Una nueva rebaja de la calificación crediticia de Perú es una posibilidad que no se puede descartar pese a que el déficit fiscal del año pasado (2.5%) fue menor del que se esperaba y que este año también habrá ingresos superiores a los que hubieron en el 2021. Sin embargo, la situación financiera de Petroperú atenúa este efecto positivo y será observado por las calificadoras de riesgo crediticio, señaló Carlos Casas, exviceministro de Economía.
Mencionó que el riesgo de una rebaja recae en factores como el sostenimiento de Petroperú a través de préstamos por parte del Estado. En ese sentido, a pesar del descenso del déficit fiscal, que indica a las calificadoras que no se están erosionando las cuentas públicas, se podría crear una perspectiva negativa sobre si el Estado continuará pagando las obligaciones de la empresa estatal.
La semana pasada el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) otorgó a la empresa estatal Petroperú un préstamo de US$ 750 millones mediante el Decreto de Urgencia Nº 010-2022. En dicha norma, el Poder Ejecutivo explica que la inyección de recursos es para impedir el incumplimiento de la estatal con sus proveedores de combustible, debido al impacto negativo del alza de los precios de los hidrocarburos y la rebaja de su calificación crediticia.
“Petroperú tiene una deuda grande de bonos, a la par de una garantía del Estado, lo que nos puede golpear. Su situación indica que no tiene caja para devolver ese dinero (del préstamo), y el Estado tendría que asumirlo. Si la empresa no cumple habrá una expectativa de que el Estado siga pagando su deuda y eso es negativo para las calificadoras. Puede haber un riesgo sistémico si no se maneja bien la situación”, advirtió Casas.
Por su parte, Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, indicó que, en el corto plazo, no hay una alta probabilidad de un recorte del rating crediticio de Perú pues no hay un deterioro de la posición fiscal. Sin embargo, señaló que hay riesgos que tendrán en cuenta las calificadoras como el reciente préstamo a Petroperú, pues estas no solo observan el presente, sino la posible posición futura.
“A pesar de los recursos extraordinarios, el dinero se debe gastar bien, y este préstamo a Petroperú es un gasto de baja calidad. Petroperú está teniendo apoyo del gobierno central, y es una situación que eventualmente tendría influencia negativa en la calificación de la deuda”, advirtió.
En ese sentido, dijo que no se descarta que ese préstamo se amplíe pues la empresa estatal no está en una buena situación con respecto a su liquidez y líneas de crédito. “No hay duda de que en la próxima revisión de calificación, ese tema estará presente”, anotó.
Asimismo, Casas mencionó que el que se prolonguen las exoneraciones del Impuesto General a las Ventas (IGV) a algunos productos de la canasta básica alimenticia podría representar una preocupación también frente a las calificadoras de riesgo. Igualmente, a mediano plazo, las consecuencias de los retiros de los fondos de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) serían un factor a analizar.
“La exoneración al IGV, que no ha servido de nada, genera un hueco fiscal. Si esto se prorrogara sería un problema que analizarán. Se va a prever un deterioro fiscal a futuro por los retiros (de los fondos de pensiones), aunque con una buena coyuntura de precios (de los metales como el cobre) se podría cubrir. Por ahora es bastante incierto”, precisó.
Por su parte, Perea consideró que las exoneraciones del IGV representan una mala política pública que genera egresos fiscales, y sería tomado en cuenta en las calificaciones. “Si bien ahora no tendrá un impacto notorio en las finanzas públicas, para una calificadora que no solo mira el presente año sino el panorama hacia adelante, sí es relevante. Es un factor de riesgo”, apuntó.
Agregó que la calidad de las políticas públicas es otro punto que se toma en cuenta, y que Perú por ahora no tiene buenas perspectivas en este tópico.
“Los riesgos a futuro van a depender de cómo se percibe la gestión actual en términos de políticas públicas, si van a afectar o no el crecimiento futuro y, con ello, la solvencia de las finanzas del Estado. Si las cosas no cambian, en cuanto a inestabilidad y calidad de políticas, antes de que culmine el periodo del actual gobierno podría haber un nuevo rating a la baja”, puntualizó.
Impacto de anteriores rebajas
En marzo del presente año, la calificación crediticia en moneda extranjera a largo plazo de Perú fue rebajada por Standard & Poor’s Global Ratings (S&P) desde BBB+ a BBB (la segunda calificación más baja en grado de inversión). En el 2021, también hubieron rebajas por parte de Fitch Ratings (de ‘BBB’ desde ‘BBB +’) y Moody’s (de A3 a Baa1).
Respecto a ello, Casas y Perea indicaron que las rebajas por parte de las calificadoras ya han tenido impacto en la economía peruana, lo que se refleja en los mayores costos de financiamiento, sobre todo de largo plazo.
“Al observar la evolución de las tasas de los bonos soberanos y Credit Default Swaps (CDS), se tiene que en general estas se han movido en la región, pero en Perú se ve un poco más rápido el movimiento. Entonces hay elementos idiosincráticos vinculados a temas políticos. Hay incidencia sobre todo en las tasas de mediano y largo plazo por este mayor riesgo”, dijo Perea.
De manera particular Fitch Ratings bajó, a inicios de marzo del 2022, las calificaciones Issuer Default Ratings (IDR) de largo plazo en moneda local y extranjera de Petróleos del Perú - Petroperú S.A. a BBB- desde BBB, luego de que en octubre del pasado año también lo haya hecho al pasar la calificación a BBB desde BBB+.