El sector agropecuario habría caído 3% en el 2023, según los cálculos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el mismo Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Aún así, tras ser azotado por los embates climáticos, la agricultura y la agroexportación ya miran el 2024 como una oportunidad de volver a crecer.
Sin embargo, Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), comenta a Gestión que volver a repetir registros récord en envíos al exterior, como pasó en 2022, no sería posible sin un marco regulatorio más atractivo para la inversión agraria. Hoy, asegura, no lo tenemos.
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-Por ahora se prevé un fenómeno de El Niño (FEN) entre débil y moderado. Si esa es su magnitud, ¿el panorama podría ser más favorable para las campañas de cultivo?
Igual será complicado, no tendrá la magnitud del 2017, pero sí tendrá un efecto importante. El Niño costero es agresivo activando quebradas. Además, las sequías y las lluvias en algunas zonas afecta el ciclo natural de los cultivos.
-El Midagri ha resaltado el avance de sus obras preventivas contra el FEN. ¿Considera que el Gobierno se ha preparado correctamente?
Es cierto que se ha avanzado bastante estos meses. Sin embargo, en algunos casos es muy tarde porque los efectos ya se sintieron en 2023. Se trata de un fenómeno cíclico, ya sabemos qué quebradas se activan, dónde se genera estrés hídrico y demás. El problema es que no tenemos un plan preventivo permanente, lo que desordena el gasto público. Este Gobierno podría sentar las bases para ello. Se reconoce su esfuerzo, pero su obligación real es esa.
-El BCRP estima que el PBI agropecuario crezca 3.5% en 2024, ¿depende ese crecimiento mayoritariamente de ‘sobrevivir’ al FEN?
El problema de la agroexportación no es solo el FEN. Hemos retrocedido a nivel regulatorio. Uno puede ser optimista para 2024, pero hay varios factores que dependen del Gobierno. La reactivación puede ser rápida, pero aún faltan medidas por tomarse y hay demoras. Hasta ahora solo se ha mejorado el acceso al crédito, que no fue solo para la agricultura. Si no se aceleran las reformas normativas, el 2024 será igual o peor que el 2023.
-¿Cuáles son esas medidas que necesita el ‘agro’ para garantizar el buen desempeño?
Necesitamos un plan de promoción ya. El planteamiento que teníamos nosotros era que el Estado subsidie un porcentaje de la planilla para no afectar la contratación. Además, en la crisis del 2009 un drawback de 8% ayudó bastante. También hay espacios grises en materia de seguridad y salud del trabajo que hay que revisar.
Necesitamos una regulación especial porque tenemos condiciones distintas que otros sectores: nos golpea el clima y las plagas. Además, tenemos un carácter estratégico porque formamos parte del sistema alimentario global. Hemos perdido el margen que teníamos en la balanza comercial alimentaria entre lo que importamos y exportamos. Se ha ido reduciendo desde 2020.
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-Respecto al empleo formal en el sector, ¿cuál es la situación hoy?
A septiembre se habían perdido 40,000 empleos. Ya las últimas cifras nos hablan de 120,000. La mayoría son en zonas rurales. Sin medidas inmediatas del Gobierno, la perspectiva sigue siendo la misma para 2024: más empleos perdidos y exportaciones reducidas. El 2023 habría cerrado en US$ 9,500 millones. Pero esas son las ventas, el margen de ganancia ha caído de forma dramática.
-Se aprobaron también cambios a la Ley Forestal y de Fauna Silvestre. Se despertó cierta polémica por un cambio relacionado al suelo agrario, ¿cuál es la posición de AGAP al respecto?
Su modificación es necesaria para la seguridad jurídica del sector. A quienes el Estado les ha dado títulos de propiedad y certificado de posesión para la agricultura tendrán mayores garantías. Sin esos cambios, muchas familias que se dedican a la pequeña agricultura, una vez entren en vigor las disposiciones de la Unión Europea (UE), se irán a la pobreza o migrarán a cultivos no lícitos.
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-Con esos cambios, entonces, ¿hay seguridad de que cultivos como el café no tendrán problemas de seguir exportándose a la UE?
Con eso se cumple parte de lo que exigen. Todos los que deforesten después del 2020 ya no podrán seguir ingresando. Ayuda, pero no es lo único, van a tener que adecuarse otros reglamentos ambientales. Los agricultores necesitarán un tiempo para adecuarse e implementar un sistema de trazabilidad que pueda demostrar la legalidad de sus cultivos. El otro problema que tiene el café es que sean más resistentes a la roya amarilla. Falta investigar y mejorar las técnicas. Eso afectó su producción en 2023, hasta octubre había caído 33 toneladas respecto al 2022.
-¿Se puede esperar que algunos cultivos superen los US$ 1,000 millones en envíos en 2024 como ya pasó en años previos?
El arándano tiene capacidad de crecer, la palta también está saliendo bastante desde la sierra. La uva tuvo un 2023 complejo por lo que se vivió en el norte, pero Ica mantuvo su producción. Podrían repetir superar la barrera de los US$ 1,000 millones, pero todo dependerá de la celeridad del Gobierno para aprobar normas. La caída del PBI y los empleos no la pueden atribuir solamente a El Niño.
-Con El Niño, ¿qué productos podrían sufrir problemas de producción y afectaciones en sus precios?
Hasta octubre, respecto al promedio de las últimas cinco campañas a nivel nacional, el arroz (-5.8%), la cebolla (-18.4%), el frijol (-25.4%), el maíz choclo (-9.5%), la papa (-4%), entre otros han caído en producción. Una subida de precios ocurrirá de todas maneras porque habrá menos productos. Sin embargo, esto no significa que vaya a haber un desabastecimiento por el FEN. Coincidimos en eso con el Midagri.
-El ministerio también dice que el contrato de Chavimochic III se firmará en marzo. ¿Cuál es su expectativa al respecto? ¿Confían en que se cumplan los plazos?
Serían 60 mil hectáreas nuevas y 40 mil mejoradas. Tenemos que confiar en que cumplirán con la fecha. El tema es que será una solución parcial sin un marco normativo competitivo. Hemos perdido el ambiente positivo para la inversión agraria. Además estará a cargo de otro Estado, terminada esa obra pública, ¿quién lo administrará? Esa es la duda.
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Envíos agrarios habrían caído en 2023
A octubre del 2023, las agroexportaciones sumaron US$ 7,503 millones, lo que significó una caída de 3%. En toneladas (TN) enviadas también hubo un retroceso: se vendió al exterior 3,720,023 TN, una contracciónde 4%.
Los arándanos, café, espárragos, cítricos, bananas y alcachofas registraron cifras “en rojo” cuando se analizan las toneladas exportadas.
Con todo estos datos, AGAP proyecta que las agroexportaciones habrían sumado US$ 9,540 millones y 4,700,507 toneladas el 2023; es decir, se habría alcanzado caídas de 3% y 4%, respectivamente.
Licenciado en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Experiencia en cobertura política, social y económica peruana.