinamizar la economía?
Hay medidas, pero van en el sentido opuesto. La legislación laboral es un ejemplo, hacerlo solo para el 4% de la fuerza laboral, que tiene CTS y beneficios sociales, es hacer más rígido el mercado. Lamentablemente el Ministerio de Trabajo se enfoca en este grupo. Si no se aumenta la productividad es difícil que las empresas puedan pagar eso.
Gobierno debe plantear una reforma para formalización
Para el exministro de Economía y Finanzas, Alfredo Thorne, el Gobierno debería retomar la estrategia de formalización y plantear un paquete legislativo al Congreso para avanzar en la solución de este problema.
“Si realmente queremos puestos de trabajo de buena calidad, trabajadores con buena protección social y altamente productivos, esa propuesta podría calzar muy bien con el discurso de Castillo, pero lamentablemente tampoco está en sus planes”, dijo.
Afirmó que uno de los planes del Gobierno, como es la denominada “segunda reforma agraria”, si bien se plantea como un plan de formalización, solo soluciona una parte del problema porque la gran informalidad está en las ciudades y no necesariamente en el agro.
“Lo que se ha visto en el agro en los últimos años es una migración pavorosa. Si vas a Trujillo, Chiclayo o Huánuco y ves los cerros lotizados, es muestra de la migración del campo a la ciudad”, refirió.