La industria farmacéutica usualmente avanza de manera similar al Producto Bruto Interno (PBI) nacional, por lo que se espera que este año el crecimiento sea alrededor de 4%, sin embargo, este podría ser mayor, señaló José Enrique Silva, presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Nacionales (Adifan).
Cabe resaltar que, según el Banco Central de Reserva (BCR) el PBI de Perú para este año sería de 3.4%, mientras que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señala que sería 3.6%. Instituciones como el BBVA Research opinan que el crecimiento sería de 2%.
“Si estiman un crecimiento entre 3% y 4%, entonces la producción de la industria farmacéutica respondería con un avance alrededor de las mismas cifras o un poco mayor. Sin embargo, debería ser mucho más, pero para ello se necesita tener un plan integral de salud en donde se incluya a aquellas personas que hoy no pueden acceder a medicamentos con facilidad”, dijo.
Agregó que, por ahora, la salud está segmentada. A la par, se necesitan mayores facilidades para la industria en cuanto a la venta de medicamentos, pues muchas veces no se ven favorecidas frente a sus competidores no domiciliados.
Silva mencionó que la proyección se sustenta principalmente por la capacidad de consumo; es decir, va a depender de la continuidad en la reactivación económica, y qué tanto las personas se restablezcan en sus empleos. Ello para que tengan disponibilidad de ingresos y puedan cubrir su necesidad de gasto en salud.
Mencionó que las fuentes de riesgo político y el contexto de inflación son factores que, como en la mayoría de sectores, van en contra de la industria, por el deterioro del poder adquisitivo y por dañar la generación de empleo.
“El año pasado la producción farmacéutica local creció alrededor de 8%, pero esto se dio principalmente por un efecto estadístico, luego de un 2020 marcado por la pandemia. La industria depende mucho del avance del empleo, porque la demanda existe. Con una inversión golpeada por las autoridades de turno entonces no hay garantía que se tenga más empleo o que este sea de calidad. La industria farmacéutica también aplaza planes de inversión si no hay garantías, y hoy la perspectiva es negativa”, afirmó.
Silva manifestó que, a pesar de que determinadas medicinas están exoneradas de impuestos, el mecanismo no está siendo efectivo sobre todo bajo el actual contexto de aumento de precios.
“La mayoría de los productos para la diabetes, oncológicos y el VIH están exonerados del IGV y derechos arancelarios, ello para bajar los precios. No obstante, en un contexto de inflación, la exoneración debe ser a lo largo de los insumos que se necesitan para producir, no solo al bien final”, indicó.
Explicó que esto afecta mucho más al productor peruano. “Son exoneraciones que llevan años, pero deben ser modificadas. Se necesita una correcta gestión de la inflación que pueda dar mayor facultad para el gasto en salud, el cual es básico”, subrayó.