Economía circular: cuando los residuos de unos son los recursos de otros
Actualmente, empresas y consumidores estamos involucrados en una economía basada en el “tomar, hacer, usar y tirar”. Sin embargo, este sistema económico se ha tornado insostenible. En un mundo con recursos escasos, la realidad nos exige desarrollar una economía basada en el “reducir, reusar y reciclar”. ¿Cómo podremos lograrlo? Parece ser que la economía circular puede ser la respuesta.
¿Qué es la economía circular?
La economía circular es un ciclo de desarrollo que optimiza los rendimientos de los recursos. Se basa en la gestión de stocks finitos y de flujos renovables. Además, busca reducir los desperdicios, por lo que aboga por el uso de materiales biodegradables en la producción de un bien para que, al final de su vida útil, pueda volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales.
Actores de la economía circular
La economía circular busca involucrar a múltiples actores: entidades públicas, empresas, consumidores, etc. Cada uno de estos cumple un rol importante en la adopción de la economía circular. Así, por ejemplo, las entidades públicas serán las encargadas de desarrollar el marco legislativo para que el mercado adopte este tipo de economía. De igual modo, las empresas se deberán comprometer y empezarán a producir bajo el enfoque de la economía circular. Finalmente, los consumidores preferirán los productos creados bajo este enfoque y adaptarán poco a poco sus hábitos de consumo.
Beneficios de la economía circular
Además de los beneficios ambientales, la economía circular genera beneficios tanto para empresas como para consumidores. Dentro de los principales beneficios encontramos:
● Reducción de costos de producción por reutilización de recursos.
● Reducción de riesgo por fluctuación en el precio de materias primas.
● Reducción del precio al consumidor.
● Generación de empleo en la industria de gestión de residuos.
● Generación de espacios para el emprendimiento
La economía circular en el Perú
En setiembre del año pasado, se desarrolló en nuestro país el “I Foro Internacional de Economía Circular: Producción del Futuro”. Este encuentro permitió el intercambio de conocimientos y experiencias sobre modelos sostenibles de desarrollo económico, y demostró el gran compromiso de nuestro país por el apoyo a la práctica productiva basada en este esquema.
Si bien el interés por la economía circular parece ser reciente en nuestro país, desde hace 57 años, una empresa peruana incorporó en sus prácticas este enfoque. Se trata de CILSA, empresa que se encarga de reciclar aceites lubricantes automotrices de todo tipo.
Otro caso de aplicación de economía circular es el de Juan Alberto Wu, CEO de la empresa de transportes Pikango. Wu vio en los desperdicios del restaurante Panchita potencial para la reutilización de recursos. Así, el aceite de cocina que es desechado por el restaurante se transforma en biodiesel para los camiones y genera ahorros de S/ 30,000 mensuales. Asimismo, los residuos de alimentos son reutilizados por la empresa Sinba (Sin Basura), quienes transforman estos residuos en alimento animal para una red de granjas afiliadas.
Finalmente, el caso de Las traperas también adopta el concepto de economía circular, a través del consumo colaborativo. Esta empresa es un emprendimiento social que se encarga de reusar y reciclar prendas y objetos. Esta empresa da una segunda oportunidad de vida a prendas de vestir y le permite al cliente pagar hasta el 50% del precio de las prendas con otros productos de segunda mano.
Como hemos podido leer, la economía circular trae múltiples beneficios. Sin embargo, es importante resaltar la necesidad del compromiso a largo plazo de los actores mencionados. Luego de eso solo hace falta un poco de ingenio peruano para dar una segunda oportunidad a diversos productos ya existentes en el mercado.