Christian Lengua
Las cadenas de café y cacao se vieron afectadas con la pandemia y debido al manejo de los protocolos hubo retrasos en la producción, sin embargo, el producto continúa saliendo hacia diferentes países, para lo que fue necesario conseguir más capital.
Así lo reportó ACCDER, organización sin fines de lucro que canaliza los créditos en Perú de la institución estadounidense Root Capital, y que brinda asesoría a las asociaciones y cooperativas de agricultores, especialmente en café y cacao. En la campaña del 2019 financiaron por cerca de US$ 35 millones, y este año estiman números similares en colocaciones.
Con estos fondos, que salen directamente de Estados Unidos a las asociaciones y ellos le pagan a una cuenta de ese país, han logrado beneficiar a alrededor de 40 empresas, lo que a su vez impacta en 24,000 productores.
Los créditos van desde US$ 100 mil hasta US$ 2 millones. Las tasas de interés, que se manejan en dólares y van a depender del riesgo, están entre 9% y 13% más una comisión de 1%.
En este ‘bache pandémico’, Daniel Rivera, gerente de ACCDER y representante de Root Capital en Perú, refirió que se ha revalorado la calidad del café orgánico peruano en el mundo.
“Con las certificaciones de Comercio Justo y Orgánico ha tenido mucha demanda. De hecho, el consumidor en Estados Unidos y Europa en estas circunstancias de pandemia busca café orgánico porque quiere alimentarse bien y protegerse. Perú tiene un sello de café orgánico importante”, sostuvo.
La empresa trabaja con organizaciones en ciudades como Jaén, Junín y Cusco, que no tenían acceso a otras entidades financieras, y si la tienen son microfinancieras con tasas de interés más altas. Ellos, en cambio, ofrecen tasas competitivas. Una vez que las empresas crecen, las entidades financieras empiezan a interesarse por ellos.
Capacitación
La capacitación es otra de las claves. Desde el inicio de las operaciones de Root Capital en 1999 se dieron cuenta que no era suficiente el crédito, sino también generar capacidades en las empresas. Entonces, a la par del área de créditos, surge el área de capacitación.
Rivera explicó que en Perú se dedican a trabajar con esos dos servicios, usando todos los sistemas y metodologías que tiene la asociación para que ellos puedan brindarle directamente el crédito. “Hemos llegado a tener un modelo de trabajo donde con crédito más capacitación las empresas pueden evolucionar más rápido”.
Sin embargo, con la coyuntura aparecieron diferentes tipos de créditos como FAE Agro y Reactiva Perú. Para el gerente estos programas se complementan con el servicio que ofrecen, entendiendo que en esta situación cuanto más efectivo se tenga, más adecuado va a ser para que el negocio siga fluyendo.
“Si el año pasado una empresa se demoraba 30 días para generar efectivo, ahora se demora 45 días. Y eso hace que la necesidad de capital, aún con ventas iguales, sea mayor”, indicó.
Aunque reconoció que seguramente hubiesen colocado más créditos que el año pasado si no hubiera existido Reactiva, el riesgo hubiera sido mayor. “Hay que seguir colocando y manteniendo un riesgo adecuado”, precisó.
Impacto social
La asociación capta capital de diferentes inversionistas, bancos en Estados Unidos, fundaciones y compradores internacionales de café que también están interesados en que haya más liquidez en el mercado. Asimismo, trabajan con subvenciones de USAID.
Pero estos inversionistas no solo están buscando ver el retorno financiero, sino también todo el trabajo de impacto social y medioambiental en las comunidades en las que trabajan.
Por ello, la evaluación de las empresas requiere de estándares mínimos de buena gerencia, de mercado, contabilidad, y de manejo social y ambiental. Si no cumplen con los estándares tienen que implementarlo.
Parte de la asesoría de la empresa sirve, hasta cierto punto, como un vínculo con el mercado internacional, porque muchos compradores de Estados Unidos o Europa conocen el trabajo de la asociación, sus estándares y exigencias.
Parte de ese acompañamiento con las asociaciones y cooperativas se ha digitalizado en los últimos meses. La capacitación promueve el uso de distintos softwares.
Rivera comentó que en Latinoamérica 40 empresas ya implementaron un sistema de recolección y análisis de datos digital, para tomar mejores decisiones. Diez de ellas son peruanas.
“Toda esa información les va a permitir saber cuánto van a vender, cuánta asistencia técnica necesitan y cuál es su nivel de productividad. Porque ahora los compradores internacionales no solo quieren tomar un buen producto, sino quieren saber de dónde viene”, precisó.