Unos 1.9 millones de afiliados dejaron de aportar a los sistemas de pensiones por la crisis.
En las AFP, el número de los que aportan para su pensión (cotizantes) se redujo en 820,000 desde inicios de año (de 3′268,371 a 2′447,700) y en la ONP, en 1.1 millones (de 1′654,952 a 570,289) hasta marzo y abril del 2020, respectivamente, según recientes datos de la SBS y AAFP.
No obstante, la cifra de afiliados que interrumpieron sus aportes aumentó y es mayor a la fecha, pues en el segundo trimestre se acentuó el impacto de la inmovilización social en el empleo formal, según analistas consultados por Gestión.
“Sin duda, el número de afiliados que dejó de aportar debe ser superior ahora”, afirmó el ex superintendente de AFP, Enrique Díaz.
Pandemia
La pandemia detuvo las actividades en el país y las empresas no generaron ingresos por muchos meses, lo que ocasionó continuos despidos, suspensión perfecta sin goce de haberes y acentuó el cierre de negocios, enfatizaron.
En el segundo trimestre, el número de empleos se redujo en 2.7 millones en Lima.
El significativo aumento de los que dejan de aportar para su pensión se refleja, por ejemplo, en que en el sistema de AFP, el porcentaje de cotizantes (aportantes regulares) bajó de 44% a 32.5%, y se explica por la pérdida de empleos formales, suspensión perfecta de labores que en la práctica aplicaron las empresas, quiebras de compañías y porque varios negocios dejaron de pagar las contribuciones sociales para dar prioridad a otras obligaciones, según los economistas.
“Empresas tenían cuentas pendientes por pagar y por falta de liquidez suspendieron los aportes como una salida temporal”, indicó Díaz.
Arturo García, docente de ESAN, coincidió en señalar que cuando las empresas afrontan problemas financieros dan prioridad a obligaciones como el pago a trabajadores y proveedores, dejando de lado los beneficios sociales, como el aporte previsional, con la intención de regularizarlo en los meses siguientes.
“Pocos negocios suspendieron el pago previsional y lo normalizaron; a la mayoría les fue complicado regularizar este aporte como habían planificado”, agregó.
Además, hay empresas que se declaran en quiebra, lo que también interrumpe el pago de aportes de los trabajadores al sistema de pensiones, refirió Julio Villavicencio, profesor de posgrado de la PUCP.
Gradual
Empero, la caída en el número de afiliados que aportan habría tocado fondo en el segundo trimestre, tras lo cual seguiría una recuperación gradual en línea con la reanudación de actividades en la economía.
Aun así, como solo se espera una recuperación lenta del empleo de calidad, los analistas prevén que será difícil que esos afiliados vuelven a aportar a los sistemas de pensiones.
El número de cotizantes del 2019 recién se alcanzaría en el 2022 o 2023, según el docente de ESAN.
En julio, hubo un aumento neto de 131,000 puestos de trabajo, según la planilla electrónica.
“Aunque algunos afiliados que recuperen su empleo en el segmento formal puedan retomar sus aportes al sistema, este escenario de crisis y poca generación de empleo hace muy difícil que todos puedan hacerlo en un corto plazo”, expresó Villavicencio.
“La débil demanda en el mercado conduce a la cautela de las empresas en la contratación de personal”, mencionó Díaz.
La reducción de aportantes, sin precedentes, reducirá o dejará sin pensión a un mayor número de afiliados, lo que generaría un problema social a futuro, advirtieron los expertos.
Ingreso menor
La crisis económica afectó a la mayoría las empresas y, por ende, a sus trabajadores sin diferenciar el sistema previsional al que pertenecen, dijo García. El 64% de los aportantes al sistema nacional de pensiones labora en el sector privado, según datos a mayo de la ONP.
El afiliado del sistema público tiene un perfil de ingreso mucho menor que el aportante a la AFP, por lo que es más susceptible de haber perdido su empleo durante los meses de confinamiento, aseveró Villavicencio.
Reforma previsional para atraer a exaportantes
“La reforma planificada para el sistema de pensiones debe impulsar el retorno de los afiliados que, por diversas razones, dejaron de contribuir a un ahorro previsional pero aún están en edad de hacerlo”, planteó Enrique Díaz, de MC&F. Estos exaportantes siguen teniendo un fondo ahorrado, que si bien les pertenece, no les proveerá de una pensión decente si no cuentan con un monto mínimo acumulado, aseveró.
El perfil del afiliado peruano es “muy cortoplacista”, pues prefiere tener su dinero ahora que en el futuro, cuando lo necesitará más porque no podrá generarlo. El Gobierno también debe contribuir con medidas que incentiven el empleo formal y no solo temporal, pues muchos afiliados al perder el empleo dependiente acuden al sector informal o a emprendimientos, con lo que dejan de ahorrar para su jubilación, afirmó Arturo García, de ESAN.